ENTRE CORONA Y CANDELABRO VERSIÓN 3339
TRILLA MI IDEA:
Canta mi cuclillo
canta,
picotea en mi cabeza,
entra al silo de mi
idea,
donde telarañas
coagulan mis
pensamientos,
abre esta puerta hacia
mi oscuridad,
allí
donde negros ratones
cobijan con fijos ojos
mi sueño
sin desempolvar,
me conduje por escalas
donde colgaban
brillantes ojos
sin pestañear,
arriba donde se acumulaban
los sacos,
un murciélago
despertaba,
era como una sombra que
flotaba
entre llenos agujeros
de aire,
sombra con alas,
la guadaña
estaba recta
pareciera que me
esperara,
la trilla afilada,
era nueva de esta
primavera
el grano no vio su
oficio,
respirad este olor a
trigo muerto,
habitantes de mi silo,
hasta la araña
teje con tesón
su geométrica
hambre,
pardas motas salpican
las paredes
por las que corre
pegada la salamanquesa,
grietas vivas por este
frío infernal,
arriba la sangre parecía
evaporarse,
sólo
quedaba yo
y esa sombra colgada
del techo.
El Castellano
LILIT:
Hija de la noche así te llamo
un sabor digno del amaranto
que la luna encierra tu canto
entre oscuros reclamos te vistes de encanto
los grillos lloran tu nombre
en esfera de azabache te haces certera
el viento es tu incipiente respiro
incesante, desvencijado halo de sangre
despiertas por el latido que llora tu nombre
por el que la polilla es reina de la estrella
ese que plañía la noche
cuando la sombra se hace eterna
gimes en las fuentes de primavera
un beso de horizonte malva
el espíritu lleva tu nombre grabado
como desvelo consumado,
aire es tu apellido engalanado
a la novena estrella sin luna caminas
tu vida no entiende de clasificaciones
sólo tú reinas la noche
cuando el sueño hace el amor con los dormidos
ries y lloras con la lluvia
la tormenta es tu carcajada
al latido sordo de oscuridad abres tus ojos
el día por tú tenerlos tan claros ciega
las ondas en el agitada agua
mecen tus rizos
un sueño despierto del fulgor y la belleza
te engendró a imagen de la centella olvidada
tu ser respira ambrosía
amada
perdición de muchos
orgullo y alabanza por mí
que soy más fuerte que el mal
que juega, corre y cosquillea
con tu entraña sí esa por la que mis buques
dejarían su ancla
lobo de día cuervo de noche
que en tu ser se acurruca
y al sol desnuda
resplandor de almas fugaces
nuestro baile
vespertina perdición
si amanece el sol
quiero ser de ti como el murciélago
a su rincón,
volar contigo como si el mundo no importara
despertar para abrazar otra noche
en la que girar
y en tu mirada encontrar fuego de astros
por dibujar y mi vida contigo sembrar
musa incipiente del artista
alma amada que se funde
prejuicio, mentira y verdad
ababol sembrado
tu corazón sin igual.
El Castellano
Hija de la tempestad
así
te llamo, sin voz ensordecida.
Que la luna encierra tu
canto
en estelas que riegan
los cielos,
los grillos lloran tu
nombre
cual inocente azabache
sembrado;
el viento es tu
incipiente respiro,
sangre llorando
despiertas por el cobre
ese que llora la noche
gimes en las fuentes de
primavera
destinos en abrevadero
insoslayable.
El espíritu
lleva tu nombre grabado
Por cuantas raíces,
tu sendero, brillaron,
aire es tu apellido
engalanado
tu vida no entiende de
clasificaciones
sólo
tú reinas la noche
cuando el sueño
hace el amor con los dormidos
ríes
y lloras con la lluvia
despertando brumas
voraces
que el alma secuestran;
la tormenta es tu
carcajada,
al latido sordo de
oscuridad abres tus ojos
el día
por tú tenerlos tan claros ciega
las ondas en el agitada,
agua;
mecen tus rizos,
espirales imantadas
en las que vive el
arte.
Un sueño
despierto del fulgor y la belleza
te engendró
a imagen de la centella olvidada
tu ser respira ambrosía
amada
perdición
de muchos
orgullo y alabanza por
mí
que soy más
fuerte que el mal
que juega, corre y
cosquillea
con tu entraña
sí esa por la que mis buques
dejarían
su ancla
lobo de día
cuervo de noche
que en tu ser se
acurruca
y al sol desnuda
resplandor de almas
fugaces
nuestro baile, blandiendo
espadas;
vespertina perdición
si amanece el sol
quiero ser de ti como
el murciélago
a su rincón.
Volar contigo como si
el mundo no importara,
despertar para abrazar
otra noche
en la que girar
y en tu mirada
encontrar fuego de astros
por dibujar y mi vida
contigo sembrar.
Musa floreciente si
arte arde su suerte,
alma amada que se funde
prejuicio, mentira y
verdad
ababol sembrado
tu corazón
sin igual.
El Castellano
1Alma sin cuerpo, flagrante invierno:
Se deslizaba azarosa
una tarde de mayo,
abriendo pulcras flores
entre grados que blandía
el grillo en su madriguera,
osada se batía una lagartija
en la piedra aposentada.
La tarde cerraba danzando
suspiros precoces,
entre estambres.
El olmo viejo
lucía un tronco grueso
con hueco donde amarilleaba el sol
del día,
mientras la noche jugaba con sus ramas
y corazones de hojas,
ya vencía su sombra
miré su fortaleza
como si sus raíces gritaran
y pudiese verlas
clamando los años.
Te miré sombra
por mi ventana, sonreíste tímida
como si te agazaparas en tus párpados
frente a los míos,
miraste el espejo de mi armario
sólo un día dudaste de tu existencia
y tú estabas, tú estabas tan radiante
como si un aura te refulgiera,
sonreías a tu vida
reflejo en aquel espejo
porque en realidad ya no te encontrabas
la vida te brindó
reflejo,
mi risueña, reluciente fantasma,
que aún ríe y juega con la sombra.
Por ella no tenerla.
Me miraste y tus ojos
como estacas me henchían
la soledad acrisolada,
tu dulce inocencia traspasaba la mirada,
cuántas noches te soñé
cuántos otoños te esperé,
tu alma sin cuerpo,
tu sonrisa tímida, desangelada,
yo sin tenerte te amo,
como sólo tú llenaste
mi espacio vacío
de mi soledad despertada,
te hablo
te dicto
que sólo tú
eres mi invierno que llena mi vida.
El Castellano
Despedía
el día
la porfía
de una melodía
una balada por Belcebú,
el pasillo se abría
cruzaba las calles heladas
de enero y su cuero,
danzaban las sombras
entre el descampado
donde las casas eran malas
yerbas,
malas por qué
acaso lo bueno es el
humo
de un coche,
cuando ellas en
primavera,
arrastran las penas
con su fragancia
a mujeres desnudas,
miro dentro de mí
pregunto por qué
todo
torna azabache,
habitan cuervos mis
ojos,
ya no hay precipicios
en mi mente,
que se dibuja de
ladrillo,
miro al cielo
que todo parece una
cueva,
acaso ya bajas,
sigue tu curso de Dios
personal,
que te seguirá
cómodo,
el bajo cero ciñe
su lustre,
mi sentimiento afligido
hoy canta con mis
dolores,
con rezos fugaces
alargando la noche
teñida
en el ojo de mi despierto,
porque me cansa
esta fébril,
verde, emplomada
mosca impuesta
medicamentosa,
hombre en el acre
oscuro
por encontrar mi decencia,
estoy colgando del párpado
de la quietud noctámbula,
yo no estoy
escribiendo,
soy un vuelo
sí
de murciélago,
vendo mis mañanas
por un ayer construido
a su lado.
Es como el hueso
de un poema imaginario.
El Castellano
Era una noche dormida
al fervor de blancas
sienes,
y luciérnagas
de faroles,
cipreses cabalgaban
negros tules
de oscuridad rizada,
dentro de los ojos del
gato
me miraba,
buscaba encontrar
respuesta a mi soledad
enarbolada,
salía
de un agujero
de un árbol
un murciélago,
yo le pregunté
si sobrevivir
le bastaba para ser
feliz,
me afirmó
que con su pancita llena
lo era y siguió
su vuelta
acuchillando al viento
con sus alas,
pensé
en el humano ser
que nunca le basta lo
que tiene
siempre quiere más.
Sombras se acurrucaban
a mi lado
en aquel banco,
daban los grados
negativos
aquel invierno
excomulgado,
corrió
mi soledad al otro lado,
era incompleta
yo de pensamiento y
sentimiento
estoy enamorado,
y esa mujer me
corresponde
y la amo como a la
noche
y su velo de sosiego,
yo reboso por los poros
el amor al arte escrito,
nadie me arrancará
a ninguno de mis dos
amores,
seguí
la enseñanza del murciélago,
abrí
los ojos y miré dentro
lo que siento y yo
tengo,
dos pilares como un
templo,
avanzaré
despierto mi sendero,
noche, oh noche
hoy en tu velo me siento,
a ti me entrego,
abrázame
como hijo de tu luna,
llévame
en compañía,
por tus claros de luz
escondida,
abre el tiempo
del suplicio del día
derretido,
abriga el sendero de tu
polilla
que como yo busca su
nueva vida.
el Castellano
1Dos sombras:
Soledad arregazaba
blandía sus
brazos amilanados
en los que recostarse
a soñar la
casa en el mar
con procesiones de sardinas
que sirvieran desayuno
con leche de las vacas
dibujadas celestes,
árboles
en fronda volátil
tenebrosas líneas
de horizonte
como cuerdas de violines
afinando nervios de nubes malvas.
Se querían dos
sombras
como evanescer líquido,
templado
de rocío por
savia y tierra
y su desvanecer,
como flores a la alta espina
sirven su dolor.
Belleza oxidada,
ellas dos sombras
con camino de piel,
abriendo de la noche
gema profunda de lenguas azules,
era un camino el alba
para subir y descender,
ellas luz querían
tornar,
vestidas de ásperas
ondas
impalpables,
seguras sin obstáculo
eternas,
crispaban el tiempo
y se querían sin
envejecer,
fría
segura que su alma se iba,
suya, cristal vaporoso
de amarillo viejo,
su entrecejo deseoso,
querían
entre noches
de gatos fugaces
por tejados colindantes
que anudaban rayos de luna,
su tristeza era pura
se anidaba en sus cabellos,
seca, entre sus cuerpos etéreos
la ausencia hacía
verdad de idea
trasnochada,
su soledad muerta
de insectos ranqueados,
asida de purpúrea
pluma
y lunas enajenadas
con cristales lucientes
en navíos de
tinta,
perpetua osadía
de ser luz,
como silencio
de Dioses relumbrados,
y su oro vegetal,
como ásperas
rocas
destacadas, cerradas
al molino de noche,
se querían dos
sombras
inertes
pero vivas al fuego
y carrusel de estrellas
pudorosas y ponientes,
su quietud sin color,
su amor por unirse
como dos gotas al helor.
Como dos voces se unen
en un solo corazón.
El Castellano
I.Eco de ayer vestido:
Honrada tibia luz caída,
pasaba y me
ungía este sol
puesto
una mañana amarilla, vestida de invierno
y su frío azul, encendía mi cigarro
y un humo y
un eco envolvía
un hueco
que dejó abisal la última helada,
carretas
deslizaban las nubes
abriendo el
vientre helado del cielo
este Sol tímido de invierno
parecía asustado sin ocaso
ni pájaros fantasmales
que le
hicieran nido.
Me cobijaba
la sombra de un ciprés
enhiesto,
abría las puertas de gramas voraces,
lirios
negros franqueaban mi verja
de
pensamientos que se amontonaban
en la
puerta, rezaba a mi Sol
que no me
hundiese la primavera
como si él eligiese esta sequía
que la
tierra llora y quiebra sus entrañas
vestidas,
el viento era más fuerte que
yo,
llevando y
sujetando el iris de nuevo cierzo,
crascitaba
por ramaje de mi muerto brevemente nogal
de sombra
densa cobijando tenebrios,
bajo sus
hojas caídas.
Portón de tiniebla, el paso de su oscura
raíz,
despertando
el devenir
rompiendo
el nicho de la primavera futura.
El
Castellano
PLUBIA CORDIS:
‘---lit
et summun canae,
miles Dei lumen,
mea unguis timor malum,
mors erit uxor mea.----‘
Plubia cordis, ardentissime cupere amôris
stupóris, dêsîderium, sempiternusa
laetitia.
Diês, carpentum, accrêvî calôris.
Colôris, vita, venerâvî canôris.
Laetitia exspectâre,
cupitum nostra.
Ostendi âlae,
festînâvî blanditia.
Cropinquus, somnus, versus, littera.
Prôfêcî imus, creâvî blandus.
Bâsium dulcis, aqua pûrus.
Sânô
anima, fidus fruor.
Cupidus somnus, flagrô
metaphora,
suspirium natura, amâvî
ferventis.
Distantia dêstinâvî
dedisco côgitâtum.
Volui pûrus,
sôlus cordis.
Callis unus, sentido
sensisensum.
Fôrmôsa
societas, contentum esse vêris.
Ignis, dêlectô noster appetîtus fôrmôsus.
TRADUCCIÓN (Plubia cordis):
Lluvia corazón,
Suspira por
ti amor
Estupor,
deseo,
Eterna
alegría.
Día, noche,
Crece
calor-
Color, vida
Venerada
sinfonía.
Alegría soñada,
Deseada
nuestra.
Muestra
alas,
Acelera
caricia.
Cercanía, sueño,
Verso,
letra.
Entra
profundo,
Crea
sonrisa.
Beso dulce,
agua pura.
Cura alma,
sinceridad uso.
Deseoso sueño,
Arde metáfora
Suspira
esencia, amando fogoso.
Distancia
decreta
Olvido de
razón.
Querer
puro, sólo corazón.
Vía una, sentir.
Hermosa
compañía,
Contentarse
primavera.
Fuego,
complaciendo
Instinto hermoso.
El
Castellano
I.Invernando:
Camino la
sierra
y labriego
empedernido,
afilan
cintas de esparto
y jocosos
pinos bordean el monte,
era ella
caminaba siendo mujer de húmedas
hojas
y gramas
recién nacidas
anudadas a
la cintura,
era tiempo
suficiente
para el
recodo de un fondo fantasmal,
estallaba
el acre que pisaba
palmo a
trecho,
ribazos se
despertaban sin alba
dejé un lugar ramificado,
más allá de juncos
y fardos de
nueva cosecha,
sin ir más lejos
abría la tierra vieja invernando
su ombligo
de invierno
la carrasca
de hoja inmoble afinaba
sus dientes
de hojas
que el
viento pasa y respira.
Campo
lejano por cualquier parte
sentir que
dejaría plisado
por
encontrarse con tus ojos,
pecho de
paja nueva silo dormido
de hondo
surco y barrizal,
oscilando
el filamento de un severo cardo,
entre
caracoles mutantes, judíos
blancos,
dejé mi traje a reverdecer ortigas y
orugas seculares.
entre la joven
hierba y el rojo trébol
del
sendero,
recojo mi árbol del mañana y me marcho.
El Castellano
PANIDA DEL
AZUR:
Saeta
de prisma,
enardecida
amante solar.
Reminiscencia
en umbra
alegoría
de carnal flor.
Lejana
entraña de hoz
letanía
viste que exuda
su
sátiro perfume.
Salmo
de noche,
voz
mitad alma la tuya.
Elogio
de estambre
¿Cuántas voces acallaste?
Eufórico
vientre ardiente,
soy
yo hacedor de luna fija;
claror
que fulge, fragua
estertor
verso solitario.
Este
será muro de mi alma
con
enredadera de torre y almena.
Dejaré
mis versos
en
oscuro parral,
es
hora vacía mi casa
huí,
dejé mi alma con mi gato,
salí
por gotas de lluvia,
las
más frescas,
las
primeras caídas.
Mi
alma salió en mi busca
habló
y preguntó
a
la araña de mi patio,
cual
dijo estaba tejiendo
digna
tela su visión no pude cazar.
Preguntó
al caracol:
-Al
fondo ´
del
verde a la derecha puede estar ,
allí
le encontró
tumbado
en la grama
hablando
con una malva
estaba
pidiendo algo de azur brillante,
¿Dónde estabas ente mío de alma?
Te
extrañaba,
Fuí
por comida para tí,
-No
me dejes más sola,
sin
mí no tienes voz
sin
ti no tengo vida,
ni
la rosa en cruz su despedida.
El
Castellano
Fragor,
clase de fantasma:
Cuervo
guerrero de los tres umbrales.
Morí en mitad de un verso
sin acabarlo,
desnací, etéreo,
abrí vorágines perplejas
de pureza repleta,
hoy abro eternidad
y todo lo que ésta llama.
Responden azares roídos
como grillos
extendidos, de sonido carcomido,
tras catorce años
de énfasis en venas
de mi desempeño
y funesto azar,
soy libre,
para deshacer este tiempo
y hacer hijos al gemido
dejando un eco
de sopor inmundo
de surcar infierno
y traer mi laurel encendido
por cuántas égidas
me entonaron invencible,
siempre seré castreño
digno a suerte incendiar,
desvelo el secreto de mi arduo oficio,
poesía
consecución de imágenes
de principio a final.
Poesía; soporífera luz en mi sangre,
titán que resistiré vivo
o muerto debo de quedar.
Destino haz con halo inmundo
puerta al reino
de dioses
sin acabar,
Parnaso flamígero en lumbre desnuda
al dictado de arpas, violas, violines,
clarines, organillos, ninfas, Sátiros,
hadas, quimeras, dragones brujos de naturaleza
desvencijada,
duende, elementales de toda orden,
nereidas, súcubos,
quimeristas de primera,
avanzo mi propia espuela,
centauros,
milesianos,
Dagda, Balar, Morrighan,
Lugh,
quodi pragma,
alzado hoy
pureza rauda,
resumo venzo coarto
con mi flor de Hércules en mano,
este mundo,
que desvela todo sentido difunto,
los dos mundos
el mundo vivo y el mundo muerto,
habitan ambos el mismo terreno,
mundo de leyenda,
este mundo,
empezamos a juntarnos
antes que nacierais
eternidad
sólo un eje
surcar de la perfección
el umbral,
senderos en un viaje
por el destino sellado.
Mi clase
mi clase es de fantasma,
los dos mundos
el mundo vivo
y el mundo muerto
están comenzando
a no existir en el mismo espacio,
plasmar correcto
ley.
Rajar la existencia
del sol mayor,
surcar sus venas
y arrebatarle el corazón,
buscadores de certezas
tres hilanderas
nueve sentidos
tres dimensiones
vive mi hoja
yo no decido
mi hoja decide quede completa,
los colores, el gris,
el fuego, mi cigarrillo,
los susurros,
el ruido,
la luz,
la sombra,
la oscuridad bendita,
lo oscuro, la noche,
lo perpetuo
el sonido del verbo,
habla mi azabache,
mi escudo,
el sistema,
las murallas,
las fortalezas
el amor a la poesía
es más que tu insulsa vivencia.
Brillo, destello,
pulcritud de estela,
destierro de vuestra miseria,
lo visto,
lo nacido
lo vivo-muerto
retemblaré
que mi sino dicto,
silencio el final alumbrado
es sólo sangre en mis ojos.
El
Castellano a 06-08-2018,
I.Albo espíritu azogado:
Abrí las rojas puertas
del
fantasma de mi corazón,
despertaron
grises leviatanes
como agujas
sin cabeza ni redil
era él un fantasma puro, impío
un último respiro alzó
a mi
cabeza,
y caí de rodillas
a otro mar
a otro mar
el suyo sin
calma
ni espumas
purpureas,
abrí esta vez las ventanas de mi pecho
esta vez
como si alguien las sujetara
en mi
propiedad
de fría carne,
un pulmón marchó a una rivera,
el otro
perdido marchó
a otra con
mi espíritu,
quedaba mi
cuerpo como frío, desierto
páramo sin espacio sujeto
donde
anclar señero de luz
mi pecho, el
otro espacio
de mí desierto
oscuro como
opacidad
de noche de
soto sin luna
sin luciérnagas del cielo,
sin fusiles
que clavan su plomo,
sin faroles
ni lucientes
provocados
encumbrados
como este
vacío que ya
cansado
no más habita mi espejo de alma,
mi pecho
partido enraizó
la mejor
flor que la vida
pudo darme
como espina
para clavar la espina
de mi vida
y asir
cielo y
tierra en marea
de
primaverales caricias
albos ojos
fijos
en auroras
que marcan
al violácea arpa de mi despertar
creyendo
sus ojos un sueño
para
habitar.
El
Castellano
ESPIGA
DE AGUA:

Con el filo y brillo reluciente
está
la espada,
blandiendo surcos
en fosas funerarias.
A lo que su empeño sucede.
Quilla de un flagrante monte
surcado por el metal
de hilo de cobre,
sonaba con el viento
haciendo temblar calaveras
en lo alto de aquel poste de telégrafo.
El viento tenía estridencia
y lamento seco.
Digno a desatar quimeras y bestias rectas.
Capaz de dar voz a lo inerte de la vida.
II Hoja:
Allí
plantado como se siembra una pipa
me encontré,
detuve el sonido
entre escalas y cielos soterrados.
Planté
una pila de lluvia sobre marzo,
contestó
entre gramófonos
la tierra;
una melodía
jamás
interpretada
y jamás
semejante o similar
a haberla escuchado una vez.
Era como un maullido entre gramas
y bocas sedientas.
Como cerrar y esperar que la compuerta secara,
como desplomar semillas
y aventar espigas;
plantado como una sola
de carne y tinta
que la espera viola.
El Castellano
I.Amante fantasma:
Hablo desde
esta sombra
que me
habita,
un cielo
noctámbulo me
cuelga la caricia,
mi vida que
jamás se consume
en desquicia,
rajo este
sol que visita tu retina,
espacio
derredor acaricio
en agujas
que te cuelgan el techo,
flor con
flor brilló nuestro
corazón,
una luna
tejida por su alarido
a galope
del viento en mi mundo
te alzo en
piel de piedra
crepitando
tu rayo que me cuenta
de tu vena
y su carcoma
muy lejos
de la tierra hilvano tus ganas
con
destello furtivo
de sed de
abrojo
cambio tu
vida a mi antojo
sí tu pecho en rojo,
sabes quien
soy
soy fantasma
que sólo tú ves
flagrando
el viento a tu merced,
háblame del puerto y su negro
sentimiento,
háblame del cuervo,
de tu alma
sin cuerpo,
ven, ven a
mí
veremos el
amanecer
en la
sangre de mis ojos,
acabaremos
con el destino inerte
que cruza
mi suerte,
ven de
nuevo quiero verte, apoderarte,
alimentarte
de mis rosas desangradas,
es por tu
roce que mi sangre bulle
y jamás de ti se esconde
te siento
en cada silencio seco,
en cada eco
de oscuridad
que a mi
espíritu sucede
cómo no tenerte
si por tu
idioma me florece el verso,
piel con
alma simiente del atardecer,
umbrío cae su sonido;
Tu cuerda
que afina el grillo
y cigarra
con su guitarra
acantonando
nuestro oído,
es por ti
que mi suplicio cae investido
fiel a
recorrer tu segunda vida,
ninguna
mentira me dijiste,
el miedo
ahuyentamos juntos de la mano,
la noche
llega de nuevo en tu pupila
de esferas
yertas
y sus paraísos de hielo
que cruzo
al verte
quiero que
me sigas sonando
eternamente
la noche
para todos
los siglos
que empieza
nuestra condena
sintiendo
hoy la lluvia bajo tus ojos.
II
Hablemos
hoy en plata de tiniebla,
oración de tu sangre yerta,
cumbre
febril de hoguera quieta,
ese cuervo
descubrirás su poder,
yo iré de tu mano,
manso tu
poder sembrado,
aunque no
entiendas
no
preguntes por qué sigo a tu lado,
el puerto
negro te llamó
y sentiste
el poder de tu pasado,
nadie
permitió que
desembarcaras,
capaz eras
de romper la cuerda
que
sostiene las dimensiones,
ni vivo ni
muerto
niega tu
osadía,
cruzaste la
puerta de oscuros lirios,
tu amor a
la flor
al creador
conmovió,
resoplo
tijeras rojas
en grises
ideas,
desenfundo mi
filo,
crepitan
arduas espadas,
respetaste
la muerte y ella
respetó tu vida.
Crascita tu
lozanía,
entre
forrajes
y soles
pudientes,
desmenuza
tu silencio,
clavando
yunques
de paredes
granates,
el peldaño irá cuesta abajo,
cabalga tus
lindes despiertos,
libérate de insectos que caminan,
turbios
azares me cuentan
de tu
devenir rizado
al filo de
la navaja.
III
Anochecer
de mi vida,
en tu patio
de la araña,
rezogan
clarines esquivos,
yo soy lira
de alma consumada,
vicisitud
ensimismada
de tu azar
en semblanza,
vivo
flagrando tu azada,
pulcritud
entre cristales rotos
esa soy,
bruma en tu noche,
claridad en
tu día
luz de cada
siembra,
arena del
tiempo
enclaustrado,
vine
deshojando recuerdos,
hoy me
diste voz,
no seré yo tu perdición
sino el
camino a tu salvación,
viviré mordiendo tus rosas
que
desangran tu amor,
liviaré lo liviano,
afligiré temor al miedo,
seré aliento perdido
descubierto,
te abriré mi reino,
las
escarchas serán los
colores,
viviré besando tus flores,
limaré abrojos nacientes,
serás estaca del destino
servir a tu
alma sin nombre
me alumbre,
camino de
mis flores desgranadas,
sangre de
tu reposo
mi amada
espina de sombra.
