Vívido desliz; obra completa tras quince años
Vívido desliz:
Muero
por un beso
vivo
por un querer
cruel
del destino
condena
de una pasión
que
creó tu pestañeo
al
dejarme ver
tu
cielo encerrado
fijamente
tres minutos,
y
morí con tu pestañeo.
demostró
que fui
importante
para ti
y
que a pesar y muy
a
mi pesar de los problemas
seguí
en tu mirada atrapado
hasta
que la aguja
de
aquel reloj de pulso
se
paró al pasar
ciento
ochenta segundos
mi
cambio de vida
cuando
consumí
medio
giro al decir:
-Siempre
te amaré.
II
Enciendo
maquinaria
de
este tiempo disuelto,
en
pétalos de éter y formol,
desangra
la rosa secreta,
y
un estambre rige,
destello
que precipita,
el
albor.
calidez
de ilusión,
y
araña que arrastra,
tejiendo
el eterno sentimiento.
Yo
que arrastro
mis
aciertos,
como
desnudo sol.
una
noche cualquiera,
y
activé el engranaje
mi
reloj de pulso.
III
Mi
carmesí caléndula,
fijó
su pestañeo,
en
mi camino de destino.
Alumbraba
un candil
dormido,
una luna llena
de
enero.
Era
tiempo suficiente
para
huir y quedarse.
En
la boca formaba
toda
sombra de opacidad.
destrenzaba
un halo.
Sujeto
de una lágrima
pasajera,
un segundo más,
y
devoró el dulce tormento.
IV
Giré
entonces la tuerca
de
mi corazón oxidado,
por
tantos aullidos nacarados,
y
su ente femenino
me
atisbó un beso
a
mi alma.
Era
el crepitar de la llama,
que
mandabas como loba
y
como luna se prendiesen
todos
los colores
de
mis sueños
consumiendo
mi tiempo abierto,
que
completo el giro,
dictó
la vuelta
al
inicio del sentimiento preso
que
sin retorno
siempre
te amaré.
Incierto gira mi saber preso,
oh, dulce tormento,
era este fiel abatimiento,
de filo floreciente, y tajo de incierto
saber preso, ya no me quedaba
caracol hueco de talento rizado,
sí un borbotón mi sangre
yaciente, y compostaje de ilusión.
Y sus parcas simientes,
una zozobra más y quise
volver a poseerte,
ven, ven, aflora mi camino,
quiero verte, cual tiempo no hubiese.
Desliz encadenado es este silencio
oh, Musa y Luna de amparo
cierto, acoge hoy mi fiel ofrecimiento.
VI
Espigas rojas, carmín, granate
luce esta mi sangre yerta,
oh sones flamígeros,
y vestales iridiscentes,
ya no muero, debido no puedo,
inmortal mezco ultrajando,
valles, flores y metales,
este caballero, avanza su templanza,
y diferencia clara, que no puede morir,
ni incendiado el tiempo,
en vela de estaca y epitafio,
terrena sierpe victoriosa,
blande colmillo grave.
VII
Al compás de un sí bemol,
canta su translúcido pío,
mientras va mi barca atravesando,
de un confín a otro confín,
del río de Valle-Inclán,
y su rosa de sanatorio,
noche en vela de navegante,
sin final,
noche despertada
entre violetas ausentes,
y flores de niebla y humo,
destellaba mi intelecto redondo,
como vaporosa siembra infernal,
era un soto de perdigones viajeros,
mi dolor, ya era lobo afónico.
VIII
Oh caléndula de fuego y brea,
esposa este Sol de Poniente,
fijo mi destino del brillo,
terso, incuestionable,
primavera caracoleaba,
oh, esse Veris predilecta tú entre mujeres,
toda hecha de flores,
oh, Primavera dilecta,
predilecta, guárdame tu vera,
que me creo abeja,
por los siglos mis manos te siembran.
Tácito hálito inmemoriable,
en higuera del demonio,
y mi historia yertica naciente.
IX
Vivo por el beso de Darkness,
oh, dulce infortunio,
era mi amor desaconsejado,
vi un relámpago y reflejo,
que soy importante para ella,
oh, desliz encorsetado,
sin brida ni soga,
déjame ver, ese paraíso encerrado,
que guardas,
manecilla mi reloj que no cesa,
a mi giro, vuelvo a encontrarte,
mi condena de predilección,
esta pluma es aguja y bólido,
de argenta plata maciza,
que dicta implícita
que Förüq,
siempre te amará.
Er lobo-bohemio Esteban
El
castellano Förüq
Comentarios
Publicar un comentario