Voraz destello
Resplandor de auroras en los
recovecos,
donde se refugian mis ilusiones en
sueños.
Tu tez conoció
mis manos y mis manos te moldearon,
para su recuerdo.
Eterna batalla a la noche, cuando
noto tu ausencia,
la noche que galopa y yo sólo
con la palabra sufrida
de nuestra vida sentida.
Ya no hay felicidad entregada con
besos,
y roce, de nuestros cuerpos,
Medida, y entregada, ya no buscaré
en esa nostalgia.
Me enamoré
de la vida y nada me falta,
porque todo me llena.
Y tú
mi bella, volviste a pasearte por mis sueños
Y en sueños,
nos reconciliamos.
Desperté,
y sentí de nuevo, el dulce
tormento,
Para vivir soñando
con el recuerdo,
y amarte soñando
despierto.
Si me marchito sin ti,
No me quemes con letras indecisas,
porque vives en mí,
y te daré
lo que pidas.
Si permanezco, en tu recuerdo,
no me quemes, no llames al olvido.
Si acaso me dueles,
no es por tus errores.
Es por tus triunfos, sobre mi
palpitar.
No me quemes con una lágrima,
sólo
con un beso.
Si te perdono y no vuelves,
no me quemes, porque
el fuego no se quema,
Se aviva.
Tu ausencia consume mi alma.
Aumenta mi llama,
No preguntes por qué.
No me quemes sin amor,
Porque no eres mentira, eres
pilar,
Pilar que sostiene mi verdad,
Que, aunque duelas,
Eres mi amar, y no despertar.
No me quemes.
Si vuelvo no te guardes,
Porque vivo de tus detalles.
No me quemes, con amor silenciado,
Haz brillar este fénix.
Sólo
calienta este corazón,
y te dará
su fuego sin medida.
Pero si ves, que mi llama, está
extinguida,
No me guardes las cenizas,
échalas de abono, a
las rosas amarillas.
No me quemes, porque me dejo quemar.
Soy fénix
arraigado a tu bondad.
Si el cielo se cierra,
miraré
tus ojos, para tener mi cielo,
mi palpitar te dirá,
que seguiré
a tu vera.
Si mis ojos se cierran,
quiero tenerte cerca,
y coger tu mano,
sentir que no eres
un sueño
que perdí.
Si despierto te vivo.
Soñando
te sigo amando.
Cogiendo cada estrella,
en una letra para ti, tú
la más bella.
Y el firmamento se cierra,
sin tu mirada tierna.
Mi deseo y mi motivo para
acariciarte.
Pasarán
lunas, pasarán soles,
y el sueño
volverá,
con cada latido tuyo.
No te dejo una flor, te dejo las
semillas,
los frutos de este amor.
Porque en mi jardín
sembraste,
Tu belleza y bondad.
Porque me llenas de verdad.
Puedo describirte como mi vida giró
a mejor,
con tu sonrisa clavada, en mi
mirar,
y el calor de cada letra tuya,
sentida.
Te quiero, de verdad.
Siendo tus nervios, que atrapan
cada sentido tuyo,
cada lima, que afila, tus
pensamientos,
sería
tu imaginar constante, en amor de dos,
sueños
de un romance, correspondido,
Donde no importaría
quien se enamoró primero.
Ya estaría
atrapado en tus dulces suspiros de amor.
Y tus ardientes palabras de
ilusiones lanzadas.
Clavándose
en mi alma, lanzándote flores.
Estarían
mis poemas, y mi razón perdida, en tu
corazón.
Siendo el poeta, en tus ojos, el
agua de tus besos,
el rocío,
en tu cabello, el fuego, de tu combustible.
El que guarda, tus caricias, y
hace inventario, de cada detalle.
El fiel, el humilde y el noble, el
sincero de sentimientos.
Simplemente sería
yo, brillando con tu amor.
Quien invocó
a la tempestad, de roce, de nuestros cuerpos.
Quien se abre camino, galopando,
en tus piernas,
Para descansar, en tu boca, siendo
hielo, y fuego a la vez.
Siendo anhelo, escondido en corazón,
y corazón
encendido, en anhelos, cuando te veo.
Tu gemido tímido
y feroz, tu voz.
Ocaso, que la luna baña,
de azul, y azul vestido de traje,
de estrellas, un firmamento, que convertimos
en magia,
a fuego de nuestros cuerpos, a
viento, que transporta,
nuestros jadeos que crecen, hasta
juntarse en canción de lobos.
El castellano
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