Förüq
Yo reposo despierto:
Insumisa, quieta luz con bordes,
que repele cristales
huecos
y desplaza a su entraña.
Vivos , hondos, carnales rojos
a la amarillez plena
de la esperanza,
seca, abierta de ojo profundo
con iris encendido
en vivo verde
como la sangre del
esparto.
Tu mimbre
que profana y sienta
sombras de agua.
Luz de bermellón
energía
por pasiones fugaces
de labios rotos
y besos en el aire .
Nunca disueltos
los rudos huesos
del conocimiento,
entre voces perdidas
fecundas la dicha
del tiempo atormentado.
II cuartilla
Vuela tu intelecto
haciendo nidos
en nubes del cielo.
Somera sin obstáculo.
Infinito, despacio , perece
a tu lado .
Luz de infrecuente
secuencia
trinos de blancura
primorosa
abres;
rugiendo tu azul
disparo.
Si acaso el sol fuese
tu hoguera
desnacerías
en el umbral
de su invencible ascua.
Luz con tu onda
exterminas azabaches
de sombras
que la noche nunca
acaban.
Umbrales tejidos
quedan iluminados
al fragor de tu dorado
amor,
carne de la bondad
atravesaras
quedaría
el corazón
como llena ciruela.
II
Rompo saco
los ejes
de esta
imaginación en
campana,
yunques
despiertos me clavan
que llegó mi momento,
taciturno
lustre oxidado,
alas en
bronce agujereado,
es por mí es por ti
que dicta
este haz, apolillado,
polvo en el
viento
sombra
desterrada,
el alma de
un cuervo,
un granate
dirige esta mi sed,
hasta ser
color de ayer clavado,
al limpio,
seco, duro faz ensartado
cabalgo que
avanzo
y sombras
me acompañan
esta visión serena, opaca, desangelada,
siendo
directriz fusilada,
que late el
cuello de la penumbra,
cuando
oscuridad llama
estoy
sembrando objetivo
de mi
postrada calma.
III
Tiempo que
se oxida
en este
vilo,
eternidad azogada
en negras
tijeras,
es el
tiempo
de mis
murciélagos
emergiendo
de las
sombras y su madre,
se estira
otra primavera
por mi
avenida,
me
mordieron
y no me
arrepiento
de mi nueva
vida que tiento,
oscuros
silos me acogen
donde
sembrar alaridos
de vidas traspuestas
a mi fría caricia,
soy ente de
otro ente,
mi sombra
me quiere,
yo la digo
que un día la
alcanzaré,
que muy
lejos no vaya,
avanzo que
trenzo
el tiempo
de mi suspiro helado,
para no
tener alma
ni espíritu de hielo,
sólo una sed de vida
por
repletar,
de un
horizonte al hierro
encontrado,
de una
arteria
hago río de sangre
en mi
adentro.
El
Castellano
I.Förüq breve recopilación,
Hablo desde
esta sombra
que me
habita,
un cielo
noctámbulo me
cuelga la caricia,
mi vida que
jamás se
consume en desquicia,
rajo este
sol que visita tu retina,
espacio
derredor acaricio
en agujas
que te cuelgan el techo,
flor con
flor brilló nuestro
corazón,
una luna
tejida por su alarido
a galope
del viento en mi mundo
te alzo en
piel de piedra
crepitando
tu rayo que me cuenta
de tu vena
y su carcoma
muy lejos
de la tierra hilvano tus ganas
con
destello furtivo
de sed de abrojo
cambio tu
vida a mi antojo
sí tu pecho en rojo,
sabes quién soy
soy
fantasma que sólo tú ves
flagrando
el viento a tu merced,
háblame del puerto y su negro sentimiento,
háblame del cuervo,
de tu alma
sin cuerpo,
ven, ven a
mí
veremos el
amanecer
en la
sangre de mis ojos,
acabaremos
con el destino inerte
que cruza
mi suerte,
ven de
nuevo quiero verte, apoderarte,
alimentarte
de mis rosas desangradas,
es por tu
roce que mi sangre bulle
y jamás de ti se esconde
te siento
en cada silencio seco,
en cada eco
de oscuridad
que a mi
espíritu sucede
cómo no tenerte
si por tu
idioma me florece el verso,
piel con
alma simiente del atardecer,
umbrío cae su sonido;
Tu cuerda
que afina el grillo
y cigarra
con su guitarra
acantonando
nuestro oído,
es por ti
que mi suplicio cae investido
fiel a
recorrer tu segunda vida,
ninguna
mentira me dijiste,
el miedo
ahuyentamos juntos de la mano,
la noche
llega de nuevo en tu pupila
de esferas
yertas
y sus paraísos de hielo
que cruzo
al verte
quiero que
me sigas sonando
eternamente
la noche
para todos
los siglos
que empieza
nuestra condena
sintiendo
hoy la lluvia bajo tus ojos.
Förüq
II
Tumbado el
horizonte
se acuesta
mi ilusión,
este mundo
arde en un verso,
la decencia
queda volcada,
la gente se
pierde en el alambre
que sujeta
el verso,
mirada a la
tijera
y que suene
la campana,
todos mis
sueños quedaron
amados detrás,
yermo el
terreno mecía un
alarido
por la tierra
que no estaba muerta,
vuelo sin
suplicio dormido,
la acequia
mi sangre lleva,
pierdo el
control por quemarme con su luz,
resumen de
lo vivido en la esfera de su retina
más que un crujido de mi ventana,
al viento
le pido me acerque su latido,
camino por fuera
del límite,
anudado el
tiempo y sus cuchillas doradas,
sol tras
sol, día tras día,
todo lo haría para que te quedaras en mi vida,
graznando
viene la noche
por el círculo dibujado por la luna
se cava la
llegada del día,
desde el
lugar que yo amé antes,
te escucho
gritar,
la
oscuridad me sostiene
con su
manto templado,
vuelo al
alfeizar,
tu habitación muerde mi pupila,
el tiempo
me vio nacer cuervo,
jamás rendido desde una torre a otra
exclamaba
el perdón de los
Dioses
por
alimentarme de sangre,
llegada la
hora
que luciérnagas cuelgan noches en los
robles,
se abría el reguero de mi sed de abrojo,
la araña tejía su cena,
yo te
esperaba como cada noche,
los minutos
derretidos en mi colmillo,
granate
albor se deslizaba por la tercera campanada,
tibio,
parco, sumiso, el sentido,
se vencía mi sed de nuevo,
concluida
la estampa de la sombra,
que araña cada grito en su cama,
danzando mi
calma.
Hoy no será una noche cualquiera,
se prende
la hoguera,
la sombra
me abraza cayendo de nuevo el sentimiento
yo no me
acuesto,
limo mis
nervios con acero,
la lluvia
canta en mis oídos,
será otro amanecer violeta postrado,
mírame soy el alba de tu amanecer
hoy no me
verán perecer,
mírame voy por ti.
Soy förüq.
III
Estupor
nacido
tus brazos
no están lejanos
a través de los tiempos
todo lo que
siento
es un
ramillete de estrellas
esperándote en la cruel avenida
de ángeles estrellados en sus caricias
puedes
verme caer en mi subrepticia
vida que
para en vivo
y me deja
verte
resumen de
lo vivido
cuando la
noche comienza a sonar
yo vengo
por el camino de las espinas
hoy que no
se bendiga
me mantendré esperando
con mi
soledad por ti
ecos de un
tiempo
que se
desvanece en el vértice
si ese por
el que colgar mis ilusiones
gana el
horizonte
yo era más viejo a la entrada
de las
nuevas visiones
yo cambiaba
el tiempo
en la
hoguera
al parpadeo
estaba besándote
al fulgor
crepitando la estrella
en amor
latidos sordos de penumbra
me cuelgan
las pestañas
todo te lo
di
y te di más que nada
me enraizan
las malvas en mi nicho
hoy seré yo quien muerda tu cuello
al son de
la luna seré el vampiro
despierto
a través del tren de la noche
atravieso
zarzas y cardos
hasta
llegar a tu ventana
el azabache
es llorado de nuevo
queda tu
corazón de cuarzo
la noche se
mueve
mis grillos
cantan un réquiem por
la flor
se
despierta un cuclillo en amor
eres mi
fuerza, eres mi hombro
me deslizaré en tu cuarto
cuando las
sábanas
arropen tu cuerpo
y yo beberé de ti el sentido
hálito de vida en hierro
esta noche
de primavera
que corría hacia atrás
seré espectro en oración
hasta
llegar a tu puerta
y
devolverte a la nueva vida
tiempos
negros me trepan
cuando su
eco sordo
baila en
mis pestañas
me fumo un
cigarrillo
a la hora
que lechuzas despiertan
se oye el
resquemor de tu ventana
mis
colmillos brillan
tú dormida sientes frío desde tu cuello
a tu
sentido
visiones de
tu nueva vida
te entran
despiertas
y yo ya no
estoy en tu cuarto
por las
violetas nocturnas
recorres la
grama de tu patio
comienzas a
explorar tus nuevos sentidos
y escuchas
en tu cabeza
bienvenida
a mi mundo.
Förüq
IV
Resueno
en el borde
del papel
la condena
dilecta
que marca
un futuro
en
subrepticia subyugada
a la luz
vuelta oscuridad
del alma
deseos de sangre
que jamás se cumplirán
solo la sed
de vida por gastar
besando en
la noche la sed
de vida
ganar
asesinando creencia,
aliento y
latido
en la
oscuridad vuelta luz
un
silencioso lugar
sólo el latido escapó,
el espejo
no refleja
lo que
reconozco
y mi vida
va quedando atrás
solo tu
mente atrayendo
para sentir
el aliento.
Deshaciendo
este frío
hojas y
hojas de pensamientos
van cayendo
cuando me
paré a mirar
tus ojos
que ahora
no puedo borrar
ni en
oscuridad.
Te voy viendo
llegar,
tu calor y
corazón latiendo
estáticos dueños
de su
tejida existencia,
te veo en
paciencia
y me voy
adueñando de tu
pensar
mas que sangre
quiero
cerca tu vida
para yo
sentirme con otra
que hasta
alma tiene,
y se va
desgastando el camino,
los pasos
trazados
se vuelven
ilusiones.
Un día derretido,
el segundo
quedó en vacío eterno
sin
manipulación
de un ser
superior
no puedo
ayudarme
en este frío y vacío espacio
cada noche
deseo
sentir tu amor
algún día
para
siempre.
Förüq
V
Avanzo
despierto
las sombras
por carretera
del mundo
inerte
que vive en
la sangre
por brotar
yertas espinas
grazna el
cuervo del lugar
y los
altares gotean
sangrando
murciélagos
ojos
ausentes de sus ojos
que juzgan
en su mentira superficial
qué necesitas
cuando todo
suena a final
y el circo
de la sociedad mece
y teje tu
actividad
rojos al
mirar
guerreros
del abismo soñados
no cielo
para vivir
eterna
batalla espiritual
del interior
de la tierra
llueve de
nuevo
nubes se
derriten
plano
elevado en vida
único libre
de acto y pensamiento
al océano de hierro y construcción
solo un
deseo que se pudra en albor
y el
resurgir venga
brillando
sangres
mas
lombrices maldiciéndose
por haber
acabado su hogar,
desaparece
y viene la oscura noche
a pesadilla
mece el sonámbulo
devenir
de quién me habla en mi cabeza
diáfano cuarto donde se clava
el sembrado
silencio
donde el
respiro cuelgo del techo
crujiendo
paredes el sentido
me nubla los
ojos
hay algo
que me llama
es el
hambre de la caza.
Förüq
VI
Iba la
tiniebla bajando mi escala,
iba vestida
como florece una roca
de anchas y
hondas calzas,
desertora
de la mundanal zozobra
que me
acusaba,
bajaba y se
preguntaba si la luz estaba con hambre,
entonces
abrí la ventana
y apareció su madre,
azogada,
cansada de ocultar la luna,
abrió sus oscuros párpados
y una
espectral sonrisa se dibujó en
su cara,
para
decirme: -Esteban su Sol ha muerto.
¿cómo?
Entonces
encendí una
lumbre,
y
lentamente devoró aquella
madre oscuridad,
mientras yo
escribía una elegía,
posó mi ventana un cuervo,
que dijo:
-Noche siempre.
entonces un
vil recuerdo de mi Sol
cruzó mi mente,
yo que le
creí invencible
ahora la
luna era una esfera negra,
un espectro
se colaba por mi ventana
era una
mujer sembrada en sábana,
me acarició el hombro con su manecita helada,
ella que
dudaba más de su
existencia
que la
propia duda,
entonces
miré mi imagen
en el espejo
y la imagen
me devoró el rostro,
ahora lucía una piel pálida
como la arena
y unos
colmillos que atravesarían
la madera,
era el
inicio de mi condena.
Förüq
VII
Mi polilla
desvencijada
nace del
espejo que crepita
una boca de
esfera y su artificio,
revoloteos
en torno a la bombilla
que más quisiera ser ella la estrella
que te
atrae
tu noctámbula sed
de espinas
blandidas,
un viento
lunar se reposa
en mi
ventana,
siega del
mar oscuro
que todo tiñe de malva nocturno,
hoy estoy
aquí
ante
ustedes cigarros
para latir
y que
vuestro color
sea
expulsado,
recibo que
acuso
ponlo en mi
pierna
caminaré el infierno
por si
consigo pagarlo
con mi
sangre algún día,
serrana se
torna mi almohada
de su musgo
y lozano rostro,
por el
canto de este caracol
que ya no
late se quedó seco
en su
intento,
es una luna
menguante
y su
aguacero litigio áspero,
un iris y
un prisma lejano
es mi hombría un surco
en mi jardín de cementerio
por el estío rígido
y sus
cristales de hueso
de un sol
que le
enfadaba su luz.
El
Castellano
VIII
Seco y
duro, seco y umbrío,
corría el linde quieto
por la
arboleda despejada
daban las
tres y treinta
de la
madrugada que se marcha
por oscuro
diván de la
sombra,
un espejo tímido sonaba,
el reloj
paraba,
con un
grito de estrella,
su alcoba
fría en la que
despertaba,
no quedaba
viento de palabra,
ni
pensamiento ágil que en
eco no quedara,
lanzó aquel espejo contra el suelo,
y rápidamente sangró un borbotón de sombras,
se abría la noche y sus quimeras
despiertas,
brotaba de
su ceniza de pulmón,
el irisado
que la oscuridad clama,
quedando
para siempre
su alcoba
fría y vacía,
sombra de
aquel que sonaba una noche
que ya
escapa.
El
Castellano
IX
Una flor vino del cielo
a la puerta de este
mundo.
De sombras libró
los sentimientos puros
de corazón,
la señora
de las flores silvestres
la adornó
del color de la noche.
Luz de luceros caía
a ella
sangre de oro, polvo de
estrella
dormida, su nota
suspira
única
dama de la noche
gustaba la flor
llamarse
llave de este mundo
con el mundo de lo
inerte
la visión
de espíritu
suplicante,
blanco vestía,
en traje luminoso
sus pétalos
abiertos al valle,
de la niebla y la
bruma,
valle de árboles
cantores.
Bien vistosa te veo,
bien dulce te siento,
bien fiel te oigo
dentro,
si nací
ciego para verte con el corazón,
si no todo en la vida,
vida mía
con los ojos se ve,
dime sombra por qué
has enamorado
cada parte de mi ser,
si existes por qué
insistes
en transmitirme como
sientes
si ya dentro vives,
si ya de ti me tienes,
si ya has asesinado mi
soledad
y feliz voy a vivir
contigo la serenidad.
Con hueso y fuste un
fiel desespero,
vio reinar el cielo
única
dama de noche desvelada
por ella azucenas
nocturnas
su pelo acampaban,
en oro y sangre
se alzaba este lobo,
trémulo
desliz nacarado
fuego en la piel
hierro fulgente de
estrella en los ojos,
me acompaña
tu latido fiel de la noche
que cierras con un beso
al horizonte,
con garra y letra
inspiras este ser,
por el camino de nunca
volver,
eco sordo de oscuridad
mece tu mirada,
al viento que aúlla
tu nombre
hada fiel de la sombra
que tu Hipsípila
te llama,
cuando todo lo suyo es
para siempre
un tiempo que se
resquebraja dormido,
la puerta de este mundo
no encontraste cerrada
hoy te amo retorciendo
tu esencia en mi cuerpo
se congeló
la maldad
derrota su caricia
brilló mi bondad
refugio de tu latido
con el mío
a las flores por abrir
en mayo
es nuestra comunión
de estrellas
es mi vida en la
floresta
donde enarbolar
tu belleza sin igual,
allí
solo allí que entone mi grillo,
abriendo un suplicio de
todo lo vivo.
El Castellano
LA UNA DE POLVO:
Se podan mis recuerdos
saberes presos,
por el linde
despiertos,
vida de vida en flagrante
estrella,
si por querer pensarte
jamás
desapareciste,
mi Malva-Luna
en Brea quieta,
encendida,
disparos de un tiempo
fulgurado,
mi sendero ya no corría
agrietado,
miedos asesinados
de como solía
ser
destellos fugaces
acampan
mi destierro por las
venas de tu alma,
silencio carcomido por
olas de nuestro mar.
Pensamientos negros ya
no me clavan,
ni hiedras me escalan
tapando mi luz
fulgente.
No es tiempo de muerte,
mis cuchillos ya no
laten hirientes
hermanos del fuego
ahora son.
Al compás
de un Sol mayor.
El Castellano
martes, 31 de mayo de
2016
Perpetua una,
por el bajel del alma,
bajaba recorrida,
por entre encajes
olvidados
me descubría,
el caballo del ansia mía,
donde empezaba a abrir
en sus piedras de ojos
negros,
y la cabellera levita
por altas ramas,
donde acaba el sueño
taciturno de su sonrisa
helada,
voy allí
sembrando ojos
en sus labios áridos,
no me apetece seguir
sufriendo
para ello sirvo mi
aliento,
donde acaba lo que
siempre
creí
conocer más me detuve a envejecer
sin mecer alas cansadas,
el horizonte me cuelga
la rama,
y yo loco callado
pienso
en un tiempo que me
apetecía recorrer
tus simientes azules,
en un mundo que mis
labios, cierra
tornándolos
grises,
la idea vuela eterna
del estado mental
por conquistar,
esta es mi vida
, esta es mi suerte,
pregunta a mi orificio
demente,
que dispara por mi boca
la locura quieta que mía
te arropa ,
haciendo cálida
la estrella
de mi popa
y mi ángel
sangrando versos de hielo,
en el tibio, ancho,
escurrido desliz
que me llevó
a contarte mi verdad,
por la que quedaba frágil,
vulnerable sostenido yo
en un destino incierto
del comienzo del Alba a
mi insomnio
que me da energía.
Que fiel asesinó
la caricia,
en cama de ojos en
alfiler
y patadas del sueño,
crujiendo mi ser en una
araña,
llegó
el tiempo de escalar
por si un día
abandono
será
cuando me vuelva polvo.
El
Castellano
Desde que vine a vivir:
Imperios de
ojos cerrados:
Páramo del verso solitario,
decapitado
buscando el
encuentro
y su
soledad que mece riza y concluye
momentos de
la fuerza universal
menú de la disponibilidad de vida
mi lluvia
sube redonda tu cara perpleja
podemos
salvar lo regio del reino que cae y vuela
soy uno,
rey de sí mismo sin
atisbo
desde el fantasma
que vengo
todo crecía ardiendo
no tengo
miedo a su pirámide
ni su ojo
absorbente de mí mismo,
tú piensas tu resguardo
en la radio
hablan de nosotros
te incitan
su teatro de vidas manejadas
el amor a
la flor me lleva,
cabalga mi
iris consumido
a lo onírico de mi conciencia
Orando por
mí mismo
mientras
muero quiero dejar absorto el tiempo,
agujerearlo,
estirarlo, romperlo
en la
rebeldía que
asesina la vida material
inconcluso
en este mundo
no puedo
volver eternidades atrás
deberé guardarme a mi existencia tejida
pero sin
asumirme o doblegarme a ella
nada que
negar en silencio seco
nada que
defender
solo una
parte soy del eslabón
nada de
mensaje
nada que
decir
nadie a
quien impresionar
es mi vida
nada más
puedo
empezar mi historia de nuevo
por mis
amores típicos
de ser
humano insignificante
nada que
arder, nada que cambiar
todo puede
suceder,
los errores
no se pueden quemar
a quién le importará
carnes
pensantes me dan igual
el Juez
Supremo me dirá
a mi
Conciencia de ser humano
le hago un
templo
la verdad
compañera sin ti
buscando más razón
del amor
del Sol,
en comunión sangrando lunas
en armonía de esferas de años fríos
vívidas estrellas que todo lo
imaginado
viene de
ellas
hasta este
astro apagado en vida
que arde
por dentro
su ser
llamado planeta Tierra
sabes que
puedo
pero no
volver de nuevo.
El
Castellano a 09-03-2015
I.Siembra del pensamiento:
Asustado no
estoy
el miedo
perdió su cobijo
los dioses
de mi cabeza
reinos de
su locura
inhabitada,
extensa,
auspiciada
inteligible
puedo bajar
por el cansancio
escribir un
mundo muerto
creciendo,
buscando verticalidad
en la
sabiduría de mi
verdad
ausente el
día desde mi
hogar
busco lo
inconsciente del sueño
que pierde
esperando
esas
profundidades del hálito
de vida
por
despertar la semilla
de la
sembrada humildad
qué solo yo veo y me basta
piensas que
estás salvado
mentes
blindadas
en la luz
de la conciencia
unificadora
que dicta
el retorno
al único origen
voy
escalando estas nubes
de mi mente
considerando
brillos los sentidos
costando y
pagando el pasado
tiempo que
despierta y roba el sigilo
caminante
de la sombra
grito a la
mente que me habla
pudiendo
florecer
una y mil
siglos más
la bruma
teje su limitada ascensión
que
subyugada y difuminada en la sociedad
material,
empedrada de su cementerio
llamado
hogar basado en la mentira
el cerco se
estrecha ahorcando al gobernante
del aire
y los
ineptos millones de ausentes
pájaros voladores que creídos pensantes
ven como
los dirigen
sumidos en
directrices de hormigueros
y el libre
tiene la cabeza a líneas
de
horizontes superpuestos
en
laberintos de lo perfecto
que la
elevada conciencia
te tiene de
paraíso en lo
insignificante
que marca
su autenticidad
y se hace
risco en la eternidad.
El
Castellano a 09-03-2015
Desde que
vine a vivir:
Ascua
irisada al tacto,
estoy bailando
sobre una estrella,
todas las
cosas que vienen ahora,
en soturna
claridad apagada,
hoy es el
ahora,
mañana es para siempre,
mentes
acristaladas
en espejos
que les reflejan,
rompo mi
sumisión
particular y generalizada
a esta
realidad mecida y dirigida en el ojo
sí ese de su escuela, en seis mil
millones
de mentiras
que caminan,
todo lo
visto quema mi retina,
por el ojo
de este cuervo
el tiempo
ya no me puede sostener,
volando
lejos donde la mente alcanza,
no tengo
creencia que estos tiempos
serán mejores,
me estrellan
sus filos hirientes,
entre
lapsos de gentes
al parpadeo
me venzo,
hoy será vendido al postor rendido,
extasía en metal prendida,
todo lo que
pasó:
Estoy soñando
el tiempo
que cerraba mis ojos,
retales que
cerrar y su olmo blanco,
su jardín azul, su fuente de cristal,
nada
desvanecerá al Miguel
sin alas,
seco de
hoja de otoño
no me
llorarán ni mi
jardín azul de
caléndulas,
ni mi
acristalada fuente,
ni el olmo
que no es mío ni su
blanco
será mi aura intransigente, seca a
morir,
sobre los años avanzo,
yo soy el
Sol,
lluvia cae
de nuevo este acre me cuenta
algo para
tu entendimiento,
cruzo los
cielos muy alto de nuevo,
soy el
humo,
yo soy la
piedra que te habla.
El
Castellano a 09-03-2017
Bruma en su gris
sostenida,
azul derretido en fugaz
idea
sin soplo, viento
mordaz
de esta acequia
verdadera sostenida,
en sus fanales mieses
deshojadas,
cabalgo que trenzo mi
infinito soliviar
de labios grises,
por esta condena rizada
se alza que avanza
mi sepultada sed de
abrojo dormido,
en esta siembra traigo
mi vida,
por caminos y senderos
olvidados
de los Dioses con sus
plantas silvestres,
desde estos insectos de
mi verso encendido,
mensajeros divinos
con espuela de
transparentes alas,
me declaro que me
proclamo
sirviente encumbrado
de la única
belleza
dama consumada Natura.
Soy yo su Cuervo Förüq,
hasta la pausa de mi
tiempo
yo cultivaré
este agraz doliente
de mi intelecto agudo,
desde el retorcer de
este alambre
para colgar mi estampa
rizada
de mi árbol
de las cenizas,
pidiendo me de permiso
para yo ser el mejor
poeta
que parió
tierra y semilla,
mi sangre, mi carne, mi
espina,
mi aliento de piedra,
mi luz, mi araña
y su carcoma tejida,
mi tierra,
mis campos,
mi Flora,
hasta ver las auroras,
hasta cabalgar retinas
en sangre de sus ojos
jamás complacientes,
destellearé
hasta la extasía de cristal,
hasta habitar cada
colmena de mis abejas,
en este campo de víboras
traigo la espada de
tierra,
esperando me forje el
romo hierro,
cauce, en mis venas.
El Castellano
Cristal de aire:
Acreciento,
voy menguando
al paso
ferviente de tu sola voz,
en agua
destilada, candente
cristal de
gotas sólidas,
cadena sin
mi nombre,
que
crascita entona
un yo te
desvesto
a mi helor
un cristal
que sublima en aire,
caracola
resistente
hiriente ,
vespertina a fragor
cual buque
emergiendo
d'este
abismo llamado verbo,
coagula mi
aire
en
novecientas ascuas,
que flagran
tu sendero de luz,
cuál no dio fuelle a tus alas,
mi amada
voz,
hacen nueve
formas,
nueve
cerrojillos de hielo,
en novecientas
nueve hojas
que encierra
tu corazón en mi agua´
siniestro
caracol
con mi
desvelo en hoz.
Inocente no
soy;
ni ángel,
ni vendido,
ni por éxito mendigo
el que no
me acepte es su problema,
yo sé quién soy.
Miles dei
lumen,
Förüq Miles dei lumen versus littera
fagro methafora creavi blandus laetitia exspectare sed ardit.
Guerrero de
luz,
en verso
arde,
ardiendo
metáfora,
crea
caricia,
expectante
de la sed que arde,
novecientas
noventa y nueve hojas
esconden tu
asido ramilleto
que esconde
tu cristal de viento,
hoy es por
mí
que
empecino
que soy
culpable
de alzar mi
cenit
en cúspide inefable,
de esencia
que no llora,
dicta, que
sólo es tu
voz.
Pureza en vena
dispuesta.
Una
asonancia predilecta,
pude
servir,
me quedé en tu frazada
del juego
que como
todo juego
sólo abre
sólo despliega la opción.
a perder
venciendo,
tu voz sólo eso,
musaraña cristalina,
de nácar y espejo quebrado
con mi cruz
a lomos avanzo
El Castellano
SUEÑA LA REPRESALIA:
Sangre expiada,
ceniza aparente
de quienes eran,
incierto azar de las
armas,
oscuro riesgo,
desdén
del tenebrio
encorajinado,
parca ilusa que todo
abarca,
sin oír
a los Dioses,
simas y ríos
que nos ignoran,
¿Qué
campo no me atestigua
en ocres muertes
todo lo que la tierra
devora?
Esta avara tierra
que relame sus crines
de plata;
Y su destino no
embellece,
justo de ala nueva
perenne.
En las prósperas
sienes
de regocijo,
acogedora sombra del
blanco chopo
y este opulento tejo,
que al muérdago
muerde
aguardando convencer
a las tres Hermanas de
Negros Hilos
no me hundan en el abismo.
Mi musa cautiva toda de
nieves
yo, de bronce,
niega ser de origen
innoble
con ocho lustros asidos
opresores,
púrpura
brillante,
esquiva,
pureza en jaspe
de luna,
del arroyo fugaz
bebe y el viento
revolotea
sus suaves cabellos
finos
fluctuantes,
se encienden
mis tibias cenizas
por amarla a ella
lágrimas
sobre fértil vid
que engalanan,
Valgio abre y llora tu
torrencial
desde tu hogar caelis,
deja fundirse contigo
al Aquilón
cae tus espejos
deshaciendo rastrojos
cabalga tu agua
por estos estrechos
campos.
Abstruso tonelaje de mi
pensamiento,
hosca patria mística
de amor furtivo,
trémulo
de lo que el querer quiso,
sin falso engaste
avanzo;
el poder del cuervo
siento
ese único
que visita mi jardín
a las nueve.
Por oscuro aflige
que ya no es celestial,
ni aunque el cielo
fuera pardo.
Vetusto, geométrico,
áspero
mi desliz absorbente
como un torbellino,
que ya las penas
de mi olmo desnudo
no llora
ni la belleza refugia
en esfinges
sus torres que son de
la tierra
como señeros
de vivos,
raudos árboles
enhiestos,
en su copa
que bebe al tiempo.
El Castellano
Ronquidos
del mal dormido
y
su visceral entrada,
quiere
abrir la madrugada
guarderías
vacías
de
los gatos que cuelgan las estrellas,
inaugura
el oscuro vivero
su
cultivo de alas oscuras,
la
noche cierra en vals,
su
latido desnudo
que
la penumbra sostiene,
aquí
en el margen
del
infinito horizonte
me
cuenta la saeta de su sed de cielo,
oiga
sombra desterrada,
encuentre
mi latido nacido
esta
noche que tus hermanas
se
alzan bajo esta luna de hueso,
todo
dibujas lúgubre
el
color muerto se te descubre,
desde
el cielo a la tierra
bañas
todo yermo,
violeta
horizonte que se retira
quedan
sus mil fuegos
luciérnagas
que al alba morirán,
noche
nadie te quiere entender,
solo
los faroles y fusiles
iluminan
tus venas negras de oscuridad,
tú
que sólo ciegas la luz del astro,
arrastrando
su luna
con
correas tiradas por los trescientos
caballos
difuntos,
jinetes
del tiempo me avanzan
la
compostura,
muertos
se enfrentan
por
mantener su ciclo eterno
su
espuela raspa el hueso,
la
noche que cabalga con ellos,
corredores
fantasma del viento,
oscuridad
que no entiende
de
maldades del hombre,
miro
todo bajo la noche en mis ojos,
solo
sombras caminantes y figuras
se
forman en su prisma de aberración
sempiterna,
apuro
mi botella
esperando
ahogar esos fantasmas
de
mi cabeza que suenan estridentes
con
sus voces,
es
un caldo malva de tristezas,
fosas
de mi pensamiento
que
abren al caer la noche,
enterrando
lo vivido al día,
afilo
estas mis venas,
esperando
brille mi carne
y
esta luz de vela se haga fuerte
y
toda abominación espante,
todo
avanza deslizando su hueso
es
a esta hora sin el sol
que
mis pesadillas
toman
voz y materia,
puliendo
este escarabajo de oro
me
verá el devenir eterno
hasta
el crepitar descansado
y
su cruz de nuevo día.
Es
una cruz, un origen
la
vela y el candelabro que marcho.
Entumece
visión su huella ausente,
aludido
encumbra el párpado mío,
deseos
en tierra soterraños,
avanzan
los años
y
se siente se exacerba ella su belleza
es
dueña,
avanza
sin rival ni reseña,
si
su alma acaso me duela,
encuentro
mi verso soldado,
por
un mundo que cae en harapo,
es
clase de fantasma que gasto,
es
sangre en mis ojos,
el
ruido,
la
siembra,
los
colores,
la
verdad,
las
mentiras,
el
sol
mi
astro,
la
entrada, el portal,
la
vida, mi secuencia
pureza
soledad acritud extensa.
vine
a romper el hielo en su frente,
el
gris,
las
fuentes,
la
calma,
la
esencia
que
es brillo
que
es fulgor destapado,
desaconsejado
destello crispado,
cariño
la
secuela,
fantasma
de primavera.
Ario
yo, en similitud sembrada
cadena
de ausencia
arrastra
mi alma renegada,
las
luces, el orgullo,
abruma
mi ser
su
historia de plata,
porque
la vive entera mi persona,
y
de su ente no me puedo desterrar,
si
cesa su alma
cesa
mi sentido
y
aliento forjaría veleidoso
como
escalar la sombra de mi parra,
como
hacer casa sin tejado,
abandonaría
todo menos a mi ser.
En
mi guardería propia de estrellas
para
ella, mi calma
de
espíritu en botella.
El
Castellano
Acuchillada osadía:
Descendiente fulgor entre grises sienes,
humores de
tierna fontana precipitada,
es mi jauría de estrellas que la sed
vence,
conforma, infinito panal ahogado,
que vence y
me vence,
este
granate frustrado avanza
su extasía de cristal,
forma y
conforma un lustre yerto,
ardiendo entre
cerillas
de momentos
intransigentes,
me proclama
mi verso
entre
manada de lobos
el padre
del lobo de hierro,
aullando su
temperamento de metal,
entre sierras
madres de ríos dulces,
y de
florestas destapadas,
yo tiempo,
vencí al
doliente tormento,
entre
clavos y yunques despiertos
clavé mi aliento,
soñando que te soñaba
se alzaba
mi tiento,
acaso yo no
estoy durmiendo,
necesito la
superficie
de los
guerreros alzados,
represalias
de caras muertas,
salta,
salta mi abismo,
este es el
sonido de mi escopeta de cristal,
esta clase
es de fantasma,
vivo si yo
escribo,
parco,
tibio mi Dios de mis Dioses
solo entre
estas cuchillas de gentes,
inmortalidad
asolada descendiendo
entre
sombras de oscuridad madre,
cuando todo
indica
que la
oscuridad te supera,
no hay soledad
asesina,
porque me
gusta hasta mi cuerpo,
en este otoño que los ocres
lucen el
suelo
y llega el reverdecer
del cielo,
en pie llegó el momento
y atravesar
este viento todo lo que siento,
hasta ser
de la vida
el
victorioso esperpento
que
acuchilló su osadía.
El
Castellano
OSADÍA EN TRAJE:
Aguzaré en ramas de viento,
que la solaz, yaga en
mi intelecto,
atravesaré
con mi plomo,
cada siembra que mi ser
derrama,
hasta volverla metal
noble
de postrero
envejecimiento,
quiero la apreciación
quiero la insignia
de este mundo que
escapa
que huidizo deletrea
su énfasis
de costumbre cómoda,
yo no soy de ojos cualquiera,
así
el fuego me resquebraja
la hoz y el martillo
clavado en la esencia
del pueblo,
no tengo superior ni
inferior ni igual,
debate mi Dios entre las
sombras,
si dotar a mi esfera de
un poder que convenza,
y consuma en retina
ajena,
siglos dormidos de
fuste y escarchas de parpadeos,
no nací
para este social mundo,
podéis
quedároslo,
mis pensamientos ojalá
algún
día solo le importen a mi vida,
y la boca de los seres
cierre
y abra sólo
la Sabiduría
que tierna, yerma y estática
avanza entre torres de
tierra de las que vengo,
los juicios todos
queden vanos sin ella,
esta es mi vida que me
sujeta,
que vence y plena
desangra de la estrella
su pestaña,
un soliloquio que hablo
solo,
y sí
mundo de cabezas de grama
estoy satisfecho
porque amo mi destino,
que si nazco no le
cambio,
a la bastarda opinión
decrezco,
cuál
el ojo único,
cuál
el listón que tumbar,
se siente si le gusta a
mi Narciso
es mi poema perfecto,
tenga el fuste y de
belleza inciso,
cabalgar mi estaca
porque valgo,
no como vosotros que
miráis
únicamente
lo que tengo,
tengo esta vida esta
pluma de tinta infinita,
y a ver quién
me alcanza,
quien detiene mi latido
de sangre y tierra,
que seguirá
escribiendo hasta que muera,
ser mejor que este
silencio es mi meta,
y recuerde este tiempo
bastardo que nada detiene,
y otorga como arrebata,
mis guerreros en pie,
a formar azadas del
bien,
marchen mis cuchillas
de recuerdo,
por acabar con
desquicias funestas,
fundirá
mi aliento por escalas con el cielo,
mis castillos en el
aire,
dirán
de verdad siempre vive
y vivirá
este Castellano,
derretido el cuarzo
gemirá
el tiempo terminando este mundo
como todo termina
incluso el latido
final feliz no puedo
dictar en sentencia
a esta esfera,
leyes naturales existen
como diosas certezas,
finalizo este escrito
sin tristezas,
me pusieron en su sitio
bellezas,
desafío
a lo que me rodea
a desnudar si es
verdadero
porque eternamente solo
que mal acompañado,
salto, salto, santo mi
abismo,
entender que nazco con
cada poema
puliendo sombras,
hasta hablar por tuberías
nacientes
de mis cauces de
sangre,
lo siento mi Sol
mi inspiración
será mejor
que la envidia que
corroe,
que la competencia de
mi suerte
solo una razón
porque busco ser
perfecto.
Lit et summun canae.
El más
viejo de la vetusta.
El Castellano
Luna trece:
Luna plateada de mi cielo,
en las
noches
voy a tu
encuentro,
pero te
escondes
entre
bloques
de hormigón y cemento.
Quiero
verte,
pero
incluso te escondes,
por las violetas
ramas.
Mas los
dragones,
del cielo
sonámbulo te
acarician.
Cielo
obtuso,
de sueños fluorescentes,
tú, de color líquido,
solo
templado
con miradas
intermitentes,
por el
tiempo de espera angosto.
El murciélago baila
con el
colchón de tu
luz,
rasgando
sombras,
para
reposar siendo una más.
Oscura
nebulosa de tu vítreo
trasluz dime,
por qué te siento incluso estando solo.
flores
opaco reflejo
de luz
violeta
incluso de
noche;
artifficie
luzzae.
Lucero de
ciudad,
rompiendo
la obscuridad.
La noche se
detiene
para sentir
que estás conmigo
otra vez más,
recuerda
que tus
ojos tienen sangre
recuerda el
viento
que aúlla mi nombre
recuerda la
luz que tiembla
y cruje la
noche en las pupilas
recuerda
que me hablaste
de amor en
el tiempo
que cae
muerto
que pactamos
con el hielo
la vuelta
del invierno,
recuerda
cada latido
de
oscuridad
que llama a
tus venas de humo
recuérdame en la eternidad del beso,
en cada
rosa que robe tu cuerpo,
recuerda
que vivo para ti
dando voz a
la soledad asesina,
la flor
vive soñando
que fue
mariposa y abeja,
vive
durmiendo la semilla
enamorada
de la tierra
para
despertar
y
enamorarse del sol,
clávame estas nubes de sangre
en el
hierro de mi destino,
se me negó la luz
encadenada
a esta tierra sin cuerpo,
solo tú me sientes
en este
camino
que no
lleva retorno
solo
espiral anhelada de renacer
el tiempo
ya no nos puede sostener
camino
buscando el frío
en este
calor que quema el alarido,
te encontré perdido
hoy vives
un amor
que sientes
soplándote al oído,
en la
puerta del infierno caído,
te casaste
con la luna
que reinaba
en tu corazón,
al viento
le diste voz,
a la lluvia
la nombraste
lágrimas de mi ayer,
le diste
ojos
a la sombra
para mirar,
la espina
caía herida,
la caricia
retornó a las
polillas,
la vida
marcha deprisa
cuando
abras los ojos
ya todo
habrá cambiado
solo
encontrarás que
seguiré a tu lado
aguardando
tu otoño
y la caída de tus hojas,
esperando
que seas mi acompañante
en los
siglos y milenios
que nos
condenaron,
encontrarás esta sed del cielo
en cada
silencio muerto,
en cada raíz
que grita
en su tierra
toma de la
vida lo que quieras,
siembra tu
aliento
en cada
tierra,
tú todo lo tienes
yo solo soy
una fantasma
que sólo tú ves.
El Castellano
HEMATÍES:
Recto metal pudiente,
rige directriz
en este mundo de
espejos irascibles,
de avaras ondas líbicas
que sedujeron el
troquel
de mi soporífera
piel.
Bajo tus compases
desnudos
de pureza indómita.
Ojos flamígeros
con verde intransigente
desdoblado oasis
al candor escalado
en llamas, en escalas a
tu fría luz.
Crestea el ser de
espuela,
adoraciones férreas,
dispuestas en lágrima
del fuego,
voy al nido de tus
sombras
mi parra ya afilada
bajo sombra madre
enhiesta dirige mi
compostura
armada de pulcro
silencio.
Desnudo en la penumbra
mis ojos limando
tu tenebroso violín,
parca mi destino,
ensombreciendo,
anidando
este mi cariño
dispuesto,
suave,
extensión
del sórdido plano espectral.
Voy ya por mi nube rígida
densa tu oscura
sedienta sangre,
reguero inmutable,
avanza la densa lencería
de tu belleza,
no, no desvanezca tu
honda mirada,
así
me gusta a mí.
Senderos exterminados
que quisieron imponerse
sin tu querer.
Alojo la turquesa que
te reflecta
mi cristalina musa,
solo ante el mundo
¿Y
qué?
acaso osa compararme lo
rodero,
transmigro mi ser en digna
crisálida
fortificada,
buscando renacer
en colmena de esencias,
estoy cayendo
acaso no quiero,
subir descendiendo el
generoso placer.
Sostenme aparte
donde nadie pueda
verme,
seré
tu suerte.
Herejía
dulce saberte,
guiando mis abrojos
que me preceden,
me gusta saber quién
eres.
Hematite cuando coagula
mi sangre.
C1 castellano
Ocaso florido:
Por la
solariega vega del alma bullo,
jamás yo de sus brillos acrisolados
rehuyó,
yo que en
fiel hueso calizo me siembro,
y crepito
con su Sol mayor,
voy hecho
de lluvia
del páramo su desventura,
las
mentiras son erróneas
de todas
mis caricias al cielo abierto,
la noche
que empieza a sonar a mi Vera,
mantengo la
quietud en alabada
sombra
engalanada,
cae mi vida
y de nuevo te siento
cerca muy
cercana,
en tus campos
nazco como hombre nuevo,
soy el
crujido en tu ventana,
fiel abeja
que a tu flor regenta,
enamorado suspiro
de viento,
tu fiel
sustento,
marco
inamovible del desespero,
verbo y
adjetivo de solar afán
en
primavera que corre y lleva,
que abre y
desgasta,
mi verdad
que eres real,
y no un
aliento de humo
dame una
salvación,
y de la
arista un primor,
en este solar
muéstrame lo
que pasó,
quiero ser
aullido de viento,
solar empeño en tu piel canela,
dame vida
que yo iré a tu vera,
una tentación que espera,
no hay
miedo a esta hoguera,
este mundo
habitado por fantasmas
de la gran
ciudad,
me cuelgo
en sus faroles
en alas de
murciélago vivo,
hago
entender
a este
cielo de tijera descienda
su violeta
pintado de Malva-Luna
clamando la
vuelta de su fugitivo ocaso,
sin soles
lejanos,
héroe del norte de tu boca,
mi cálido corazón hirviendo
con tu
alzado amor,
mi beso de
azahar que te necesito,
siente mi
vuelta y su retroceso
a nuestra
estrella,
no estoy
perdiéndome,
me gusta tu
hablar, me gusta tu respirar,
estoy
dispuesto contigo a soñar,
estoy
viendo al hombre mirar a otro hombre,
estoy
haciendo de la bruma parir una sombra,
el hoy no
entiende de vender a este anónimo,
le necesita
para conquistar el mañana,
haciendo la
línea que
separe,
ven amor
toma mi mano
deshacemos nuestros
pasos al andar,
acunando
campos de lirios,
déjame nacer bajo la luz del Sol,
mi respiro
que mandó al cielo,
cruza
conmigo la era,
estallando
esferas,
hasta que
nuestro cuerpo brote en flores,
por los pétalos de nuestras caricias
deshojadas.
El Castellano
Relato Sangre yerta:
Capítulo
primero:
Era una
noche oscura de diciembre,
daban las
tres de la madrugada
en el reloj
de la iglesia del pueblo,
caía una helada de invierno,
y en el
cielo reinaba una luna llena de invierno,
ella dormía en su habitación
cobijada
con dos mantas,
la luz de
aquella luna iluminaba la penumbra de su cuarto,
como una sombra
de piel pálida se posó
en el alféizar de su ventana,
con cautela
deslizó el cristal
y
sigilosamente entró en
el cuarto,
podía oler la sangre de su cuello que
dormía,
puso su
mano helada en la boca de aquella chica,
que abrió sus ojos y solo alcanzó a ver dos colmillos
relucientemente
blancos,
el miedo
paralizó su cuerpo.
Sintió un escalofrío helado subiendo por su cuello.
Sobre este
cielo, reina mi amor quieto,
sobre los
vientos y mis nubes de versos,
clava mi
colmillo tu cuello,
bebe hasta
saciar la sed de mi adentro,
te descubro
al vuelo nocturno
y su dama
de oscuridad violeta,
pasado de
un pasado que nos hacía
brillar
en el marco
de la ventana al acecho,
lento
pierdes el sentido,
vas
sintiendo entrar tu nueva vida,
la antigua
solo te crea nostalgia y rabia,
te adentra
la mente al reino de la sombra,
tu sed se
vuelve intensa,
sientes vacías tus venas,
te levantas
con la luna, duermes con el sol,
soñando quien te mordió,
las
polillas y murciélagos son
tus compañeros,
te mudaste
de morada
a ese túmulo perdido y olvidado,
donde
reposaban guerreros antiguos,
solo la
sangre te despierta,
acechas en
tu oscuridad compañera,
la
oscuridad es más fuerte
que tu alma condenada,
cambiaste
tus vestimentas por una capa negra,
que esta
noche se verá en rojo manchada,
tu interior
lo sabe tan bien como tú,
al acecho, así sea una rama, o una ventana,
te
despiertas fría cada
noche que revives tu pesadilla,
no hay
lugar ni bar donde calmar tu sed,
solo el
cuello de víctimas al
anochecer,
la compasión y bondad solo huyó de ti,
solo vive
esa sed en ti de tener sangre,
solo una
condena te marcó,
para todos
y cada uno de los siglos que te vinieron,
algunas
noches quedabas saciada
y no
rematabas a tu víctima
solo la
clavabas tu condena en su muñeca,
y vampiro
la volvías,
tu capa con
los decenios ya parecía más rojo granate que negra,
te gustaba
oler aquella sangre seca y recordar
cada grito
y soñar con tu
embrujo
y como venía a despertarte, algún vampiro convertido
bajo tu
colmillo,
tosías con espanto, el frío y la humedad,
se apoderaron
de tu morada,
aquel túmulo, no tenía ninguna criatura de sangre sana,
las
polillas y murciélagos
volviste vampiros
para tu
diversión,
sentiste miedo,
tu noche pasada cuando tuviste que matar
un
cazavampiros, inexperto.
Los tiempos
no entiendes,
como la
gente, cambió su
superstición,
por
materialismo salvaje,
y a los
vampiros como tú mandaron a
la fantasía y a la
literatura,
tu única realidad solo la entiende el
demonio,
y a una
bruja invitaste a tu morada,
ella te
trajo un regalo, pero no permitió que
la mordieras,
y hoy extraña te sientes con una amiga mortal
que cura tu
soledad y tu condena.
Era
viernes, ella ansiosa esperaba la llegada del sábado,
a las tres
de la madrugada había
invitado de nuevo a su hogar
a su amiga
mortal,
ella quedó en traer comida y su puchero,
ella
esperaba llegada la noche del sábado
con
ansiedad y nervios,
como si
nunca hubiese conocido a su amiga,
sentía una extraña sensación de deseo al mirarla,
le caía saliva por sus colmillos al mirar
su cuello,
se prometía a sí misma no morderla,
pero su
naturaleza la torturaba cada vez que la veía,
aquella
bruja guardaba un secreto,
sus visitas
eran interesadas,
quería pedirle a su amiga vampira
un favor
que ella no podría rechazar
una vez conquistado su aprecio,
ella le
pidió aquella
noche que se deslizase en la noche
y volase
para morder y matar a tres enemigos de aquella bruja,
los tres
hombres que denunciaron a la inquisición a su madre
y ella quedó huérfana cuando quemaron a su madre
bruja
en aquella
hoguera de la plaza del pueblo,
lo que la
inquisición no sabía,
que aquella
bruja que quemaron
ya estaba
muerta y condenada
pues
vampira era,
y el fuego
nada la hizo,
vivió en la sombra atormentando a los
aldeanos que la creían
muerta,
y ella
misma fue quien mordió y
convirtió en vampiro
a la a la que ahora
es la amiga
vampira de su hija.
La vampira
sin poder renegar de su naturaleza
pidió un precio elevado por su trabajo,
y ese precio
fue
que la
bruja dejara y permitiera ser mordida por sus colmillos
para ser
amigas eternamente siendo vampiras ambas,
la bruja
aceptó su nuevo
camino y nueva vida
haciendo su
pacto de sangre aquella noche con la vampiresa.
Ella llevó un puchero de sangre aquella
noche,
sangre de
animales cazados en el bosque,
solo
consiguió despertar
el apetito de su amiga vampiresa
el acuerdo
estaba hecho,
y hasta que
no matase a esos tres inquisidores no podría morderla el cuello,
se quedaron
platicando hasta el amanecer,
y entonces
su amiga se fue a su ataúd a
dormir hasta la noche siguiente,
al
despertar la noche del domingo
una nota en
tinta escrita encontró,
quería los ojos de sus enemigos en un
tarro,
a sí quiso y a sí sería,
aquella
noche, se puso sedienta,
corría veloz como una sombra más,
el cielo
corría un helor
muerto,
y una
neblina que cegaba hasta el sentido más despierto,
era la
noche más siniestra
elegida para cumplir su encargo a su amiga,
tenía la dirección apuntada con odio
de sus
siguientes víctimas,
tenía ansiedad por arrebatar aquellos
ojos y dejar vacías aquellas
venas,
se coló a través de la ventana abierta de la
recamara y despensa,
de aquella
casa lujosa de clérigo
de víctima,
ya olía su sangre mientras avanzaba el
pasillo,
una luz de
una vela la alertó
algo iba
mal,
encontró al inquisidor durmiendo con un ojo
abierto en una mecedora,
una
ballesta cargaba en la mano de lo paranoico que era,
vió la sombra de la vampiresa, y se
hizo el dormido,
cuando ella
sacó sus
colmillos relucientes aproximándose
al acecho,
abrió los ojos el cura y disparó su ballesta,
la vampira
rápido y
veloz saltó y se
enganchó en el
techo frío,
al segundo
después ya tenía ensartado el cuello de su víctima,
que este
maldecía asfixiándose en latín antiguo,
a cada
oración más rabia sentía aquella criatura de la noche,
clavó sus colmillos en los ojos,
y de un
mordisco los escupió en
el tarro de cristal,
a
continuación, tachó el primer nombre de su lista
con unas
gotas de sangre fresca,
minutos
después ya se
encontraba volando
hacia la
morada de su amiga bruja en el bosque
tocó a su puerta, ella contestó con dulce voz,
amiga te
esperaba temía que algo
te hubiese pasado,
abrió la puerta y la invitó a pasar,
Ven siéntate, brindemos por esta noche
siniestra tan bella,
la vampira
sonrió tenebrosamente
luciendo sus colmillos manchados en sangre
agudos como
agujas,
veo que
mucha hambre no tienes amiga jeje,
al momento
sacó de la capa
el tarro con aquellos ojos frescos
con el
nervio óptico
intacto y el iris tenebrosamente en color,
como si aquellos
ojos siguieran con vida,
uno menos
gritó alegre la
bruja,
te amo le
dijo a la vampiresa,
yo te amo más contestó la vampiresa
al tiempo
que caían gotas de
saliva por sus colmillos,
le
encantaba desnudar el cuello de su amiga con sus frías manos
a modo de
caricia tierna.
Te faltan
cuatro ojos más para
morderme sobria y parca respondió,
lo sé, mañana más pronto que tarde los tendrás,
al tiempo
que observaba como la bruja,
abría una rata con un cuchillo
y metía dentro los dos ojos,
a comer
Sombra misina, misina,
apareció corriendo una gorda gata negra
de ojos amarillos
como de demonio,
ronroneó y se restregó en las piernas de la invitada,
que contestó ¿puedo morderla?
tan dulce,
tierna y sabrosa que se ve,
No contestó medio enfadada
es mi gata
y la amo, igual o tanto como a ti,
está bien dijo- Cuando seas vampiresa tú misma querrás morderla
a esa
morcilla peluda con patas llamada sombra,
ambas
rieron y conversaron
hasta tarde
en la madrugada,
ya va a
amanecer amiga tengo que volver a mi túmulo,
no te preocupes
amiga mañana te hago
una visita
para que me
entregues comida fresca para mi gata,
A sí será ambas se despidieron con un abrazo
tierno de hermandad,
llegó la vampiresa y se tumbó en su ataúd.
Despertó a la noche del lunes con
retortijones de tripa
y una tos
espantosa,
presentía una noche fructuosa de caza,
pues las
polillas y murciélagos de su
túmulo lucían sus colmillos rojos,
al
anochecer, está es la mía dijo y salió en busca de la siguiente dirección,
emocionada
examinó la
fachada,
y vio que
sería más fácil que la noche anterior,
veía una ventana que daba directa al
dormitorio
del segundo
inquisidor,
un olor a
sangre excitaba su sed, y ya sigilosa estaba moviendo el cristal,
una vez
dentro vio col gusto y dulzura su alimento,
un cura
obeso,
que estaba roncando
hartado de vino y carne,
puso su fría mano tapando la boca y la nariz
del clérigo
e insertó sus colmillos en su cuello cual
espadas,
siguió bebiendo una hora larga de reloj
hasta que
aquel corazón dejó de latir,
a
continuación,
cercenó las cuencas de los ojos de aquel
inquisidor
con precisión de cirujano con sus colmillos
prominentes,
escupió los ojos en un tarro de cristal,
al tiempo
que pensaba
se va a
hinchar esa gata obesa con otra rata rellena de cuatro ojos frescos,
se fue
volando, riéndose, a su
siguiente dirección,
tras tachar
el segundo nombre de la lista,
ya había llegado a la dirección,
esta vez
era una casa cuartel con mazmorra,
del
alguacil inquisidor,
no sabía que le esperaba sorpresa aquella
noche negra y yerta,
abrió la verja, mordió al perro guardián que ya babeaba con sed de sangre,
abrió la puerta principal que se
encontraba rota y crujía,
el escalofrío de la emoción recorría todo el cuerpo de la vampiresa,
encontró al alguacil en su lecho ebrio de
vino hasta el hartazgo,
esta vez arrancó los dos ojos con sus uñas
que
llevaban siglo y medio sin conocer un corta uñas,
contuvo el
grito de desgarro metiendo la esquina de su capa
hasta el
fondo de la garganta de su víctima
depositó los ojos en el tarro
y bebió hasta quedar con dolor de tripa,
al ver que
el corazón del ciego
alguacil dejó de latir,
saboreó un extraño olor de sangre reciente y carne
gangrenada,
siguió el rastro hasta las mazmorras
y descubrió el horror que las habitaba
eran las
mazmorras de la inquisición
en ellas
descansaban hombres encadenados gimiendo y maldiciendo de dolor,
veintiséis cuellos, mordió en aquel lugar,
después de llenar una bota de piel que
antiguamente guardaba vino,
con sangre
de arterías
cercenadas,
ya tengo
almuerzo merienda, vianda, y ten ten pie, para mañana,
pensaba
satisfecha al volar a casa de su amiga,
tocó su puerta de su casa de bosque
una voz dulce
contestó
ya va
cielo,
al abrir la
puerta a su amiga desnuda contempló,
estaba
haciendo un aquelarre y tenía
un extraño olor en
la entrepierna,
estoy
trabajando contestó la
bruja,
pasa y acomódate cielo,
y en que
consiste tu trabajo, preguntó
con curiosidad la vampiresa
con la boca
llena de saliva de deseo,
he
preparado un ungüento,
tradicional que conocemos las brujas
para
contactar con el demonio
¿necesitas
ayuda? dijo la vampira,
no tranquila,
¿trajiste la
comida para sombra?
así es, contestó orgullosa,
bien sacó una rata de un almanaque y la abrió en dos,
aquí tienes amor
a
continuación, metió los cuatro ojos de relleno.
Sombra,
Sombra
Misina, mis
mis,
tu cena
cariño,
salió corriendo con dificultad por estar
obesa aquella gata negra de ojos amarillos fijos,
se sobó en las piernas de la amiga
invitada y ronroneó de
nuevo,
estás contenta e sombra, le has cogido
cariño a mi
amada amiga,
miau
contestó la gata y
se puso a comer la rata rellena de ojos sangrantes,
terminó la rata entera, y se quedó durmiendo en su alcoba pequeña
llena de
pelos, y raspas de peces del río y
plumas,
esa hasta
mañana no
despierta dijo la bruja riéndose
a carcajada siniestra,
trato
completo, debes pagar el precio del acuerdo
dijo la
vampiresa,
está bien contestó la bruja,
que se untaba
un ungüento con
aroma a sabia y a yedra en su entrepierna,
¿Qué lleva eso? preguntó asombrada
pues bien
lleva mandrágora, yedra
y daturas de estramonio, machacadas a mortero,
Am,
y eso qué efecto tiene,
ayuda en la
adivinación,
y llama al
demonio con mi plegaria de odio,
está bien,
te ves rica
y deliciosa a sí desnuda,
si fuera
hombre esta noche te hacía
cinco hijos,
la bruja río para sus adentros,
está bien estoy lista,
inclinó la cabeza mostrando su cuello
desnudo a la vampiresa,
se levantó de la mecedora
reluciendo
sus colmillos
pasó la lengua por el cuello de la
bruja
y le susurró al oído,
dame tu muñeca,
para que
seas vampira tu corazón
no bebe pararse
ni quedar
sin sangre,
acontinuación, mordió su muñeca,
cerró la ventana y aquella noche se quedó en casa de su amiga,
amaneció y se durmió en su cama abrazada a su amiga
aquel día frío de invierno,
llegó la noche del martes,
abrió sus ojitos, emocionada vio que su
amiga bruja
que ahora
era vampira estaba bebiendo con ansias toda la sangre de aquella bota
que llenó en las mazmorras de la inquisición,
se acabó la sangre,
y más rápida que un rayo la vio mordiendo
una pata de su gata,
estaba
segura de que tu gata correría
tu misma suerte
ambas
rieron plácidamente,
toca tu
primera noche de cacería
amiga,
vamos,
vamos dijo emocionada,
al alcalde
quiero esta noche por cabrón,
está bien, chuparemos las sangres del
alcalde,
treparon el
castillo donde vivía
entraron
por su ventana y cada una eligió un
lado del cuello,
ambas
bebieron del cuello del alcalde hasta quedar saciadas,
volaron a
su refugio,
y la
vampiresa le suplicó a
su amiga bruja vampira
que se
mudase a vivir con ella a su túmulo
y que la daba permiso para llevar allí también
a su gata
obesa vampira,
pasaron la
noche platicando de cacerías
y nuevos objetivos,
con la gata
mordiendo murciélagos más grandes que ratas
y
ronroneando al lado de su dueña,
llegó el sol y se tumbaron en sus
respectivos ataúdes,
esperando
con sed su nuevo anochecer eterno.
Fin Primer
Capítulo
Segundo capítulo que trata del amor que surge
entre las dos amigas:
Erase ya un
miércoles
nocturno, negro y yerto,
la niebla
dibujaba las tinieblas siniestras,
se podía respirar la humedad en el
ambiente,
aunque los
caracoles por ser invierno todavía
no caminaban por la hierba húmeda,
platicando
se encontraban en el túmulo
las dos amigas,
debatiendo
la cena,
-Hoy amiga
quiero que me consientas,
hay un
hombre del pueblo que no me pagó mi
trabajo de bruja
no me pagó,
la muerte
del hombre al que debía
dinero este señor,
me costó desplomar, escalando montañas para conseguir
aquellas
yerbas y el sapo pa’
abrir y meterle el nombre
pa’ trabajar aquella muerte,
de acuerdo
le chuparemos la sangre a ese moroso
¿Dónde vive?
-A las
afueras del pueblo,
tiene una
granja donde cría gorrinos
para vender en el mercado,
está bien iremos, pero me prometí a mí misma no morder más animales,
su sangre
me da retortijones y empacha,
vale solo
le vaciamos el cuello,
y a su
esposa también por
maruja, chismosa.
La noche
del miércoles,
se tornaba
larga y deliciosa para las dos vampiresas,
ya volaban
como dos sombras en aquel cielo nocturno con niebla,
llegaron a
la granja,
los
gorrinos roncaban,
bueno una
gallina no sienta mal a la tripa espérame,
una no fue
suficiente mordió veintitrés gallinas hasta tener retortijones,
abrieron la
ventana de la habitación,
y allí estaba el deudor roncando en el
lecho con su esposa,
¿ves que
tiernamente siniestro se ve nuestro trabajo?
Si mi
cielo,
una mordió el cuello del hombre otra el de la
esposa,
algo
macabro resultó aquello,
de repente
la boca de la mujer que dormía
empezó a brotar
sangre,
la vampira
inexperta bruja había
hincado demasiado hondo sus colmillos
perforando
la garganta de su víctima,
que bruja
eres contestó riéndose
al instante
estaba chupando la sangre de la boca,
para no
desperdiciarla,
tenían las dos bocas juntas las dos
amigas,
y una extraña sensación de nervios sintieron las amigas,
en la
oscuridad la boca de una llegó a
la boca de la otra,
y con la
sangre empezaron a besarse con pasión y deseo,
aquello les
daba más placer
según pasaba el
tiempo,
el corazón de sus víctimas ya no latía y decidieron volverse al túmulo de su vivienda,
allí hablaron larga y tendidamente como
si nada hubiera ocurrido,
pero ambas
amigas sabían que habían sentido placer en aquel macabro
beso de pasión
ya empezaba
a asomarse el sol,
y se
metieron en sus tumbas,
aun estaba
la luna en el cielo y apenas eran las cinco de la madrugada,
aún faltaba hora y media para que
saliese el astro rey,
se dieron
el besito de buenas noches y se acomodaron en sus respectivas tumbas,
te huele el
aliento a gallina amiga
jajaja es
broma no te enfades, te quiero,
yo también que descanses bruja,
hacía años que no hacía trabajos de bruja, pero amaba que
su amiga la llamara bruja,
aún podía sentir la nostalgia de su vida
pasada en su ser,
buenas
noches amiga hasta esta noche,
yo también te amo,
en la
oscuridad del túmulo
habitado,
se oyó una tapa de ataúd crujiendo al abrirse,
amiga amada
puedo dormir este día a
tu lado,
es que la
oscuridad me da miedo dijo riéndose
siniestramente,
ven bruja te
hago un lado en mi ataúd,
las dos
juntas allí durmieron
en la misma tumba besándose
toda la noche
y acariciándose sus piernas,
besándose y haciendo pequeños mordiscos mutuos en sus vaginas,
ambas
acordaron al llegar la noche del viernes,
que dormirían todo el invierno juntas en el
mismo ataúd,
la gata
negra de ojos amarillos sombra tenía muy mal aspecto había engordado 7 quilos
de beber
noche tras noche decenas de murciélagos
hasta dejarlos vacíos,
así en amor y ternura pasaron el
invierno frío
hasta que
una noche de mayo ya se encontraban en su primera primavera sangrienta
que el amor
y la sangre altera.
FIN DEL
SEGUNDO CAPÍTULO
CONTINUARÁ
Tercer capítulo
Que trata
sobre el encuentro con la madre de la bruja vampiresa
Corría una noche de primavera en aquel
pueblo maldecido,
por las
criaturas del averno y su muerte sedienta,
despierta
bruja, ya es de noche,
ahi no que
sueño, me
siento como si no hubiera comido en una semana,
mira, mira
ha crecido una seta enorme al lado de nuestra tumba,
ajá es una macrolepiota tóxica,
con ella
hacía venenos
de encargo cuando era bruja,
ahí cuando yo era bruja,
qué vida, más perra esta,
he acabado
durmiendo
con una vampira siendo yo misma otra vampira,
bueno
estamos y somos felices y comida no nos falta,
tienes razón pero como sigamos a este ritmo
vamos a beber a todos los del pueblo
y nos
reclamarán comida
decenas de vampiros hambrientos,
bueno entonces
iremos a cazar esta noche al pueblo vecino,
hay unos
cuellos que duermen alegres el sueño del gorrino
esperando
el san Martín de
nuestros colmillos.
Si te soy
sincera, el pueblo vecino corría
de leyendas,
que estaba
condenado y maldito por demonios,
a si es
beberemos sangres tres veces más
ricas de personas poseídas,
amén a sí sea, te aviso que esos demonios
duermen despiertos,
no me metas
miedo,
los
demonios siempre son amigos de las brujas,
diles que
te dejen morder su cuello a ver si son tus amigos,
deja el
sarcasmo,
soy
valiente y fuerte y tengo hambre.
Venga
vamos, espera que le cojo un murciélago a mi gata sombra,
con tanta
sangre de murciélago va a
coger una cirrosis tu gata obesa,
o una
diabetes, -Que va esta solo con los huesos fuertes, no está obesa,
sí, sí lo que tu digas,
vamos,
ya estaban
volando juntas aquella noche de primavera,
llegaron al
pueblo vecino
y se
encaramaron a una ventana que estaba iluminada con luz de velas,
mira, que
mal rollo ¿ves eso
bruja? ese cura da más
miedo con ese crucifijo que un cazavampiros,
esperemos
que este de espaldas amada y le ensartamos el cuello,
vale a sí lo hicieron,
de un
zarpazo tiraron el crucifijo del cura al suelo,
que se
encontraba en medio de un exorcismo,
lentamente
la sangre del religioso dejó de
brotar por su cuello,
lo hemos
dejado seco, vamos a por el poseído
de repente
contemplaron asombradas como el poseído se doblaba y retorcía
para
balbucear sus últimas
palabras,
tu madre
que condenaron a la hoguera además
de ser bruja era vampira,
y sigue alimentándose en la oscuridad y la
tiniebla,
para puede
que este pobre diablo tenga razón,
puede, pero
ya conoces al demonio que te cuenta la mentira más bonita
como que
hay cerdos con alas de murciélago
que vuelan
y son vampiros,
tranquila
que si es cierto
puedes
comunicarte con tu madre mentalmente y ella vendrá a verte,
escucharon
un chirrido en la ventana mientras vaciaban el cuello del poseído,
mira una
vampiresa como nosotras,
Madre eres
tú,
si hija soy
yo,
te he
echado de menos todos estos años vigilándote en la sombra,
te echo de
menos también
te amo
madre,
veo que
ahora eres vampira también
si y acabé con los tres hombres que te
quemaron en la hoguera,
esa es mi
hija
siempre
supe que tenías un corazón de guerrera,
tengo que
irme hija perdóname por
hacerme pasar por bruja quemada,
no te
preocupes mami, siempre supe que volvería a verte.
Nosotras también nos vamos ya pronto saldrá el sol.
FIN DEL
TERCER CAPÍTULO
CONTINUARÁ
CUARTO CAPÍTULO
Que trata
sobre la visita al túmulo
del vampiro ermitaño Miguel,
y la boda de las dos amantes vampiresas.
Corría una noche lluviosa de mayo,
cuando de
repente tocaron a la puerta del túmulo,
las dos
vampiras se encogieron del sobresalto llevaban dos décadas sin recibir una condenada
visita,
abrieron
con cautela la puerta,
¿Quién llama? Preguntaron.
. Soy el
ermitaño Miguel,
aquel que vive por los siglos en la cueva del monte del reguero del gato.
Pase, pase
bienvenido sea llevamos mucho tiempo sin una visita cochinera,
adelante mi
casa es su casa,
póngase cómodo, que le trae a bajar de su
montaña,
Os cuento
que llevan decenas de siglos mis barbas bebiendo la sangre por mí,
vengo
aterrado de estar enterado que un cazavampiros llamado Juan Belmonte
ha llegado
al pueblo a investigar los ataques de nuestra amada familia,
que el
demonio la guarde en su seno y morada,
vengo a
ponerlas en aviso que no salgan a cazar solas,
ese
cazavampiros tiene los huevos mu gordos
y ya a
pasado cepillo a siete de los nuestros,
las invito
a cenar mañana a ambas
a mi cueva para dialogar sobre el asunto,
no quiero
ver desaparecer a mis dos amadas vecinas que espío cuando me aburro
y se comen
la boca y las piernas con deseo y lujuria,
pero bueno ¿no le han dicho que espiar está muy feo?
Perdonadme,
pero con tantos siglos uno ya se vuelve un poco verde,
no se
preocupe con gusto iremos mañana
a la noche,
de acuerdo
las espero ansioso,
y cuidado
con los caminos de la noche,
con esa
estaca de Juan Belmonte.
Cuidado
tendremos, nos vemos mañana,
chupe
cuellos en paz
igual
deseoso de gusto las espero para tomar un cafelito y un vinito de sangre,
hasta una
gitana vieja me hizo una canción
la del probe Migue
pero soy tímido y solo la escucho cuando estoy
triste,
llegó la noche de la cena esperada y las
vampiresas fueron a la cueva del reguero del gato
con su gata
sombra,
bienvenidas
sean a mi humilde morada, pasen, pasen,
más guapas y no despiertan esta
noche,
jaja sí, el amor nos tiene con piel de
lechuga y picores diurnos,
eso es
bueno,
bien de
cenar hay gorrino vivo a chupar, sopa de rata de agua,
y la
panadera del pueblo recién
secuestrada,
se veía bien dulce y sabrosa aquella
panadera amortajada con unas bragas rojas en la boca,
la rata
para mi gata sombra que está a
dieta,
de acuerdo
iré sirviendo
un vinito de sangre gran reserva traída de las mazmorras de la inquisición,
serviré de tapa lenguas humanas estofadas,
que rico y
sabroso huele que alimenta,
ya va espérenme sin salir volando.
Se hartaron
a cenar y a beber, una extraña
sensación de deseos,
sintieron ambas vampiresas
por aquel
ermitaño simpático y risueño llamado Miguel Capote,
antes de un
parpadeo estaban en su lecho desnudas bajo su embrujo,
cosa cierta
porque aquel vampiro era brujo druida,
hicieron el
amor con pasión y lujuria
toda la noche,
y acordaron
casarse las dos con aquel ermitaño
misterioso,
pasaron
aquellos tres meses tres días
y tres horas
de
prometidos cazando y alimentándose
juntos
hasta que
llegó el
esperado día del
casamiento,
fueron de
invitados, el conde Drácula
de Transilvania su esposa Anacleta su sobrino Dante Romero,
un ciervo,
un centenar de vampiros murciélago,
polillas vampiras de los 3 continentes malditos,
duendes
oscuros, hadas asesinas, basiliscos y demás criaturas del averno,
sonaba el
flamenco y corría la sangre
fresca por doquier,
el otoño siguiente vivían su vida de casadas las dos
vampiras amantes
eternamente
enamoradas y sedientas de sangre.
Fin del
cuarto capítulo
CONTINUARÁ
Quinto y
penúltimo capítulo
El amor
eterno y desenlace
Trata sobre
la lucha contra el cazavampiros Juan Belmonte y la adopción de un niño vampiro rumano:
Caía ya una noche lúgubre y cálida de junio,
se podía sentir un hedor muerto en el
ambiente,
las
vampiresas se encontraban alimentándose,
estaban en
la granja de un aldeano del pueblo,
este estaba
obeso y sano, de alimentarse de tanto puerco y gallina,
ambas tenían un extraño presentimiento,
como si
algo no fuese a salir bien aquella noche,
sentían otra presencia en aquella
granja,
y a sí era, al salir de la granja,
se
encontraron con el cazavampiros Juan Belmonte,
que llevaba
una estaca en la mano derecha
y un brazo
musculoso,
se quedaron
paralizado con aquel cazavampiros,
como si hubieran
visto un fantasma tres veces muerto,
de repente
se escuchó un fuerte
disparo,
y el
cazavampiros Juan Belmonte cayó
desplomado,
se trataba
del ermitaño Miguel
que había acudido al lugar con una escopeta
intenta
dejarme de nuevo sin esposas malnacido
desde la
tumba, después,
Miguel se
encontraba mordiendo el cuello del cazavampiros,
que se
estaba retorciendo como un gusano
en el suelo
tras recibir aquel disparo,
ese es
nuestro esposo dijeron las dos vampiresas aliviadas.
Caía ya larga la noche,
y nuestras
amigas descansaban en su túmulo
platicando,
aquella
noche de junio había
sido muy intensa para las dos,
que ya se
encontraban en una tumba juntas
besándose con pasión y lujuria,
llegó la noche siguiente a aquel pueblo
maldito sin nombre,
las dos
vampiresas se encontraban apenadas,
a ambas se
les había pasado ya
el arroz
y a su edad
jamás podrían tener hijos,
tras
pensarlo largo y detenidamente
decidieron
adoptar un niño vampiro,
llegaron a
la decisión de que
adoptarían al pequeño vampiro,
famoso por
sus libros infantiles,
aquel pequeño vampiro era de Rumanía
y se
llamaba Rudiger,
fueron al
juzgado vampiril rumano,
y tras unas
largas burocracias tenían
los papeles de la adopción
en su mano,
tuvieron
que sobornar al juez rumano
para
conseguirlo,
le regalaron
seis botellas de sangre de vino gran reserva añeja,
y una
maleta con el cardenal de la inquisición española
Bartolomé Diaz Espartaco, se lo regalaros en
una maleta de hierro,
con
cerrojos y murciélagos
grabados,
aquella
maleta tenía agujeros
a modo de respiradero.
Ya tenían al pequeño Rudiger en casa,
y fue la
mayor alegría de su
existencia,
jugaron al
endemoniado y al ahorcado,
y salieron
a cenar y dar un paseo nocturno,
el verano
estaba llegando a la aldea maldita sin nombre,
ya pronto
serían las fiestas
del pueblo.
Fin Del
Quinto Capítulo
CONTINUARÁ
Capítulo sexto, capítulo final
Que trata
sobre los orígenes del
pueblo vecino endemoniado.
Caía ya una noche de calor y de
grillos una noche de julio,
nuestras
vampiresas se habían
despertado emocionadas,
veían a los murciélagos y las polillas del túmulo gordas y babeando sangre,
vamos bruja
esta es nuestra noche hay comida hasta hartarse y son las fiestas del pueblo,
sí, sí, sí, quiero,
¿Me sacas al
baile?
¿Me llevarás a bailar?
Pero bruja
somos vampiras, no mortales,
Ya veo
desde hace un siglo y medio largo,
bueno algo
podemos hacer,
le
pediremos a nuestro esposo que deje la timidez y nos ponga la canción del probe Migue
que le
escribieron,
ni hablar
se escuchó una voz
tras la puerta,
hace una
noche pa’ asar la
manteca y no quiero ponerme triste,
por fa, por
fa,
bueno está bien pero solo la pondré una vez,
sonaba ya
la canción en el
gramófono,
Qué le pasará, qué le estará pasando al probe Migue
que hace
mucho tiempo que no sale,
dice que se
ha vuelto ermitaño en su
montaña,
que de ahí no quiere más salir,
allí se hace su cafelito hasta se toma él su vinito;
ambas
rieron a carcajada siniestra,
es preciosa
amor,
te describe
hasta la perfección,
bueno fuera
la broma o la quito,
jajaja no
te enfades,
hoy iremos
al pueblo vecino,
algo oscuro
y gordo se está cociendo
allí hay
vampiros poseídos
que nos están haciendo la competencia,
está bien, al rato se encontraban
volando al pueblo vecino,
fueron a la
iglesia del pueblo
que tenía escrito en la puerta con sangre,
pueblo propiedad
del demonio
y Calvin Caín,
tienen
sentido del humor por lo menos nuestros amigos,
si, sí ya le entra a uno mal rollo de
verlo,
se escuchó una voz que provenía del campanario,
bienvenidos
pasen, pasen
¿Da mal
rollo ves?
se puede
venimos del pueblo vecino
a exponer
nuestro problema vampiresco,
está bien, pasad y poneros cómodos,
pasaron a
los púlpitos de
la iglesia,
y bajó del campanario un vampiro anciano
jorobado,
con la cara
rajada,
me presento
soy Odor, jorobado de Notredame para servirles,
como podrás ver soy vampiro extranjero francés,
¿Qué les trae a mi humilde morada?
Pues bien, últimamente estamos teniendo
problemas con vampiros endemoniados
de este
pueblo que nos hacen la competencia y nos dejan sin alimento,
está bien se acordará lo siguiente el invierno y la
primavera será la veda
abierta
para los
vampiros de vuestro pueblo, otoño y
verano
será nuestra veda para nuestro pueblo
del demonio,
las dos
estaciones que tendréis
vedadas tendréis que ir
tirando de despensas de sangre
y sangre
que halláis
almacenado en botellas, barriles y toneles.
Me parece
justo,
una
pregunta más y nos
marcharemos,
¿A qué se debe tanta presencia del
demonio en este pueblo?
Pues corre
la historia que san Miguel ARCÁNGEL
bajo del
cielo en septiembre porque se gastó todos los dineros en licor,
casinos y prostitutas
bajó a hacer la vendimia como todo buen
hombre del señor,
y
aprovechamos para ensartarle los colmillos y volverlo vampiro,
desde
entonces el Arcángel vive
en Transilvania,
bajo el
seudónimo de
conde Drácula ese es
nuestro origen endemoniado,
sin san
Miguel luchando contra el demonio,
cientos de
demonios salieron y se apoderaron de todos los aldeanos del pueblo,
brindaron
en sangre,
y todos se
fueron a dormir pues ya iba a salir el sol.
FINAL
El
castellano
Surco de alma:
Dentro de
la luz, fuera de la noche
y su
oscuridad que sujeta,
estoy en el
sueño,
estoy a
lomos de mi araña
descubriendo
mi pasado
que voy
dejando atrás,
un tren
escucho desasirse
es mi
existencia
en tal
crujido de sangre y aire
abrirse.
Ventanas transparentes
dejan mis
reflejos ausentes,
busco por más
noches en
vela de navegante
sin mar ni
final,
yo amo la
virtud
mi ser
desnace en alas quejumbrosas
de creación,
de soles
por ilusiones,
cumbres
febriles, bosques dementes,
sombras
amadas al acecho,
este es mi
pecho,
resquicios
de árboles
soy ciprés
soy
guerrero de mí mismo,
era o no
era, sin abismo,
mi tardío cabalgó estrellas
por
puentes,
ríos y sus afluentes,
gramas por
sienes descubrió,
un
horizonte perdido
un mar de
cal y canto,
era esta
araña mi medio
de vida,
una oración, un ruego
de que no
me abandone,
cristales
rotos brotan un haz de sombras
es una clase
de fantasma la mía,
no se
consumía,
las
mentiras eran erróneas
detrás de mi escudo
donde todo
arde,
el tiempo
es un saco
nunca
cambia
sólo cambia su contenido,
una vez la
sombra brotó de mi
carne
sentí su abrigo de frío
quise sonar
la noche
quise ser sigilo
oscuro,
taciturno
del silencio,
mi vía buscaba la luz
para
abrazarla,
me abrió los ojos el mundo
desnudando
mi esencia
de pronto
mi bondad iluminó mi pecho
y hoy soy
dichoso, pleno, completo,
por saber
que soy bueno,
con esto
diferente a mi exterior,
y no hay
mal
que no
sucumbe
a mi
cuchillo de luz
llamado
virtud del justo.
El
Castellano
Carcoma del sentido:
Araña el segundo colgado de la pared,
junto con
la pesadilla matutina
que me hace
esquivo y falto de tu piel
naufraga el
barco sin océano
del rosario
que acompañó años y años
de
investida locura sin culpa causada
resquicio
tibio, veloz estampa de hiel
cruel
caracol que avanza en un sentido
y no es
volverte a ver
días cayeron por goteo
tierras
lejanas, sufridas
sin hueso
ni secreto vivido
sol a sol
elevado amor
preso de
aquel día que
fuiste musa del alba
y las nubes
tornaron de color
el cielo
lloró rocas
duras y encogidas
como este
corazón que hoy
te habla sin dolor
avancé paredes subiendo peldaños
las puertas
cerraron tu vista
el techo se
volvió universo
paralelo
los
fantasmas seguían a dueto
el verso
y solamente
quedo algo por decir
cuadros de
estirada realidad sin cielo
único
demonio interior me habla
dónde quedó tu marca
tu océano para que navegara
tus años que me eran indiferentes
hoy son
cuchillo de tu bien
fuego
vespertino quema la tinta de mi sangre,
sentado en
la silla del destino
mi valor mi
honor lo injusto del sabor,
lo vivido
sin catalogarlo en ofensa
libre por
amor pero para ti otro calificativo,
juicios
ajenos me resbalan
soy yo como
yo he querido
ni envidio,
ni deseo,
ni quiero
la ajena sombra
construir
puentes en mi corazón
escaleras
que lleguen al sudor de la creación
vida sin
vida elevada estima
para llegar
a la cima
que es que
lo escrito
un ser lo
recuerde
y vea mi
mente que arde
por la voz
de acompañante
mujer
ausente.
El
Castellano
EXTASÍA FUERA DEL TIEMPO:
Operación cero,
preparado
para destrucción completa.
Temblando
ruido agresivo
supresores
activos,
hostilidad
caótica
controlador
inactivo,
ctrl.alt.delete
mente eliminada,
extasía fijada,
dominación eleva la distorsión;
extinta
clase,
energía nunca muere.
Raza real avenga
el paso,
controla el
ruido ahora,
real es
terror en el hueso,
juntos:
-Guerra al
error,
guerra en
la boca de locura,
nadie viene
a morir hoy.
Tropas de
la luna
blanden
metal oscuro.
Más duro que el resto del tributo,
pura luz
sellada;
fase helada
en un, dos, tres segundos;
vidas en el
ojo de una aguja
sistema
sobresaturado
dirigiendo
bajo tierra,
era del
resplandor metálico.
Mortífera debilidad
perfección dicta
destruid el
defecto.
Vandalismo
ordena
descanse el
tributo enajenado.
Llanto de
la guerra crispada,
sórdida esencia implícita,
tercera
fase encendida,
fuerza
canta
ciega su
falta,
exterminio
en vena férrea,
faroles
dormidos
esperanza
difunta,
cobres
almas anidan
sigilo
deslizado
por entes
de éter.
Energía, niveles óptimos.
Conquistar
y destruir es lema,
pasado
rueda
el olvido
del tiempo.
Es hora de
estremecer;
por un alma
disuelta en electricidad,
fase oscura
dispuesta,
era lumínica comienza decadencia,
telégrafos disponen alaridos en cópula
sobre
postes de pino muerto.
Escarpias
frías
sostienen pensamientos,
nueva era
decreta,
hoy es mañana tejido en fábrica
de
herramienta llamada éxito,
ilusión en cadena
para
realidad de quien la estrena.
vanguardia
nombre
femenino
1.
Parte de un
ejército, o de
una fuerza desplegada, que avanza en la parte delantera, por delante del cuerpo
principal, o que se mantiene más
cerca del enemigo.
"el
escuadrón ganó la batalla gracias a la avanzada
de la vanguardia"
2.
Minoría que extrema las tendencias ideológicas, políticas, literarias, artísticas, etc., de un grupo o
movimiento más numeroso,
o que anticipa las que después
irán ganando
adeptos.
"el
cubismo y el surrealismo son dos tendencias de la vanguardia de principios de
siglo"
El
Castellano 14-08-2018
Luna de lobo:
Luna sempiterna
Luna
plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro,
pero te
escondes entre bloques de hormigón y
cemento.
Quiero verte,
pero incluso te escondes, por las violetas ramas.
Mas los
dragones, del cielo sonámbulo
te acarician.
Cielo
obtuso, de sueños
fluorescentes,
tú, de color líquido, solo templado con miradas
intermitentes,
por el
tiempo de espera angosto.
El murciélago baila con el colchón de tu luz,
rasgando
sombras,
para
reposar siendo una más.
Oscura
nebulosa de tu vítreo
trasluz dime,
por qué te siento incluso estando solo.
flores
opaco reflejo de luz violeta incluso de noche;
artificie
luzzae.
Lucero de
ciudad,
rompiendo
la obscuridad.
La noche se
detiene para sentir que estás
conmigo otra vez más,
noche está llamando moviendo su tranquilo
velo, noche llama una vez más
para sentir
que a mi lado estás,
recuerda
que tus ojos tienen sangre
recuerda el
viento que aúlla mi
nombre
recuerda la
luz que tiembla y cruje la noche en las pupilas
recuerda
que me hablaste de amor en el tiempo que cae muerto
que
pactamos con el hielo la vuelta del invierno,
recuerda
cada latido de oscuridad que llama a tus venas de humo
recuérdame en la eternidad del beso, en
cada rosa que robe tu cuerpo,
recuerda
que vivo para ti dando voz a la soledad asesina,
la flor
vive soñando que
fue mariposa y abeja,
vive
durmiendo la semilla enamorada de la tierra para despertar
y
enamorarse del sol,
clávame estas nubes de sangre en el
hierro de mi destino,
se me negó la luz encadenada a esta tierra
sin cuerpo,
solo tú me sientes en este camino que no
lleva retorno
solo
espiral anhelada de renacer
el tiempo
ya no nos puede sostener
camino
buscando el frío en este
calor que quema el alarido,
en la
puerta del infierno caído,
al viento
le diste voz,
a la lluvia
la nombraste lágrimas de
mi ayer,
le diste
ojos a la sombra para mirar,
el cuervo
te dio sus ojos,
la espina
caía herida,
la caricia retornó a
las polillas,
la vida
marcha deprisa cuando abras los ojos ya todo habrá cambiado
solo
encontrarás que
seguiré a tu lado
aguardando
tu otoño y la caída de tus hojas,
esperando
que seas mi acompañante
en los siglos y milenios que nos condenaron,
encontrarás esta sed del cielo en cada
silencio muerto,
en cada raíz que grita en su tierra
toma de la
vida lo que quieras, siembra tu aliento en cada tierra,
tú todo lo tienes yo solo soy una
fantasma que sólo tú ves.
El
Castellano
Criaturas en el alba:
Alba marcada sin aurora,
luz en
inocencia de flor silvestre
al pálido fulgor de estrella
sobrecogida.
Cristal
puro de oscura mano,
Nacen
virginales céfiros
ruedan
laderas suaves
que grama
blanquea,
destino de
esta infame senda,
vivir
acabar sorbo de postrer respiro.
Azur marcado
nacidas estas criaturas vespertinas
de celeste
insignia.
Por cuántos labores los ojos desplegaron,
secuelas
flagran y caracolean,
soterrada
la ventura,
un prado
arrancado a la semilla,
una dicha
conmensurable,
ajuar lumínico de espíritu,
árbol de ceniza
vestido.
Destellaba
la rosa-cruz rendida,
sus nueve
caídas.
Sotos sin
prisa arañando la
retina;
calma de
Dios personal
y sus
heridas.
Imperios de
ojos cerrados,
aguerrido
albor, vestido
en sangre
de brea,
yerta, flamígera, ascua prendida.
Injerto de
toda soledad anquilosada,
sin quieta
estampa fría,
procesos de
procesionarias
en quitina
sulfuran
que ellas
caminan.
Mariposa
negra y gris de ademán
nocturna
venda que el ojo
no vea.
Abre el
mundo
un soturno
caballito del diablo,
estas
criaturas esparcen destellos febriles
son
sensibles al tacto
y
desvanecen entre ocasos,
destierro
en hierro de sangre,
sus almas
duelen
sus vidas
huyen.
El
Castellano
Raíz de albor:
Broza
esculpo,
sus
pinceles verde azules,
idea, hazme
temblar la espera,
que tu voz dolida
sea lengua en azabache
de otra
noche que ya escapa,
y su vena
escarpe por cristales
de vítreo haz,
réquiem blandido en un cielo de
espadas,
anudada en
tu cintura desnuda,
áspera,
erizada ella,
mi idea,
combatiendo
ocasos leves
que te
dibujaron,
caos febril
de plateada rienda,
estrellas
miles la amparan.
Su muda
vaga entre cardillos de la dama
y su vestido
amarillo
de rayos
acrisolados;
alto templo
de erizos seculares,
caracoles
avanzan seniles
profundo
tallo,
bella eres.
Bella en
sueños no me
hablas
yo me quedé mirándote
para
decirte:
-Si te
encuentro, nunca te marcharás.
Desdén en este mundo de secretos,
en este
mundo de demonios
buscando
paz,
cazador
corriendo la noche,
por la vana
luz
cabalga el
cielo,
un aullido,
llanto de
un lobo,
miseria
enraizada,
cada
triunfo una escarcha
en hoja
escondida,
que a la mañana verás morir.
Abrazo mi
calma podando,
desmochando
lo que mi
espíritu
yergue,
forrajes
miles acampan el corazón férreo,
mi vena
coagula
al sentir
mi idea
que al ser
pensado el camino
no abandona
dictado sentimiento,
cinceles
esculpen mis manos
que
siembran este beso etéreo
por tu
caracola.
El Castellano
Frontera de la letra:
Se enervaba
el sonido del tambor dificultad, soterraña vista sin aspilleras refugio de
luz bajo la tierra. Voló sin
visión mi
vencejo de arena, seguía
levitando en el aire mi fantasma, encallecida la soberbia entre paneles de
plomo, refresca la idea. Frío
se miraba enlucido, sentado entre pilares de fuego, escribano de la estación meditando, esmaltada la mañana en ruptura del hielo, y sus
rosas huecas. Sí me arrastré por la miel del beso esperando
andar, madre viuda de ausencia ocupada, mi sombra hecha padre entre bruma y
humo de tinta, rastrojo que viaja al hoyo del sol. Me blandía mi estima al peso del hierro,
hacia la frontera de escritura, nulidad deslizaba la ventanilla.
Desvestido
hueso, mineral candente
avanzando
por un carril que marzo
bañaba sexual,
trinchera
con centinela
aspirando
humo de bruma,
entre
amapolas nucas,
surcos de
honor afilaban espigas,
el forraje
decía quién más fuerte.
baldío encrespando la suerte,
ojal de
tiempo florecido
del yerto
mejor,
sentir
entre la roca esperanzado,
luminosis
despertando.
Me tumbé entre la dorada grama
me creció un espectro
que hablaba
silencio,
y amaba sin
importar su verdad.
Abierta
zanja, abandonada sien,
era un
miedo atroz
tejido a no
tener mejor.
Noche silo
de oscuridad
destapada,
traspasas
mi ventana
entre espejos
tu voz se
hace la dormida.
Carruajes
malvas del sueño
taciturno
entre las espigas.
Fuegos y
fusiles iluminan
tu dama de
oscuridad
amanecida
por soles
que bajo
ella
parecen de
trapo.
Canto a tus
pestañas morenas,
alcanzando
tu osadía
de oscura
dama.
Llora mi
azabache
por tener
piel de arena
y brotes de
la noche.
Por estos
nidos carcomidos,
mis abejas construyen
sus
panales.
En fúnebres procesiones
de todo lo
que dejó de ser
y así descolgar
de esta araña la eternidad
entre sogas
de mi calor humano.
Verdes ojos
míos,
verde trigo
de mi verde
sino.
La noche
quiere
ahogarse en
mis ojos,
que su
sonido
visten y
desvisten
por
carcomas,
del
mutilado iris insomne.
Es sólo sangre en tus ojos.
Telaraña de vorágine,
araña descendiente de turbios lares,
de lúgubres pensamientos
de etéreas raíces en punta.
Blanco sueño devorado
al compás de cuclillos nocturnos;
en ondas de
listadas cadenas.
A la
esclavitud del latido
encorvado
trino,
es el final
dictado
de la
oscuridad;
la era lumínica
comienza de
esta esfera.
El
Castellano
Corazón de agua:
Hondo
conjuro,
poesía de tu voz
que se hace
meseta,
sobremesa
de cabales,
reniego al
cincel abrupto
de
transparencia líquida.
Un osar que
llama a la puerta,
se visten
quimeras:
verso arde
y conjuga el beso,
por cuanto
he conocido
es
insuficiente.
No me
alzaron
camaleones
con mi nombre,
amplio
silencio
secunde
largueza,
como día de recta hoja,
piélago frondoso,
perenne
estampa alzándose
en marejada
de fértil
tierra.
Recia infancia
en linderos
de semillas regaladas
por las que
nazcan hombres de hueso,
flor en mi
entraña parda y
austera.
Dura piedra
todo corazón,
lustrales
colores
hasta el
desnudo cielo de zinc
y su verde
tallo que no palpita,
no deja su
hondo manso lustre
en sortilegio
de su espejo
que yo místico sueño.
Me
desconozco
en este sueño que la letra
me tejía buscando luz
entre la
bruma,
encontré mi corazón de agua,
nadando,
casi despertando,
mi leño sin cruz podada,
llegué a la oscura nodriza madre,
la tierra.
El Castellano
I.Son
de mí:
Destellos de luna
que llora su azabache
blande el grillo su sino
a la hora que luce la azucena amarilla
sus galas perfumadas
se duerme la lagartija en su refugio
un grillo caza un autillo
me bebo mi copa de vino
el sonido duerme
otra noche estrellada
baila la llama
de mi vela
sera otra noche en vilo
contando mi insomnio despierto
el hueso de la luna brillará
su mística
oración
de la penumbra llena
cuando mi yedra
trepó
a tu ventana
esta noche de primavera
y el colchón
de tu cama
no te vale
para guardar lo que por ti siento
hace más
frío
que antes
o eso creo
seguiré
mirando el reloj
a ver si se hace el día
y la luna me guiña un nuevo día.
Son juegos de luna
que otra noche
en mi lago se verá reflejada
el agua me cuenta de tu cristalina alma
que yo por ella colgaría
mi traje de estrellas
el azabache que llora la noche
se agota mientras miro mi almohada
será
otra noche
que sienta frío en mi cama
el cristal se empaña
mi Dios está en la lluvia
cae de nuevo de la vereda a la rambla
la soledad se hace cuarto en mi cama
la cortina por la luna
cae iluminada
otra noche destapada
que cuento los minutos marcha atrás
de mi insomnio desvelado
una noche que corren
mis cicatrices silentes
y el sonido de los nocturnos grillos
se blande lejos
por crear un horizonte
cuando la zarzamora rige en espinas
su amor a la luna de plata
crujía
mi alambre
que sostenía
cobarde mi noche
son juegos dementes
del sueño
taciturno
que quiero alcanzar
mi ventana está iluminada
será
otra noche colgando de su hueso
por un despertar siniestro
de la pesadilla cabalgada
sosteniendo mi cigarro
me prendo el alma
por cumplir un sueño
que me hizo taciturno de tu sonrisa
que encendió tu amada voz
hoy soy simplemente yo
el que ha venido a dejarte un beso
quiero que me esperes por si vuelvo
a dejarte mi corazón entero.
Nueva generación de lo escrito
que junto clama por la vida
se afila en el alambre
el sentir de una mariposa
todo lo sentido cae marcha atrás
se derrite en el cristal de mi ventana
por si vuelvo guárdame un beso
yo dibujaré
el resto
ilusiones ardiendo en la llama
altivas voces perdidas
vestidas de sueños rotos
oye mi súplica
rompiendo el momento
deshaciendo la noche
que corre por mi reloj de cuarzo
entona el son de un grillo despierto
hoy por hoy ayer por ayer
sigo siendo el mismo
o he cambiado
no lo sé
miraré
el alba y su encanto
otra noche que cuelgo esperando
de tu pestañeo
todo por decir
y no dije nada
nunca podrás
sentir esta soledad fría
que late su caricia
amamántame
un camino a encontrarte
soy yo rezando al hueso de la luna
que vuelva el antes
todo se enarbola regio
en la tela de araña
reconozco
que he caído
en el ayer
que me dibujó feliz
el puerto negro
hoy luce de nuevo
fuego intransigente que arde mi mente
segundo dormido deslizado
por un tiempo inerte
no será
una noche
esperando mi muerte
por si tengo suerte
y bajo tus labios me mece
que sepas que yo por ti
deshojaría
el horizonte
y el azul del cielo
dejaría
su sangre
resumo en el borde del papel
mi latir preso de tu firmamento
para acampar a hierro un beso
yunque sonámbulo
sin dormir que me mira
y yo nazco en su sonrisa
para nacer el nuevo día
sin tu vida con mi vida prendida
cabalgo un ocaso
hasta llegar a la novena estrella
y henchir allí mi corazón
de nuevo
como en un comienzo
mis grillos latieron de nuevo
el frío
de mi corazón
ardiendo al cielo
el sentir preso
que me hace desearte entero
mi casa mi hogar y mi templo
lo guardas en tu pecho
cuchillas afilan el sentido
que vendrá
a rodearte por si vivo
y por si vuelvo a tus brazos de nuevo.
Que sepas lo mucho que yo te quiero
y el cielo se cierra
sin tu sonrisa tierna
mi Sol está
muerto
también
murió
la luna de invierno
bajo tu pestañeo
que yo entero lo quiero
es el momento, es el tiempo
de clavar al firmamento
lo que yo por ti siento
y por la mortaja gris yo quedar despierto
nunca olvides lo sentido
que nunca se tornará lejano
sueños
disparados por la boca de la estrella
nunca me olvides
no siempre todo lo bueno tiene un final
mi amor por ti
quedó
en mi corazón
sin apagar
y que el mundo gire y se estampe
que yo a ti en mi corazón
te tengo clavada a espina de sangre
esperando mi suerte
que un día
yo vuelva a verte,
destellos en el horizonte
baila un día
que te mezca mi caricia
buscando la eternidad
te encontré
a ti de nuevo
y mi mi charco se hizo abismo
de todo lo vivido y sentido
que sin ti quiebra y carece de sentido
espero volver a la vida algún día
y que mi cielo de malva-rosas se tiña.
El Castellano
NOCHE LÚGUBRE Y
UMBRÍA:
20 septiembre 2011
A ti noche oscura te
escribo.
¿Por
qué no me das el sueño que tanto ansío?
Paso noches enteras de
insomnio escribiendo poemas hasta
enloquecer, llevo ya
cinco días sin dormir y veo que se van
mermando mis
facultades mentales y escribo frases sin sentido,
garabatos en hojas de
papel.
Me asomo a la ventana
y contemplo las sombras de la noche como fantasmas,
deambulando sin
rumbo.
Mientras apuro la
botella esperando matar esos fantasmas de
mi cabeza que suenan
como delirios con sus voces.
Me estoy volviendo
loco.
Solo veo sombras y
figuras que se dibujan en tu oscuridad como
demonios.
Sólo
los gatos y lechuzas salen a cazar como los murciélagos.
A ti noche lúgubre
y oscura te escribo que bajo tu protección de tu oscuridad
ven salir los
ladrones y asesinos a hacer sus acometidos
de muerte y delito de
acero y sangre.
A ti noche lúgubre
y oscura te escribo.
Tú
que no entiendes de genocidios ni de muerte ni de fosas
comunes selladas con
cal y tierra ni de fusilamientos.
Tú
solo ciegas la luz del sol y solo el fuego y los fusiles iluminan
tu oscuridad.
EL
CASTELLANO
I.Ruido en el silencio:
Lloro
soluciones
caminos
opuestos
a verdades
encontradas
ojos
desparramados en las venas
de mi no
pertenencia
a ninguna
ventana de existencia
asumida en
alas de un motivo
que haga
correcta la dirección
en esta piedra
viva llamada tierra
donde todos
los ángeles
cayeron
solo voy
contigo
desde que
vine a vivir
escucho el
ruido del silencio
crepitar en
la llama de la luz
sin
conocerte conozco tus defectos
absortos,
plenos, derramados en virtudes
somos lo
mismo quizá
un camino
dominar energía
servir
empleando la perfección
tú no puedes oír mi voz
te hablo a
pesar de no ser tu dios
desde este
lugar sumiso
donde todo
es lo mismo
veo caminar
en mentira cabalgada la ciudad
elegí el suelo mirar
lo que crecía me hizo brillar
ideología ser yo mismo
allí donde te acaricia la palabra sin
mirar
maestra la
ley natural
que amo
compañera
creencia más allá de la elevada conciencia
eclipse de
mis soles de ojos
que te
miran fascinados
para ser el
último
hombre
ningún resurgir,
ya quemé todos mis errores
cauteloso
mi destino de nuevo hombre
carreteras
del perdón sin
motivo
uno
luchando contra lo que le hace
no ser uno
mismo
intrusos en
los cielos
me llamaron
llorando la verdad
obligación de acabar con el demonio
de uno
mismo
invencible del
silencio
escalo la
tierra
uno amo la
noche
dos amo la
ley del dios Sol.
El
Castellano a 07-03-2015
II
Poza del
ruido en el silencio
gonde gotea
y cae absorto el péndulo,
pulso en la
noche,
noria
febril de esquilmada razón,
espinas de
corazones
que ya no
sangran lunas de ataduras
ni huellas
de números.
Plomo y
verdín tan
cercano
como tu
sonrisa pulcra, afilada
en la
piedra generosa que eres ahora
como regazo
fuera del regazo
mineral lírico, ambiguo, galaico
como el
pazo y su signo
denyto el
muérdago y su
tejo.
Tranvía que caricia enjoya
cautela de
luz brava.
Estabas tú en esa cautela
llorando
soluciones sin agravios
sólo estelas en señales.
Senderos
abren opuestos a soluciones
encontradas.
Expandidos
los ojos en las venas
de no
pertenecer a nada
que haya
existido.
Sumisión en alas de un motivo
que haga
correcta la dirección.
De mi
libertad recta.
Melodía de ruido en el silencio;
llamas
arden su luz.
Con la
conciencia de un expresidiario acuno
que nazco
en este lugar sumiso,
donde todo
es lo mismo.
Desde que
vine a vivir sólo voy
contigo.
Las
corrihuelas en flor bailaron,
no se
hicieron para damas
de silla y
oficina.
Tallo regio
de lápices,
no se diseñó para volar
como pluma
estilográfica.
Muerte
presente, cristal de mi rostro discreto,
eternidad
azogada del mañana.
Ven, ven
por mí, me estoy
disolviendo
como asfalto
en cloro.
Juega cariño con mis labios;
no están diseñados
y si se
conocen es entre ellos;
abre y
fecunda el cáliz
de mi sueño
ahora que
caigo hacia arriba.
Como escama
y espina áspera,
marca
del final
de los tiempos.
El
Castellano a 07-03-2018
Ruido de nirvana:
Es solo ruido
en las
hendiduras de mi calavera,
un iris
doblado del nirvana,
un hastío florecido,
es una
calma de mi dios solo,
un panal infinito
de belleza,
fatal
hoguera consumiendo,
desmembramiento
de soles,
entre
fulgores amarillos,
que el
nocturno, sujeta,
sangre de
acequias perdidas,
felicidad
enjaulada
que algo me
cuenta
de sus
tulipanes amarillos,
por
crisantemos helados
viaja mi
esencia,
una noche
que silba,
cantando
con árboles
difuntos de otoño,
es una vida
de mi araña
destapada,
un tejer
sin estrella,
un álamo que ya no vive lejos,
derramada,
acostada, nacida esta parca,
hoy yo sí estoy hablando,
mi sentido
yerto desconcertando,
que era un
ajuar de gotas del alba,
era un caminar
somnoliento
por la
carne de metal de esta azada,
quién fuese silvestre como una planta
en este
mundo que se envilece,
destierros
forzados de la locura de la ciudad,
escarchas
dolientes entre mis sienes
que azogan
solares póstumos
de mi
serenidad alcanzada,
es un
firmamento para cabalgar a voces
que lo mío es para siempre,
como un
candor fulgente
en estas
hogueras
que el
aliento helado, de la vida cuecen,
era la cara
oculta del espejo
un aullido
de la fiera
que el
tiempo arrastra
entre
punzones enajenados,
avanzando
la caducidad del hombre,
era mi
suerte una rueda
y una hélice que no volvía,
era este
tiempo como la dimensión
del pez
muerto,
clavando
cuchillos al éxtasis
de la
creación
ensimismada,
ardor de
los mil fuegos
deseo
haciendo bandera,
hoy no me
arrebatarán nada
ni el
destino que todo se adueña y
lleva,
cruje mi
calavera,
haciendo
sonar este silencio duro,
desnudo mi
chopo
queda ser
como el rocío primero
para besar
sus labios de mujer verdadera,
un viaje
por su fantasía,
estoy
flotando en sus olas,
disfrutame
estoy volviendo realidad
nuestro sueño,
reinando
este corazón,
siendo
austero como un jarrón
lleno en ilusión,
siendo
caballero de tu dura sonrisa desvelada,
que acapara
y acampa
el alma de
mi polilla de cemento.
El
Castellano
Redención sagrada:
Cuando los ángeles desertan a morir,
en los ojos
de otros ojos
estás buscándome,
me
despierto;
los dioses
celebran
un silencio
sepulcral.
Colores me
evocan de la nada,
ruido cómplice aborda
como navío tiznado al 2025
senderos
del mar de tierra
que abre mi
lengua en tu guarida de boca.
Melodiosa
suerte de la máquina de tu
cuerpo,
tonos
sobrios, vespertinos
absorben la
mirada como filo inexpugnable.
Absorto cae
el tiempo en tu sangrada candente
azada dispuesta,
es tu verbo un franquear de desvelos,
que
respiran estrellas fratricidas.
Es un solo
cuarteado en siglas,
los soplos
resplandecen vibran al son de nueva grama.
Sombras
inmobles cuentan de tu respiro
infranqueable,
por jóvenes
tapiales
de tu inexorable,
florido, grandioso desvelo
de metales,
cobres
anidan campanas de media noche
aguardando
el surgir de lo sepultado.
No frena la
sintonía de tu
saliva, una,
ensueños duermen llamando se cumplan los
anhelos,
cuando los ángeles desertan a morir
tu mirada
se enciende, abismos silenciosos se prenden,
tu voz se
hace palabra.
Me sigues
te sigo cariño de ternura
dispuesto,
luz enraíza tu alma, efímera en mi mano,
vuelve a mí una paz que ni los nichos toleran.
contratiempo
por fuelle,
magarzas de
otoño,
corona de
reyes en primavera,
etéreas hojas a solas peregrinas,
dejando
embriones por verso,
capataz de
siembra única,
al compás liberando golondrinas,
punto de
Sol a ciegas,
es mi mente
surcando brumas grises
que me
acercaron.
Vagido
indeleble,
fúlgido yo destellaba tu sien sin
marca,
caliente al
arrimo de mi ser,
valedera
fuga sin ocaso,
un caracol
en un verso montado, arrastrando:
sacado del
pecho
como
heraldo sin desquicia semblanza,
corriente
arrastrando cadenas de errores,
fruto de
libertad
y
conciencia sellada a ciegas.
Comiendo raíces por hechos
en fruto
divino insoslayable,
frío de noche
bañando la casa de lo eterno
llamada diosa
de tu entraña
mi musa
bella.
El
Castellano
Palabra sin boca:
Deshojo mi
momento
para abrir
la puerta helada
de un infierno
flagrante,
me entablo
y conozco al insomnio
y su
hermano,
avanzo
despierto un linde quieto
del pensamiento
ensordecido,
tapias
derrumban
azares de
ojos abiertos
y parpadeos
veloces,
resquicios
oníricos
que dormir
es para el vivo
agua en
sequía.
Resumo que
venzo
quimeras
ultrajadas
y anillos sin
manos,
después de mi vida
sangre en
los ojos acaso queda,
resguardo
al vil enfrentamiento
padre de mi
conciencia enclaustrada,
otros
tiempos mejores
ya no sueño,
todos
marcharon sin balde
dancé en la oscuridad de mi mente
y vengo a
verte.
Sigo de
frente
ocasos
dejaron su malva rosa
a su
suerte,
pensamientos
casaron su negro
con el
color de la tierra
sin
germinar
sin brotar
simientes frías
que suerte
canta nanas.
Granate
lustre postrado
que fue
desertor,
afilo mi colmillo
hematite
nace dispuesto.
Es una sombra
que fue destino,
abierta a
la altura de fauces
y su hocico,
es la
generación del pez
muerto,
carpas de
personas bogan sin aire,
otras aman
lombrices con mandíbula.
Yo amé una lagartija
hasta que
tiempo quiso,
desquicia
febril no traigo,
por un
pantano soterrado
nadaba mi
sentimiento,
recurso de
memoria
no era ausente,
ni se
avivaba como lumbre.
Directo al
patíbulo de la
suerte
fueron las
venas y su sangre procesionaria,
un marzo
que corrió sin verte,
metal de espera
intransigente,
acaso soy
gente,
seguiré sin preguntar a mi mente
todo sea
que conteste,
un camaleón fugado
de quien yo
era.
Agresivo
sí hasta la muerte,
sé quien soy y si vienen por mí
no seré yo su suerte,
lit C et summun canae,
miles dei
lumen
apostado y
recto a vencer,
insectos
caminan su linaje
respiros
blanden peces en tierra,
alto alto
como sendero a la nube
me vio
nacer
el mundo y
su mente ausente,
bondad
relucía sin prisa
quién afortunado la asesina,
¿acaso yo no
estoy durmiendo?
parada en el
bosque demente
que mi
hambre vierte,
llegó el momento
divisaré mi juramento despierto
porque soy
humano
vivo
muerto.
Förüq 04-03-2018
CEPAS DE UN DÍA:
Sangre que tiene bordes,
coraje
espectral de imposible azar,
como pez
dorado rige el sentido.
Día o respiro, fugaz aleteo sin
calma;
acto que baila
en bigote del pez gato.
Es en esta
suerte la vida del bastardo,
flancos
ocres tiñen el linde
por sombras
vanas que arregazan
la prisa
del estambre.
Cómo se tejió la expectativa
acaso fue
sin semilla.
Al párpado encumbrado
azoto que
lanzo
un generoso
transporte,
aire o
humo, acaso eso.
Espectral
brisa que cubre,
fresca flor
en soto sin nube.
Vivir en
muerte batiente
tender
tierra y escribir sangre
a la Rosa.
Igual se
aventaja el agua sin forma,
de viejo
silencio,
de final
desempeño
como
prender la estrella
en su mismo
fuego.
Abrir la
tierra y sembrarse
eso trae nuestras
vidas milenarias
de rebeldes
índigos.
Diferencia
ensordecida, muda y ciega,
impalpable,
insensible,
inmutable,
insoslayable,
reverdecida,
engrandecida,
incuestionable,
regencia
sostenida,
con lo que
os determina
a ustedes
abrojos vidas de un día.
El
Castellanoº
I.Espiga de agua:
Con el filo
y brillo reluciente
está la espada,
blandiendo
surcos
en fosas
funerarias.
A lo que su
empeño sucede.
Quilla de
un flagrante monte
surcado por
el metal
de hilo de
cobre,
sonaba con
el viento
haciendo
temblar calaveras
en lo alto
de aquel poste de telégrafo.
El viento
tenía
estridencia
y lamento
seco.
Digno a
desatar quimeras y bestias rectas.
Capaz de
dar voz a lo inerte de la vida.
II Hoja:
Allí plantado como se siembra una pipa
me encontré, detuve el sonido
entre
escalas y cielos soterrados.
Planté una pila de lluvia sobre marzo,
contestó entre gramófonos la tierra;
una melodía jamás interpretada
y jamás semejante o similar
a haberla
escuchado una vez.
Era como un
maullido entre gramas
y bocas
sedientas.
Como cerrar
y esperar que la compuerta secara,
como
desplomar semillas
y aventar
espigas;
plantado
como una sola
de carne y
tinta
que la
espera viola.
El Castellano
AZUR DESNACIENDO:
Esencia intangible,
no hubo na terra,
que ni dioses
osaban mirarla,
ni albergarla;
ella sollozaba,
cual flores,
incredulidad
brotaba.
Ella era encargada
de sembrar en ellas,
rocío
perplejo
que en suelos germina.
Pureza
en venas;
lo que la perfección
era.
Crisol insostenido
por cauces febriles;
inteligencia
en mares secos;
abejas de ideas,
colmenas
con intelectos graves.
II
Que cubre valles y peñas
inusitadas
y sus penas ahorca;
su misterio
enhechiza toda alma
quién
arrullarla sin dañarla pueda,
será
dueño de la llave
que encierra a la
virtud
no enseñada.
III
Cae la noche,
sobre ingrávido
lecho de mi juventud
acostando luna de
cuarzo
entre áspero
frío.
Cuerpo mineral candente
quieto en pantanos de
tela,
retorcidos sus destellos
en esta nube de leche;
el fango fragoroso
gira,
imploro a esta luna que
ame,
y el morado cielo ladea
mi sangre verde.
es por este escarabajo
que llega el verbo.
Soledad, soledad tus
pulcras alas
que vencen auroras de
adoración.
Aurora funesta clavada
la hora
vorágine
o trasiego
LUZ que ignora
si acaso nace.
Tu liso, amarillo
barco,
de oscuro torso.
Tus infinitos beso
dime corazón
al apoyo
de tus párpados.
Cuál
profunda verdad
en esta espectral
rivera
de ondas líbicas.
Espuma densa
de océano
de ideas entregado.
Profusa ascua
invencible
es mi dolor que más
no quiere
retirarse;
que sentencias invade
todo ojos
montaña
de hojarasca;
cristal de pulsos
que tu imagen toca.
Suspiro fresco
en labio extinto de
sombra
día
que no se encuentra,
su densa forma.
Cuerpo con agua de
estrella;
querer vivo que llega
al aire,
tiende y espera.
La muerte que renace
por fuegos de brea
en el aire.
Abren batientes pétalos
de viejo silencio
esquilmado
estallado esplendoroso.
Acurrucados sobre un
lecho
que la brisa abre;
trocados rayos de sol
esquivos, en plano de
verde follaje
por azur causados.
Astuta golondrina
encontrando
la dócil
rama.
Mundo sin mentira
de la vida,
se abre este mi
manantial,
reluciente de
esmeraldas, desposeído.
Y todo siente:
-Que la sangre miente.
IV
Terruño
ojo victorioso
aplaca sus arpas
irascibles
estrujando abismos
dolorosos,
petrificados.
Reniega la boca vegetal
casi viva
promesas en frente de
violetas.
Cantan amando el claror
lírico,
estremecido
coágulo
de viento
en cientos de porciones
esta luna quieta
que semejanza quiere.
Descubierta la zona
umbría
donde yago de yacer.
V
Aplasta mi sombra
contra sí
misma
derrumbando opacidades
de granates profundos,
ballesta, súbito
forjada
a tu entraña.
Derrite mar de boca
que pide extensa
negra noche
y sus espectrales
corceles.
Tiembla que rueda
paz, orgullo bello.
El desliz, ráyame
firme;
conservo mis principios
numerados.
Reluce mi roce pulido;
entre-cielo asido;
palpita mi iluminada
tristeza,
haciendo camino.
Vendrá
mi torvo grajo
se constatará
mi lucero roto.
Turba mi aliento
bajo mi pecho la quiero
con montes limpios
enturbiados por
sarmientos.
Delinean este viento.
Lividez plena,
fuga el desaliento
con todos los jirones
de mis ascuas.
Diáfano,
ancho, repleto
a trote primerizo.
No cabalgarás,
no cabalgarás
si no es conmigo.
Cabalga, cabalga
el llano, que sólo
a mí lado
cabalgarás;
cabalga que sólo
a mí encontrarás.
El Castellano
cabalga con su espada
en mano
todo tu llano.
Hasta divisar todo lo
que amo.
Sembrada el alba
que apacigua
la noche que negrea
en estela conmociona
mi luna extensa
que bajo ella,
siempre
estoy en taciturno
hechizo
contigo y mi falcata.
VI
Embeberme la luz
sin forma en ojos
distantes
luz de aquel fulgor purísimo
allá
lo oscuro
en tiniebla sin padre.
Yo besé
las amapolas de los campos,
buscando me embebieran
la forma que como eco
apagaba.
Heridora en cascada
se aposentaba mi bondad
aquietan aguas longevas
la feroz sien
que me dio mi padre.
Nota:
Embeberme la LUZ
sin forma en ojos
distantes
LUZ de aquel fulgor purísimo
allá
lo oscuro
en tiniebla sin padre,
yo besé
las amapolas
de los campos
y heridoras en cascada
me entregaron sus
hijas.
Nacidas tras yo
sembrarlas
esta primera lluvia de
septiembre 2018.
VII
Cuchillo que tu voz
asesta;
mi pecho sin coraza
hiende.
Camino mi desvelo enjaulado,
cuenta atrás
de la tierra quieta
y sus grillos asolados.
Oh me olvidaba.
Esto es la resurrección.
Indemne entre losas
de azur firmamento.
Respiro entre rosas
las espigas por llegar.
Dilata los verdes la
tierra
sosegada dicha
trasiega,
un día
cenizo
de esta la otra
primavera.
Estoy escuchando semi recto
el retemblar de hojas
huecas
sobre la gravedad
de un arroyuelo que
fluctúa
cauce entre la copa
de árboles;
sobre semi vacío
cristal
con limpia brisas
encima de un blindado
cantaba, dictaba
antiguo sargento
su presionar, disparar
como hueco
en la ausencia del polvo.
VIII
Abrid la ensenada al
capataz
del brillo primero.
Tímida
la floresta
escondía
sus amapolas.
Núbiles
gestos danzaban
la cabeza en loma
que silvestre evanescía
el coraje de la flor.
Vuelto mujer por
Ostara.
Patio de perdices
que soslayaba
entre el quejido
de carrascas afiladas.
IX
Hacían
sus hojas
mi última
espada.
A mi izquierda
el peso
de su hierro estable.
Sibila destrenzabas
tu cándido
mirar,
en fraguas de belleza,
inviolada.
En tus altos,
profundos
ojos de ámbar.
Luna que en fractura
recorre mi tejado de
alma.
El Castellano
Vena del cielo:
Solitario rayo estertor;
siniestra umbra,
escala la cuchilla
de tres arañas
colgando,
hoy es por mí
nunca quede huella,
destino en azar
hendido,
lleno, repleto, asido
en el origen
primigenio,
madre ella del color,
asume este sentido
yerto,
agujereado en haz
luminoso,
nitidez en halo
de nocturnal visión
derritiendo,
devorando astillas
primas
de subrepticia
enhebrada,
padre flamígero
del fuego soy,
elemento hermético
de tres sentidos,
arder, conquistar,
consumir,
estelas abren runa
clave
Gemineye,
sangre de este ojo,
perplejo soliviar
en azur abriendo
pulcritud
inabarcable,
inicio de sabiduría
en vena,
muerde,
acaba esta espera,
raudal extenso de pura
visión
en certeza
de sentido superior,
cristalina esencia
descendiente
sin parpadeo fugaz,
crisol de valles
y gramas feroces,
deslices del afán
superior,
dar sentido a mi vida,
ojo de sangre calzo,
cabalgo anquilosado
designio.
Ancestro del lobo único
soy,
perplejo sentir asido
del diablo en simiente,
primer ángel
caído consumado,
errático
vuelo soterrado,
magia del silencio
encumbrado.
Visión,
y sueño,
indescriptible con
lenguaje.
Si te ocurre lo mismo
no eres capaz de usar
razón
y ordenarte abrir los
ojos
y dejar de ver;
como un corzo
paralizado
por un lobo estarías,
imposible por sensación
hacer desaparecer lo
que observé,
por extasía,
incredulidad oxigenada,
belleza en percepción,
la pureza en sueño
en imagen mental
que escapa a todo,
vi el azur
por decirte aproximándome,
en un ojo femenino
lejos de este mundo
y de todo lo conocido
o descrito,
fué
una sinestesia recta,
sin ser más
que tocar el color
de la Oscuridad nacida
a ojos cerrados,
sumisa, displicente,
involucrada en crear
sonido del vacío
absoluto,
sigo perplejo y
asustado.
Es lo trascendental del
infinito,
como ver el origen
del color formándose
en un ojo.
El azur, el verde turquesa,
y azul mahón
no te puedo decir más
que esa belleza no me
cabe en el pecho,
por algo sigo viviendo
no hay azar enraizado,
hay perfección.
Luz me arde ahora
en el mirar ciego del sueño
sin miedo sin embargo
saboreo el viento,
los cielos me poseen
de nuevo sobre los años
que ellos son,
algo llega a la rosacruz
de ayer
y sus nueve caídas
de sus ángeles despiertos
en tu sueño me ves invernando
dorando mis pelos de murciélago
bailo el colchón de nubes
que sostiene esta mi noche
para desaparecer llorada la tierna cara
saboreando una sombra más
que me vuelve
imperceptible
muerto sabor
de obscuridad sin faros ni luces
ni fusiles que matan hermanos
de su tierra y sangre
crecieron los caminos
y el rojo fuego versado
brotó en flor de amapola venidera,
dime qué debo hacer
¿Algo erróneo?
No puedo volver atrás
se sostiene aparte
la fuerza que nadie alcanzará
nada por cambiar
todo está hecho
algo que asalta aparte
puedo volver y empezar de nuevo
sin mí, sin vida, sin cuerpo
sin lo que me ata a éste mundo
mañana veo el futuro
la destrucción del pasado
quedará atrás.
Corpus, anima, crescens
sol refulsit,
lux
et patientiam meam scientiam
florum, est vita
nosotros no somos lo mismo
la bondad sangra las venas
gustos, deseos, vencer,
arder sin perder aposta la partida
esa que las hiladoras tejen
momento del momento
nacido absorbiendo el hilo del tiempo
las piedras lloran flores
el final es volver a empezar
viendo y amando
el ancla errada de mi lugar,
continúo al cuervo
que me vuelve más fuerte
ave más inteligente de la faz
poder de la misma
energía
en tormenta de conciencia
siendo ese rayo solitario
que partió todo inepto,
inconsciente tormento.
El Castellano
Vagido azar
indeleble
quebradizo
como abrir
la nuez del
tiempo líquido.
Sostenme al
arrimo de mi pecho,
no idéntico, no pretende ser
fuerte,
encorajinado, denso palpitar
en soberbia
luz destellando,
supervivencia
en retórica translúcida
rayo y
secuela de impávida nota.
Azogue de
medrosas secuelas,
abiertas de
azar hondo y arcano,
silencio;
entonar diviso
todas las
trompetas de los ángeles
un prado
flamígero
en miles
lenguas ababoles.
sangre de
tierra transmigrando pudores,
por cuanto
mi fecunda indecencia
llegó a conocer en disparo,
en disparo
propio
en nuca del
siniestro azabache,
fronteriza
rivera de álveos
y azucenas
nocturnas.
Florece una
paradoja exiliada;
susurro en
tinta roja
no ceso de
cantar para escucharte.
Estruendosa
quimera
en
inteligencia seca,
secuaz de
millares pensantes,
camino de
zarza y endrino
camino de
vida y un sino,
fuente,
abrevadero virginal
descorchado,
símil destilado,
por cientos
renacuajos ideas.
Rebelde
soga a mi condición
en una encina,
vaivén en veleta con el viento
raudal
trenzado, en mimbre cabalgo
veleidoso,
regio, espina sangrante,
tránsfugo renegado a morir,
rebelde índigo de 1989;
hidalguía desdeñada por tierras
y cuchillos
de espigas,
con ocres
carraspeados
aguardando
ababoles matutinos
semblantes
esparcidos
como entes
rutilantes a la espera
de haber
nacido.
Encumbrada
la libertad
de nacer
sin parcela;
resumen de
vida de una vida
bajo
tierra.
Rumbo a
zarpar
la vía astral
que todo lo
acontecido
es la
historia de un muerto.
Ajeno seré cuando silencio
deje de ser
concepto poético,
como azul
duelo de espadas
que separa
toda naturaleza humana.
Tu vida mi
golondrina
nueve
cerrojillos
azures de
tres llaves
hoy abriste
uno
de los
indescifrables,
anhelante,
deseoso,
inescrutable
rindo mi
oscura dicha
sin desliz
condenado.
Fuego soy.
Elemento
compasivo.
El
Castellano
DENSO HALO
NOCTURNAL:
Fuentecilla
parece mi noche oscura,
fuentecilla
retozona,
y de verdes
lamentos quejumbrosa
como sombra
leve de mi pájaro piador
que acuesta
a dormir su entraña.
Sombras
largas que descubren
el canto
los lisonjeros grillos.
Blancura y
azabache descansa en la arcilla
el nido mi
golondrina.
Al fresco
respiro de mi chopo soñador
lanzo un
severo destello argento.
Longevidad
imperial cercenada
como retazo
de persistente
carcoma
manida a mi verde intelecto
grave;
embaucaría sin tenerla
todos mis
instintos,
todos mis
impulsos.
II
cuartilla
Canta ,
canta mi pena azul
sin ocre
zozobra.
Abre el
verde ramaje,
a la
espesura de mi idea.
Entre un
camino serpeaba
como
culebrilla de un destino azaroso.
El murciélago castellano
rasgaba
bailando, ladeando
el cielo
mullido
de levedad
de colchón sin luz.
En sintonía opaca que rodeaba
y acariciaba.
El cielo
abría su sangre
a la noche.
Un sopor de
estrellas
que en este
verano no tardaban,
y el rudo
vigía ciprés soportaba.
III
cuartilla
Bajo tenue
luz de luna
que los
sentidos arrugaba,
y mi fiero
ciprés de lanza
colgaba.
Avanzaba
por el camino
los álamos,
como un
sendero
en cal de
maderos cenizos,
rumbo al
Valhala.
Alumbrado ,
rememorado,
anhelado
por todo
guerrero .
Era un olmo
frente la tapia
de un cementerio
en Fuente
la higuera.
Caminillos
de hormigas dispersaban,
desplazaban
los vástagos
de forrajes
venideros.
El
Castellano
TU AGUA
CIEGA (SANGRE)
Afilo hasta
pulir el filo
de tu
sonrisa yacente,
entre mi
pecho de piedra;
sonríe a tu agua que no se piensa,
ataraxia
momentánea
en sangre
esquiva verde,
plomo largo
de idea batiente,
cesando
terco y fructuoso aljibe
donde se
almidona la sed de tu cicuta,
surco
cielos extensos
de
golondrinas cromáticas,
esperando
ponerlas nombre.
Acantonado
se estría mi
respiro,
cromo que
abre el tiempo,
por nubes
de besos de zinc,
acrisolado
mejor extasiado
el vértigo en lienzo
sin melodía ocre.
Desnaceré
y no acabaré de irme
sin
regentar
tus
reflejos muslos férreos
en musgo de
caricia anhelante,
de abrir la
noche
dentro de
tu párpado
cerrado,
abierto a
dulce relámpago
de mi color
áureo.
Albino se ciñe mi sino
preguntando
si un alba
me oscureció el cabello,
acaso sueño,
perpetuidad
de constelaciones
y raudas
estelas
que guardo
en mis bolsillos,
ninfa, pléyade, musa
de
acuartelados suspiros
entona tu
arpa notas de agua,
abiertas al
iris.
Abeja de
esta mi escritura dicta,
tejer la
celda,
y el polen
será la letra,
cuál la reina oscura
que quiera
miel de flor sonrojada
que espera,
tibieza en
sueño de metal,
hematíe sanguíneo
que tu
surco devela
y avanza en
punta de lanza.
Llamada
prosa a 23-08-2018
El Castellano
MEMORIAL VETUSTO:
Despierto mi criatura;
tú
no comprendes lo que yo te quiero,
por tus manos hacen
nido las sedas;
falanges silentes,
cumbres
de cuanto mi placer
dispuso
asúmelo
todo
en tu pavorosa grieta
de brillos fugaces
y transeúntes
luciérnagas.
Lucífago
apodera
tu nitidez severa.
El poder pudo
lo que el querer
expuso.
Osada no es mocita
pero oro antiguo luce
en conocimiento.
Que a imaginación
prende fuego.
II cuartilla
Luz de la sombra
de tu carnal espera,
anida golondrina
mis campestres manos.
No habrá
retroceso
ni vuelta de hoja
sin enraizar nuestra
alma.
En vértigo
cobijado,
sublima mi dicha:
junta conmigo tu vera.
Rito de Sol y ambrosía
de padre Lugh.
Perversión
esquiva, llamada
en retazos de cumbres
flamígeras.
Apasionada dame tu voz.
III cuartilla
Anatema me anuncias
por tu opio en letra.
Todo es negro,
hasta el amor.
Júrame
la vuelta de una lluvia
de tu boca.
Mi arco es ballesta.
Ausencia llama por sí
sola,
a exigir unión
del eje
y la orna.
Cuerpo de metal,
agua de su espiral.
Pureza consecuente
deslices y febriles
osadías.
En plantilla de sangre.
El Castellano
CORNUCOPIA DE
ESPEJOS SEVEROS:
Manso río de tu frente
tu tenaz blancura duerme.
Confía
mi raudo deseo
a todos los dioses.
Vides ut alta...
Piélago
ferviente
tu dulce entraña
nace.
Vientos hondaban
irritados
fértiles
voces
acepta que en el campo
de Marte
sembré
tu dicha.
Abrojo puse en
rinconcillo ofrecido.
Nireo empujando
su hermosa lanza ciega,
brillan de Pirro
encendidas flechas
voladoras,
este rigor blanco y
desnuda,
que aguza
favorita Perséfone,
aguas puras avanza
Nearco,
soberana musa Calíope,
no baja.
Cadenciosa lira abre
los cielos
en funestas auroras.
Melodía
descende caelo,
y riega los bosques de
Bancio.
Expresión
de mi deseo en espejismo
oírla,
en todos bosques
y arroyuelos
eterniza.
Esta fatídica
región,
de dioses dirigiendo
mortales.
Yo por ellos
y mi obra
estoy que beso el
suelo.
El Castellano
SOPLO DE CONJURO:
Veo color de certeza,
color a la esmeralda,
por follaje caduco
de ilusión
adusto
en noche silenciada;
halagüeña
tiende
su cuerpo, negras dichas
como el tiempo no
llora;
en albo espíritu
en suelo sin hallar
bosques y sus frondas
suaves.
Pliegues de sombras
bañan
sus pestañas,
nítida
y hosca
lejos ve en flor
mi sendero castellano.
II cuartilla
La espera sonríe
lecho de tristes ecos
y encajes de apenadas
auroras.
Dulce cicuta al rayo
acrisolado.
Puro mi aire
de luz enrojecida.
Vistas en colas de
lagartija.
En ojos de araña,
no se valla,
conjuro sopla
en alas negras.
Vivaz tordo
en busca de lombriz
de idea anhelada.
Nubes de éter
en agua ardiente sin
agua
ni limbos profusos.
III cuartilla
Verde transparencia
en canal llano
por arroyos fluye
sin balde;
quejumbroso término
de mi amparo.
Camino a relumbrado
misterio,
adoré
la llanura muerta
que mis fuerzas, aviva.
Tardía
arranca oscura arboleda.
Sombra sin esperanza,
casi viva,
muerta la precoz flor.
Amima la pupila ciega,
descanso sin ancha
lengua
sobre tus pulcros
muslos
ensortijados.
El Castellano
LUCIENTE LLAMA:
Escita levantas,
de insigne pasajero
gesto.
Mi dulzura de cólera
nacida,
cantad mis años
dulces
a Diana,
entre boscajes
y frondas suaves.
Donde el torvo cielo no
amenaza;
Allí
se blanda
mi ser recto
de conciencia pura,
cantos se erijan
de verdad desnuda.
Sombra de saetas vanas.
Sangra, luz viva,
altiva,
nada sin tus honores
consagre
el viento de
plenilunio.
Ceñidas
las verdes sombras
de las hiedras
arrancando
liras al pueblo
fragoroso.
Vieja entraña
lacerada,
escucha el reverdecer
de la sagrada cepa.
Sin honores no hay
versos
ni comensales.
Cuál
la vigorosa, valerosa
Quimera
que el ser no enrosque
llegada la hora.
a 06-09-2017
II
Era tu entraña
en flor,
un misterioso relato
que ostentaba
la vaguedad de tu música;
tu pureza, apaciguada.
Suspiro de tus dulces
fauces
notas sublimes
de tu espíritu
cristalino
mi oscura golondrina
que hermosea tu entraña
enervada
delicada sangre que da
vida
al penetrante
sarmiento.
Belleza tú,
de altivo rayo
de lo bonito repleta tu
hermosura,
``palabriñas
mimosas e sentidas.´´
Así
eres tú.
Río
y caudal de poesía
que serena caes a
alterar mi sentido.
El Castellano a
30-08-2018
III
Quiero ya los fríos
vernales
que los tapen tus
caricias;
mullidas en piedad
lisonjera.
Por cuantas secuelas
arrostraban indelebles
mis trazos
de rieras desangeladas,
a cal y canto fervientes
solas, solas
como cuando se siembra
la tierra
y crece en su rivera
la amapola
que abriendo abril,
juega y mece
tus labios carmesí.
Negra celada duerme mi
otoño.
Negro iris conculca
secuencia inamovible.
Fúlgido
astro cabalgo.
Satinando tus besos
en luz destinados.
El Castellano a
31/08/2018
AGUA SOCARRADA, ELÍPTICA TRAVESÍA:
Analizo la luz en tu mirada,
leo flagrante tu alma.
Horno de fuego lleno,
como pisar un abrojo
y blando sabor degustar,
estampido del trueno atribuyo,
rebelión venciendo,
ya se escuchan rumores sordos,
precursores de tempestades.
Torrentes sin cauce
la turba desemboca a mi senda,
yo soy como las vigas de Himeto
no preguntes más.
Que ya mi amada labra la columna
que me cincela.
Heredero he sido de cuanto he
servido.
El múrice me guarda
servil en mi travesía
por mar Laconio
cielo, inspiración, canto
corre anhelo voraz.
este mi sepulcro reverdezco
hollando lindes,
preguntando a Prometeo,
sin sobornar a Carón resignado,
el Leteo ni descendientes
traspasar mi puente pueden.
Chispeante tu cielo,
su rubor satisfecho oso al por
mayor.
Instantes melosos veo
en su colmena de labios.
Mariposas nocturnas,
poso de almas condenadas.
Orados recursos en vigilia
que enseña cátedra tu silencio,
estruendosos llamados
a cosechar en gotas tu alma.
Sólo ordeno, mande sí
pero no me despiertes
porque no conozco ni miedo
para luchar por lo que quiero.
Acoge el cimiento
coloso que ando disponiendo,
prosigo,
póstuma súplica
ésta que logra calmar de Plutón su ira.
Gerión y Ticio
la onda Estigia aplacan.
la raza Danaica no se acobarda
ni su madre Dana
devela el secreto
por el que soy preso
reo capaz de incendiar
abismos que rutilan sombras
si así combato mi incierta suerte
por la que arriesgo sin miedo
de ganarte el cariño.
FIN
El Castellano
Lugh Solar y Poderoso,
jamás a ti te hable el olvido disuelto,
ni se rija tu onda luminosa como
tronco esbelto,
digno a abatir el rayo,
noble melancolía por tu madre difunta
Tailtiu,
en el alto cielo,
tu grandeza
sea reguero de oro.
La tierra secunda en nueva cosecha
por talentos colmados a florecer,
viento sonoro guarda tu hermosura
Rey Padre,
El páramo yerto perecerá
en ámbar blando
de aroma besando tu frescor
de vida nueva.
Abatirá la sombría dulzura la tierra,
ilumina mi pluma al honrarte,
suspiro de mi estruendo
crepuscular;
nombro al pájaro misterioso
que te pertenece
cuervo que otorga el anochecer,
Sicut nubes, quasi naves,
velut umbra.
Años pasan yo busco mi recto yermo,
triste aflicción por aquel tomo de tierra
como las sombras vaporosas.
A ti Creador de luz,
acógeme, pinta esta mi noche negra,
amigo de imagen solar,
soy por cuantos Soles he nacido.
Por sosiego de tierras ignoradas
dame su gloria.
Camino afable con tu candor a
seguir,
blasón yo no pido
ayúdeme a desplegar y sembrar mi
porte,
en tierra a cabalgar
y deslumbrar.
Lughnasadh, Lammas, abro celebración
para generar nueva vida
en cosecha nueva
limpiando en tu nombre Lugh,
toda tierra.
El Castellano
III.Réquiem nº 3:
Los últimos signos del viento.
Rige un sol
negro
con hoyos
donde comienza la oscuridad,
oscura
serpiente blande su cuarteada nota
en lira acróstica insubordinada,
es su
templanza base poética
demencial.
Hablando a
solas con mi interior
surge diáfana voz por derredor,
voz en alma
condenada
por ver
hondas raíces rugir,
en
estruendo llamadas
hacia raudo
cardinal.
Sola voz
sin resquicio templado
del sonido
en sí bemol,
se erizan
ascuas en pavesas a un viento
feraz.
Se
acuchillan las osadías
que
germinan en tierra de nadie.
Inusitado
fervor asolado,
por espadas
alzadas en manos,
guerra al
silencio feroz.
Pudieron dar
las tres de la madrugada
y un
escarabajo voló.
Una hoja
partió,
hija de la
soledad aclamada,
con caracol
sonoro hueco.
Es un solo
de cuerda
y alma
destensada,
una melodía por la sangre olvidada,
un réquiem por toda vida
finalizada
en sones de
grillos
danzando
con tenebrios,
y lúgubres venas enraizadas
por tercera
y última vez.
Una sinfonía donde yace el silencio
y yaga la
umbría luz
desertora
en mundanal zozobra.
Pasa,
danza, planea
febril verde
mosca en formol montada.
Es mi dicha
aplastarla
y quedar en
vigilia taciturna,
hasta
rendir aspas
y acostar
la sangre
ya nunca más esquiva.
Hasta ver
las flores rendirse
con mi
cuerpo.
Förüq en 16-10-2018
SOMBRA DESNUDA, COMPILACIÓN INSPIRATORIA:
I
Yermo
terreno del sueño,
un trillado
verso avanza
entre espejos
y cristales,
fieles
aullidos desvalidos
entre
semillas sin iris del mal,
entre
corceles del fuego,
entre
sonrisas fugaces.
Es todo lo
que siento
un canto de
piedra,
un río desplomado
mi fiel
apostada cordura
que viene
por enjutos
ojos
hirientes
hasta avanzar
los besos
de labios
grises
y sus
fanales colmenas destapadas,
no quiero
repetir estos destellos fugaces
ni herir
por mis alambres
tejido mi
atrapasueños
queda mi
parca vida
desnuda con
el hastío
que asesino
de esta manera,
volando mi
dulce murciélago de nácar
entre este
amor
de estrella
me alzo,
es glorioso
este canto,
reducto en
lúgubre sigilo
es esta
inspiración,
tentación de ángel desertor
de morir,
justo la
vida
acabará negándose a finalizar,
soy yo la salud
de la una
solitaria de la madrugada,
conquistado
el cortejo de la noche,
me cuelgo
de mi profanado latido
por estos
cordones de hueso
vive y
viviré mejor
que mi
traje funesto,
limará esta sin razón los ocres
hasta
lucirlos verdes brotes,
hasta
acabar rendida la caricia
por estos
espasmos de cobre,
mi destino
teñirá las vivencias
por solares
complacientes
y lugares
dignos de altos sueños,
esta araña dejará crías
por poemas
en
escarchas mutiladas
en este
hierro candente
y el
incendio de mis hielos,
como dijo
el grande
no acabaré de irme,
ni estas
solapas fundirán
en
tristezas secas,
la sombra
será mi mujer,
cambiaré el prisma de ver,
y ahora la
luz será
la dama
siniestra,
por si un día acabo de irme
solo espero
haber
podido contagiar mi locura
que ya es rápida,
desborda
sus cauces,
brotando en
espinas insomnes
el abrir de
las compuertas
a ese
abismo sin dueño
donde besan
los azules
ese nido de
malvas,
que mi ser
desprende dominando,
sombras
miles en este carruaje vespertino
de mi
sangre,
mi río de colores
de almas en
sus gotas ferviente,
atado a este
sentir,
que late,
que sueña
la carcoma
de mi estampa.
II
Prendido en
hiel de un abismo, desdoblado compás y su sino, crujiendo el alba más preciosa, por esquinas del cielo
de nácar, es
esta escarcha un fiel carruaje desmembrado entre corceles ciegos, cabalgada
cordura entre cristales, entre espejos ardiendo, un calor entre calores, una
vida que ni sí misma se
deja atrás. Avanza,
mece, y se deshace corre vengo por ti, traigo entre lirios del campo mi
silvestre trigo, tráeme
tu voz, tráeme tu
vida, estoy moliendo mis azares, haciendo surcos en mi alma verdadera, trilla,
trillando tu sentir morena, esta espada que es una quimera, entre juncos
desnudos, entre pizarras y cuchillos alzo que vuelvo a nacer entre hierro,
luchando por la luz que me corresponde, desnace esta era, entre de mi siembra
la espera, por esta cerca el campo que dueño acaso tuviera, ni inspiración cabe con barreras,
la idea
quiere marchar ensimismada, por riendas de un caballito del diablo, una
desventura en plomo un mar de esferas es todo lo que siento, por si pudiera
manifiesto, que el gris teñido
de bruma, abandona su sepultura, vuelvo a mi gusto muerto, la sombra que me
envuelve preside, rige, y desnuda mi alma, para ser por fin rosa de sangre,
vestida en azules trajes nocturnos, mi semblanza a este ocaso que mi voz
sucede. Entre espartos de mi iris, por alfileres sembrando clavos del campo,
anochece siendo de día
resplandece la una ausente, y gozo la soledad de mi suerte, sintiendo por fin
dicha por fin alegría
descubriendo este horizonte por mares de sentir que valgo, y que sí puedo que lo vuelvo bello, hasta
en tus molinos que amanezco, silos oscuros por yedras que te alcanzan, es mi
siembra una locura quieta, es mi compostura de primera, por la que clavo a mi
destino este abismo de tinta encendido.
III
Derecho
firmamento
entre filos
de gentes,
es una
piedra que camina,
piedra
aventurera,
seca y umbría,
reposa y
duerme
cantares del
linde,
centellea
rayos irisados
se riza con
los besos de lluvia,
acaso quiso
ser otra,
ella tan
yerma, tan plácida,
imperecedera,
cerrada
como se cierran
los rayos
de luna,
acantonada,
de estéril estampa,
dejas muda
alabanza,
el día que te hice de voz,
piedra
bella, sola,
estridente
sin patio de sonido,
y esta voz
que te di
voz dorada
como tu piel de minera,
como un
soto sin perdices,
avanzabas
solo tú,
la vida
quieta,
sembrándote allí por donde anduvieras,
al candor
de piedra única
igual a la siguiente
y a la anterior,
sin afán superior
hasta que
este poeta te dio voz,
como flores
que sin color
acaso fuesen,
un
despertar en brazos de cieno,
un respirar
de la montaña,
un cuchillo
calizo que afilan
erosiones
de las eras,
latido férreo, sangre de mineral,
o compostura
de arenas,
piedra de
mi casa,
piedra de
tu casa,
la tierra.
Piedra
potencia eterna,
nacida como
nace una estrella,
cumbre de
filos por bandera,
hogar,
cobijo y morada
de
lagartijas que cuelgan tus venas,
colchón de rayos de sol,
asolada tu
espera
por quien
te dio voz,
lideras tu
guerra sin cuartel,
antes de yo
nacer,
tú dabas alientos al suelo
sin
importar pertenecer,
siempre
fuiste
siempre
eras su piel,
de la
cantera, al nicho,
del
mausoleo, al caserón
viejo,
del silo al
castillo,
tu
fortaleza empedernida,
tu aval de
honda certera,
Siempre
estabas
siempre
estuviste,
como río a su voz del mar,
osado no
fui yo
quien te
encontró,
solo fui
encargado
de darte
moción verdadera
ojalá pudieses contestarme
mi piedrita
bella.
Devuélveme a tu vida eterna,
del soto a
tu quimera verdadera,
clávame la oscuridad de tu cueva,
en esta
esfera pulida sin espera,
risco de tu
sien enarbolada,
millones de
hijos
esencia
desnuda de tu alma pura,
techo sin
compostura
del ser
invertebrado,
techumbre
que pizarra llora,
su azabache
de cristal,
tu sangre
de fuego y agua
que nunca
te alcanza
sólo partirte puede,
grieta de
helada, tus filamentos
que encaran
tu azar de vida sin dueño
a tu sangre
de musgo me cuelgo,
en verde
musgo tu fantasma muerdo,
vida de
herramienta,
azar de la
idea,
al paraje
que te conforma
al que
sostienes su vida
siendo el
suelo techo de esta hacienda,
si tuvieses
dolores todos gritarían
que se
acabase la muerte en la tierra.
IV
Camino al infierno,
después de todo,
irrupción de polvo
o tormentos
por despertar,
esta es mi
vida
este es mi
rifle,
no digas
por favor,
el cauce se
abre
es una
noche cabalgada
en sombra
enardecida,
te quiero,
te miro,
oscuridad
presenta
su violácea arpa,
sones con
sus cuclillos
despiertos
miran un horizonte
de espuelas
dormidas,
la noche
baila
sobre mi
fusil
alzado al
alba,
ignota
estrella difuminada
quién la puso allí,
baila cariño
esta noche
cazaré
el animal
que me sonríe
en tus
piernas,
seré precursor de la muerte
hasta que
mi color brote,
no será una noche más
será una noche menos
para que me
llames
cosas que
yo por hombre
no puedo
pronunciar,
guerrero soy
de esta arma
con rigidez
comparada
con barcos
de tu puerto
que tanto
amas,
canto a
este azabache
que llora
la noche,
cabalgo
salvaje
mordiendo
tus riendas,
ven las
luces están prendidas,
sólo hay un faro que te llama,
su luz
ilumina
tus gemidos
nacarados,
encontrados
por surcar
por avanzar
tu negro refugio,
mantengo la
noche de un trago,
disparo
sobre esta araña infernal,
me sostengo
de mi tela
de carne
desnuda
en tu
infierno desde que viniste a mí,
tú viniste a mí con ademanes de gata
encendida,
volando mis palabras
haciendo del
momento
un ruego
que pedía
atravesar
tu cuerpo con el mío,
te prometo
nevar
la cúspide de tu cueva
acabar mi
grito con el tuyo,
hacer de la
noche un arrullo,
ser
caballero de tu reino,
cabalgar su
humedad,
deshojar la
primavera
en tus
labios de mujer.
Ser el
tiempo que nunca se fue
porque
siempre vuelve.
El
Castellano
V
30
de enero de 2013 a las 11:00 ·
GRILLETES
DEL ALMA:
Amanecer
despierto
en roja sed de don funesto,
en este
horizonte de fuego,
clamando,
esquivo estruendoso,
como demonio antiguo
avanzo tu
cuerpo,
flores y señero en
beldad
en tu
pupila me deslumbro
sigo el
camino de las rosas
en sangre
tu esencia de amor
me ahogo en
el dulce tormento,
nacarado, infinito dulce tormento
que
desvelaron tus labios ensordecidos,
tus
caricias arropan mi sentimiento,
vals como
condena
a no
encontrarte de nuevo
en este arrullo
no huyo, no muero
en los
latidos estallo
una vez primero para siempre
y la
estrella quema el desvelo
de noches y
noches soñando tu
cuerpo,
sin mar, ni
barco solo caminante despierto,
de tu frondoso cuerpo
hoy en tus mares fluyo,
hoy de tu
calma me apodero
para nunca
más ser
sombra del pasado,
como la
malva enraíza la
tierra yerma
en tu
recuerdo entierro
mi mayor
ilusión allí sujeto
esa sed que
nunca te abandonó,
si miras
dentro de tu interior
en oro y tierra
allí estaré amor, entonando
mi canción de ardor
a las lunas
sempiternas
que
envolvieron tu ausencia sin razón,
soledad con
oscuridad
clama la
espina de mi corazón,
en la roja
sábana de tu
calor
quiero
anidar mi ilusión,
anhelos
como cuchillos clavados
en el cielo
de recuerdos
horizonte
gris que baña
este el mío cuerpo rosáceo,
a la cuarta
campanada de las doce
en su
mirada tiembla el mañana
de futuro sin presente
quiere tu
sonrisa amanecida
en mis
labios descrita,
como los
rayos de sol de tus cabellos
y los
pajarritos cantarán
en nuestra
ventana
trayendo
los amores imposibles
que
separados nunca soltaron
el primer
desvelo de sangre y colmillo,
enamorada
del corazón
reverdecido,
hoy canto a
esta sangre mi dolor,
años pasan despacio y te voy llamando
a golpes de
silencio luchando
con la
templanza de cálido hielo
luchando a
golpe de olvido silenciado;
separando
nuestro destino
que se unió por un beso
y donde no
llegué a entender
perdí las flores de tu piel,
caballero
sediento en las batallas del ayer
como el
inicio del sentimiento
vuela y
gira por mi mente
como
encontrarte siempre resplandeciente,
he venido a
hierro a matar este silencio
he venido a
beber las amapolas de tus labios
a decirte
que recuerdo el sabor a fresa
de tu
pintalabios,
a que en
mis noches
quiero
sacarte de mis ojos para tenerte,
y la sabana
fría se viste
de tu melodía
llega el
violeta en su caricia
su voz del
alma hecha súplica
de tu caricia,
grillete y
cadena de mi espíritu
a amarte
eternamente
hasta que no habite silencio
hasta el
final del latido
donde mi
silencio
se haga eco eterno
de tu
recuerdo,
y la hiedra
y cicutas
envuelvan mi cuerpo
aquí quedará escrito este amor
que en dificultad
y sin saber
años y años de tu mirar
late igual
que ayer
por ver
junto a mí tu caminar.
Te amo quizás sea algo
que nunca
cambiará.
നുന്ചാ അസുമിര്ഇ മി ഫൈനല്
പൊര്ഖുഎ ടെ അമോ ടെ വെര്ദാദ്.
A Nicoleta Catalina Salva
El
Castellano y Leannan-Sidhe
VI
Villanos,
malandrines encorvados,
me han
querido robar el ánimo,
con fuste y
aliento marcho mis relojes
con premura
de segundos extasiados,
yo vi su
horizonte en dura y áspera
semblanza
deshojada,
temblaba el
azar entre los azares,
una vida de
quitina a la espera,
mi aliento
es pez de mi jardín
de cristal,
he servido
a su péndulo,
entre
granates y engranajes
danzo atrás el tiempo,
sí ese, mi tiempo, que cuido con
esmero,
por si un día me llenase el estómago,
flagro la
versatilidad de mi siembra,
cabalga las
yemas de mis dedos,
hilvano que
voy sobre un abejorro,
aunque no
pique sigue siendo abejorrito,
le imploro
al verso me abra con presura
una
primavera de sabores
entre
arduos cipreses con sabor a luna,
marca de
silos azules
entre
siniestros anocheceres,
para llevar
una noche derretida a sus labios,
cazaré el gamusino de sus parajes,
avanzaré con paso lento y decidido
al compás de lunas y soles en desventura,
nacerá la hoguera,
consumiendo
todo lo que ya no rozará mi
vida,
decreto que
estoy vivo,
y que mi vida
la arrastro para no ser santo
ni demonio
ni mal nacido,
si no un
hombre que tuvo voz y espíritu
para ser
alguien,
desde la
nada,
desde las
espinas que sangraban,
vivió trece vidas
que un
hombre de su estatura podría
vivir,
hoy afilo
mi alma
válgame la compostura,
que si
vuelvo a la cepa
se abre el
cielo y la tierra
para acoger
lo que siento,
que es más que un cebollino
más que un tulipán amarillo,
es mi arma,
un corazón por letra,
es sangre
en hoguera
tristeza se
llama sangre en la poesía,
robaré al tiempo sus besos del alba,
mi amor
gritará al sol que
descienda
y viva en
tus ojos mi amor sempiterno.
Llegaré por la rivera,
llego de
los molinos de abajo,
buscando un
atajo
para llegar
y hechizar
el callejón de tu beso,
entre
rizadas ternuras
trasnochar
ocasos,
he venido a
implorar perdón
por mi
inconsciencia
vine a plañir mi alma,
vine a
besar tu aura,
riendo
entre flores
naciendo en
rocío
de mis
latidos presos.
VII
El sino
lanzó un grito a
la montaña, contestó un eco con amplia voz
que
sorprendió mi anhelo
siendo una
luz en el vasto ciprés
que a la
luna alcanza
preguntando
por mis yedras en maceta del alba,
un silo y
un olvido despertó de
su nicho,
cantando
con la flor un latido desertor queriendo pedirte caricia eternamente.
Encerrada
en iris violáceo la flor
corría el sueño estertor,
el sol
cambió su
amanecer por la tibieza y suavidad de su flor,
siendo
esposa del sol, caléndula
en ojos
que
marcados traen un irisado tornasol llamado amor.
Un ocaso se
alzaba en guiño a cada
noche que la flor cerraba en verso sus pétalos
afilado el
cuclillo de la noche
besando una
luna de cuerda,
una
inmundicia cantaba su siniestro grillo
del calor
de muerto,
despertando
la siniestralidad agujereada
del hueso,
un camino
eterno con acequia de la sangre que lleva en araña del sentimiento
y un difuso
vértice de
dos gotas de unión
que se
juntaban exclamando
como rocío del molinillo diente de león
para volar
con el viento juntas nuestras vidas en vaso retorcido de destino.
VIII
Fiel reflejo estridente,
los cuadros
de tu vida
danzan
entre las baldosas,
entre
acorchados pasos
todo va
quedando atrás.
Un ocaso
florecido
de espadas
en sigilo,
tiempos
huecos
en lúgubre caricia.
Acaso la
luna es luna
o alguien
despierta
y la pinta.
Cerrojillos
en destierro
de este
silo de oscuridad,
avanza que
imanta
el día y su prisa
por alzar
su despedida,
gritos
secos se mueven
tras el
ventanal,
sangre que
coagula
entre
compases
de malas
yerbas
de mi patio.
Es un mirlo
negro
que me
visita
siempre
vestido igual
estrujé las vidas
del gato de
arena que soy.
Suicidios
de cardos
corren el
patio
se riza
durmiendo
mi gato
negro.
La soledad
me ama
más que a su estampa
vuela y
reposa
mi fiel añoranza,
reverdecer
mi ilusión,
socavar con
sucesos,
así como besos
de este azar
que no
siempre
se pinta
negro.
Acuchillar
esta realidad
con mi
suerte de seguir vivo
para tomar
con mi esfuerzo
lo que no
me dan.
IX
Surco de
noche
ya se retira
sonando el
día
y sus rosas
heladas
de invierno,
iris
matutino
clamado
en este
fiel olivo,
surca mi
sangre
entre
verticales filos,
mi gris
vencido del alba
serena, más desnuda
que la
transparencia
que el azul
afila.
Se clava
este verde
militar de
ciprés
como
cuchillo enervado,
y su canto
en estos
sigilos de chopo,
cargo mi
revolver
naciente
del verso
por un sol
de plumas
cae
fusilado el aliento,
algo que
clavar
al
firmamento
héroe del norte
de mi
silencio.
Fantasmas
del imperio
perdido
su bandera
del tiempo
dormido.
Fúlgidos nervios
cabalgan
los acres
de esta
trinchera
donde
mantengo alerta.
Jauría de sienes hendidas,
con fauces
somnolientas
quise ser
siempre
con esta
mente,
profundicé el idioma
de la flor,
hablé con la tierra,
aún guarda mis abrojos
sembrados.
Entre brotes
verdes,
impacientados,
aguardan el
bravo
crepitar de
la tormenta,
y sus besos
azules.
Ahonda esta
vida
silos del demonio,
simientes
oscuras
de malas
yerbas.
En este
campo yermo
crece mi
ilusión
que no me
siembren
el dolor,
seré como la flor
soñaré con las piedras,
reiré con abejas,
jugaré con el viento
como la
vida grita.
Ahora que
la mañana
consume los
suspiros
ahogados,
ahora que
el cielo
luce sus
corceles dorados.
Es por esta
pizarra
que me
habla el río
me habla qué más
que ser
agua.
Deslices
anudados
entre
corajes florecientes.
El
CASTELLANO
Mármoles florecidos comunión
Redención sagrada:
Cuando los ángeles desertan a morir,
en los ojos
de otros ojos
estás buscándome,
me
despierto;
los dioses
celebran
un silencio
sepulcral.
Colores me
evocan de la nada,
ruido cómplice aborda
como navío tiznado al 2025
senderos
del mar de tierra
que abre mi
lengua en tu guarida de boca.
Melodiosa
suerte de la máquina de tu
cuerpo,
tonos
sobrios, vespertinos
absorben la
mirada como filo inexpugnable.
Absorto cae
el tiempo en tu sangrada candente
azada
dispuesta, es tu verbo un franquear de desvelos,
que
respiran estrellas fratricidas.
Es un solo
cuarteado en siglas,
los soplos
resplandecen vibran al son de nueva grama.
Sombras
inmobles cuentan de tu respiro
infranqueable,
por jóvenes
tapiales
de tu
inexorable, florido, grandioso desvelo
de metales,
cobres
anidan campanas de media noche
aguardando
el surgir de lo sepultado.
No frena la
sintonía de tu
saliva, una,
ensueños duermen llamando se cumplan los
anhelos,
cuando los ángeles desertan a morir
tu mirada
se enciende, abismos silenciosos se prenden,
tu voz se
hace palabra.
Me sigues
te sigo cariño de
ternura dispuesto,
luz enraíza tu alma, efímera en mi mano,
vuelve a mí una paz que ni los nichos toleran.
contratiempo
por fuelle,
magarzas de
otoño,
corona de
reyes en primavera,
etéreas hojas a solas peregrinas,
dejando
embriones por verso,
capataz de
siembra única,
al compás liberando golondrinas,
punto de
Sol a ciegas,
es mi mente
surcando brumas grises
que me
acercaron.
Vagido
indeleble,
fúlgido yo destellaba tu sien sin
marca,
caliente al
arrimo de mi ser,
valedera
fuga sin ocaso,
un caracol
en un verso montado, arrastrando:
sacado del
pecho
como
heraldo sin desquicia semblanza,
corriente
arrastrando cadenas de errores,
fruto de
libertad
y
conciencia sellada a ciegas.
Comiendo raíces por hechos
en fruto
divino insoslayable,
frío de noche
bañando la casa de lo eterno
llamada
Diosa de tu entraña
mi musa
bella.
El
Castellano
Resurge el
añil:
Florece
agua ignota,
azoga tus
blancos corceles
de rocío sereno
sé bruma gris de abrevaderos
juega con
mis mariposas serenas
de los
vientos, fragua mi sentir
en tus
venas rocosidades,
bebe mi sed
como un desnudo ayer,
entre
flores del paraninfo yerto,
augura mi
suerte entre tus vellosidades
colmadas de
savia joven,
un
reverdecer anhelado
que tantas
espumas aguarda,
madre de mi
blanco chopo,
tu cristal
luciente;
Cuántas eras yo he conocido
tantas
vidas más longevas
que la mía,
osadía pulcra de espadas azules,
cuchillos
calizos de cerros
castizas
fuentes
en ramblas
del terreno,
rieras
terrunas al sosiego
de vid y
centeno,
hablase yo
entonces
de un sol
que desgasta
de
acincelados bosques
de espliego
y atochas de esparto
del grillo
solariego
que abre el
sendero,
baja vida
tus espumas verdes
de paz y
sosiego,
vence tu
paz sepulcral
al fervor
de mi vana sombra
que no te
puede,
háblame tus hojas
bailando,
jugando con el viento,
de este otoño que no llega,
ni su bruma
honrosa desciende.
Tráeme tu febril aleteo de estambres
clava la
simiente esquiva
que raje la
tierra,
contigo el
resurgir de las estaciones,
pariendo el
desnacer
de toda
muerte en color
de simiente.
El
Castellano
Río de encinas:
Manadero de
silencio,
sepulcral
de enjutos,
ojos
complacientes,
sien de
verde amarre,
sin febril
cumbre,
entre
llanos que avelan,
su coraje
entre
espigas del mañana,
por este río grande
de encinas
sorteado,
clava el
paisaje,
que su
tierra nace
en retina
pasajera
al fervor
de nichos
que caminan,
conjuro de
sierra labrada
por
espartos de savia y fuego,
de estío navegante,
su perenne
edad sin hombre,
calma sin
vicio
ni manso
aletargo
donde
verdecía
mi
estridente simiente,
mi noble
Castilla
vestida de
encina,
que el
monte hace santidad
de
alacranes,
entraña sí
de esa mi
madre
porque soy
de tierra,
lustrales
fríos
olvidados,
en copa de
sed,
pardo,
noble, antaño azul,
de torcaz
mensajera negra,
entre córvida espera,
hablaré sin mí con el Sol,
y que mi
pueblo
me guarde
el solitario sueño,
por el que
místico
encaro la
vida
porque yo
siembro la mía.
El Castellano
Trenzado
del terreno:
Abro de mí, la rigurosa sombra
acogedora
de mi blanco almendro
fresco
dosel que presta almazaras
llenas de
olivos,
hermana del
negro hilo
cuándo mi jardín florido.
Rasguña con tembloroso sigilo
de savia
dulce su arroyuelo.
Blanca luna
que me reflecta
en los
sabios bosques,
que sus
mieles Himeto me concede,
colinas
serenas me aguardan,
y en las prósperas perviertes,
apacibles
bellezas
parirán tus ojos;
Lágrimas sobre mis tibias cenizas
de aquel
que duelen y sigue
porque son
del poeta que te ama.
Derecho, en
espumas trenzo
vaporosos ríos de mi sangre,
vernal
lozanía
que aún gozo
como luce
la flor sepulcral.
Ceñida cabeza tuya
de las
rosas más vivas,
¿Quién cauto te hará cortesana?
Raudos
Lapitas no hay futuro mejor,
el viento
me pulirá su acento,
bien
funesto que considero
que me
sembraron
de la
bronca hendidura
que no
sucumbe ni se hiende,
Baco enseña haciendo danzar Ninfas,
aguzaban
sus canciones,
pobre
labriego este que nunca se dio,
pilares
auras según lo pidan
tus liras,
¡Oh Calíope!
Musa de mi
lenta melodía,
tráeme la fronda verdecida
de tus
mantos vestidos
de Ferento
la sola campiña.
Sin feroz
hija hambre,
yo
providente augur
de todo lo
que amo;
al
escondite del alacrán
no
proclamo,
por
doquiera me dirija la suerte,
veo la
oscura tempestad que anuncia
que yo
estoy bailando en la luz
para poder
bailar en la oscuridad,
Galatea la
corneja no me espantes
que mi
buena remembra.
alma présaga de lluvias
que a la
flor incitan,
yo que en
pulido ribarzo
quiero
prender a Ninfas de flores
absorbentes
de miradas
y de
fugaces estrellas.
Amor tan
torpe
¡Oh mis
castos Dioses!
soy yo
humilde
un ser
hermano de la tierra
que no
permite
ni a víbora ni culebra
le
retiemble
la paz diáfana hallada.
El
Castellano
Florecido mármol:
Días oscuros
en la plaza del Sol,
abrirse pudiera entre rayos regentados
matices insoslayados, fauces brillantes,
y candados de luces, humilde haz,
purpúreo al
tacto, suave nube rígida
impalpable entre ocasos azules,
y leones grises,
con tacto terciopelo
una vida de amor eterno,
ola infame viene crispando
metales y fuentes, soberanos eclipses
que el viento nocturno navega y juega;
soledad atónita entre
enjambres de gentes,
confiante sentirse bajo el Sol humilde,
espumas de ángulos
fugaces,
me palpita amplio con serena voz
desangelada, la vida del hielo,
helor entre escarchas,
y su vorágine de
cementerio.
serpear entre raíces ahogadas,
afluidas esperanzas unidas
en el trasiego.
con el viento te digo
que no te olvido ni muerto,
no surcaré sus
vetustas alas
ni enterraré mis
ilusiones
en sus jardines de albas
y hiedras voraces.
Entre ortigas que abren insomnios
fugaces colaterales
donde exista el acero y ala de pecho,
dormiré en los
siglos de tus ojos,
entre turbios cipreses con sabor a luna,
entre la grama reposaré mi
razón,
despertando habitando mis granates
huéspedes de
mi corazón.
El Castellano
Sigilo de sobriedad:
Fauces amarillas
el humo de su tabaco seco
cuelga de su blanca sien.
Bocas de agudos filos
nada por todo.
Tomaba su café
de grano recién molido.
Como si goteara del árbol
del insomnio.
Era un hombre chapado de antaños,
dormía cuando
tenía sueño,
comía cuando
tenía hambre,
amaba más las
flores de su jardín
que a las personas,
la amargura no conocía
si no se hubiese casado con ella,
su bigote recto comía
por él,
era apuesto
pero le asustaba mirarse al espejo
y contemplar que el tiempo
podía más que él,
de diálogo era más parco que una tabla
agarrada bajo yunque,
no amaba el dinero
que sólo empleaba
en gastarlo
en necesidades básicas
hablaba con sus flores,
lo extraño que le
respondían en su
cabeza,
consecuencia de la soledad avanzada,
seguía la ley
del ojo por ojo
si le daban amor devolvía
lo mismo,
en cuanto a odio este le temía.
Le gustaba sentarse en su mecedora
en su jardín y acercar
comida
a córvidos
negros como azabache
y obserbarles ,
era pleno, hacía honor a
su vida
amando lo sencillo
cogiendo su armonía
en una mano
con su cigarrillo
que blanqueaba ya su bigote.
El Castellano
II
Lámina del
cielo
tu gris en estiaje
ángel del
cielo teje
macabra sinfonía
lluvia se derrama aplomada
por su guiño de ala,
por venas cavas, su quitina,
estrechas vías
consumidas
en atroz entrega
del mensaje del cielo,
sangre de tierra en zigzag,
río de caudal
por arterias de arañas,
por acariciar la flor del iris,
un barco y una vela
un puerto y una quimera,
una vida de aciaga solar siembra,
verso saciado cabalga
el colchón etéreo del aire,
hasta anclarse en valse,
sueña el viento
ser capturado,
atrápalo en tu
mano
y en la otra derrámate
como gota,
precipita tu esencia bebe del cáliz
la yaga de nuestro vino,
infinito remansado en cuña
de estambre,
es un ojo de tierra,
es una espera,
una inmortal fáuce,
la canción con la
que bailan las flores,
un cariño de flamígera estrella,
un armazón dorado de
escarabajo,
una casa de caracol,
ven, ven conmigo soy aullido,
una entrega de cuarzo llorado,
un cuchillo de silex afilado,
en el trillar del campo,
soy mis venas naciendo en un charco,
un sorbo y soy fuego en tu mano,
gimo y
corro el vasto templo
de mi perdida religión,
viendo el devenir venir
cruzarse, deshacerse, alzarse
para acabar siendo tierra
del inerte azar profuso,
mi tinta se bebe un rayo solar
en patita de un caballito del diablo,
mi vaga libélula de mi
suerte,
para que siempre viva
esta hormíga león
siendo mi cosecha más
que tus besos,
más que tus
rayos de sol,
siendo yo del camino y el camino ser de mí,
irisada vida en son de mis tambores
de insecto tejiendo, volatilizando lo inmortal.
El Castellano
III
Seco y duro, seco y umbrío,
corría el linde
quieto
por la arboleda despejada
daban las tres y treinta
de la madrugada que se marcha
por oscuro diván de la
sombra,
un espejo tímido
sonaba,
el reloj paraba,
con un grito de estrella,
su alcoba fría en la que
despertaba,
no quedaba viento de palabra,
ni pensamiento agil que en eco no quedara,
lanzó aquel
espejo contra el suelo,
y rápidamente
sangró un borbotón de sombras,
se abría la noche
y sus quimeras despiertas,
brotaba de su ceniza de pulmón,
el irisado que la oscuridad clama,
quedando para siempre
su alcoba fría y vacía,
sombra de aquel que sonaba una noche
que ya escapa.
El Castellano
IV
Fantasma del tiempo:
Indivisible fulgor ostentado
resquicio opaco de la luz
con sabor a fase de luna.
Invierno de los ojos veloz
en una gota de llama de vela
fuego del fuego creado ensimismado
quiero arder lo malo de la maldad
cuando sin sombra ataca
el humor de la sangre existente
si voz tiene cuál fuese
dicho ente
hablándote desde
la arteria
donde el cuerpo helado busca
y te busca verdad sin pestañeo
ni apellido
sin venas surca la ola tibia y oscura
que nació sin viento
ni mareada razón
de océano de
versos
camino sin recorrido en yerto color
fulgente de la estación
sin mente
entresijo de la mecedora
que sensación sola la
mueve
con indicio de que la oscuridad me puede
fuerzas que escapan
a la razón del
entendimiento
resguardo de luz que por verla doblega
a la insensata dicha escondida
que grita y se engrilla en aquella orilla
distante, que une y divide
ignorantes y sumisos bordes
de lo que existe por soñarlo
suspiro ese suspiro del hastío
y estío de mi río
escapándose a mi
legible saber
un vencedor encontrado
círculo
perfecto del equilibrio
en la locura nacido
en la frialdad del respiro mecido
yo te tuve, te sostuve
en la risa que dio llanto
en el llanto que dio risa
sin motivo ni razón
encausada
allí donde la
emoción era
transparente
ni necesitaba conciencia para ser
solamente armonía que nadie
te describe
porque fui yo quien te tuve
brevemente pero tu recuerdo pasará mi
muerte
frío recuerdo
de honrarte tan malamente
sin saber describirte
indiferente si vuelvo a encontrarte
porque eres lo más inusual,
te buscan y imposible de encontrar te vuelves
de la suerte llamada casualidad viniste.
Vengo del nacido sin nombre
del que hace lumbre del alarde del hombre
del espíritu parásito engendrado
y el veneno de mi sangre
te llegó a donde el
camino se abre
a infinitas escaleras interminables
donde el surrealista se raya la mente
que del caso cuelga el Sol en cruz
en la pared del diáfano
enervado calmo cuarto
marcando las marcas de los arañazos
de su luz
que en negro dio su astenia quietud
horarios de su ser perdidos
en un atardecer que ya fue
en el azabache de mi bolsillo
sus sombras que recorren mi pasillo
me entretienen para ser fusiladas
al encender la luz,
no puedo creer el encontrarte aquí
inerte arte del único poema
que vale
por no tener nada comparable
beso mis sueños que el
oscuro espíritu
por no tener color arde
no quiero darte a entender
ni que seas adjetivo ni valoración
solo lo inerte de lanzarte al río y
donde llegues
o lo creativo de guardarte en una caja
y enterrarte en el jardín,
para que te crezcan malvas,
es interesante que no llegues a materia
sólo a
eternidad de quien te leerá
en mis sucesivas muertes,
ténue
destello, elaborado albor
nacido del rayo de sol,
y la noche que ya calló
en las pestañas del amor
milenarios son los espejos de los astros
que dictan y laten en caricia
esa fría cuchilla
que se clava
dándote
finalidad y fin.
FIN
Miguel Esteban Martínez
García a
19-02-2015
Pseudónimo: El
Castellano
V
Te busqué voz:
Todo me
lleva al cauce,
que te
dibuja displicente
allí donde la muerte
se siente
imaginada
puesto que
ni la belleza simple
la piensa,
ni imagina
ya que es
de la enfermedad invento
no la voy a
dar creativo alimento.
Inspiración lejana,
para
encontrar la esencia de su ser
eterna eres
ni muerte te veo
fuente
nocturna, o diurna
o ninguna,
surges a amplia voz
a latidos
no puedo contenerte
y el que no
sabe
ya está viviendo de ello,
el mundo
nos es ajeno,
calma de tu
calma invernada,
diáfana quietud
de tu
silencio sembrado,
en el
barbecho de mi pecho,
regadío del olvido
que a
imposible crece
para letra
ser
y beber la
sidra de tu piel,
que ni la
manzana prohibida
Eva la pudo
morder,
iridiscente
canto sin ser canto,
voy
buscando belleza
habrá que darle ritmo
a lo inerte
de la suerte,
aljibe
donde encontrarte
bebiéndote en el tejo
de alabada
montaña perdida,
que en sus
arroyos y arrullos
me tumbé a mirarte,
me nació del helecho un curvo hecho,
con boca
gris me dijo:
-Lucha que
todo ser vivo tiene un motivo,
sólo le faltó decir
que del
barro fui creado
mi tejo
amado enamorado de la nube,
soñando su imposible beso
viéndola única porque todas son iguales,
menos
cuando la atmósfera se
cabrea,
manantial
de los manantiales
los ríos del cielo
donde en
espejo se hace eterno
para regar
los campos que Castilla
dibujó a vid y Encina.
El
Castellano
VI
Mecha de oscuridad:
Vengo que vuelvo
de un silencio, profundo,
de un vacío completo,
traigo para sembrar
un ascua melífera,
del seno las arduas estrellas
que llevo
que cuelgan de mis ojos cual arañas,
una vid de vida
en seno esta anublada, azul
escarcha,
todo colmaba el ímpetu de
suspirar
sin brasa diestra,
ni compás
ambivalente,
sobre estos treinta años
que
y que no me sostienen,
porque aún no me
hicieron nacer,
sobre los lustres que ya no son,
anudando galaxias
y su cobre perpetuado de sólida
luz
inmaterial,
electrificas mi mirada
como aljibe rebosante de ilusión líquida,
toda esta sed que vive el pasado,
y en bruma encegada,
muestra
que tiende tu rosa helada,
embebida de pétalos de
espectrales
sábanas purísimas,
nací en vez
primera sin terminar,
y no fui ni abeja ni vencejo,
para poderte acompañar,
era de un eral sujeto,
como membrillo de un árbol
sin escuela,
y pera de chopo milenario,
todo cruzaba mi relente
y acabé tendido
en mi osadía de seco
tajo
llamándose
gloria
para acabar conociéndote.
Como dije en primera vez:
Mecha de luz:
Vuelvo de tu vacío repleto,
anidando
cobre de galaxias,
desde luego
aún no hace
treinta años
que nací allí;
en vez
primera sin terminar,
vida húmeda y animosa,
alzado a
luces de alba sin acabar,
vino tu
silencio conmigo sin ti,
como alto
arbusto fragoroso,
me paseó mi jardín
como un
mordisco
y un beso
sonoro deslizando
que suyo me
jabra hendiendo la tierra,
una boca de
metal de pala,
que abre
zanja.
Tu alma de
recto augurio,
o ave como
futuro de hibernación,
ave
nocturna
en tablilla
de azabache,
como puro
origen inmiscuído,
nulidad
insobornable,
traición de hechizo
y nota de
caligrafía
desangelada,
mudez última de relámpago,
pluma de mi
ojo abierto,
soledad
infinita de mi despierto,
como fe sin
cargos
rueda mi
vertiente,
siempre relevada
por dios sollozo,
palanca usé con la puerta de Plutón,
Alcé el márgen
de rebelión sanguínea de los dioses,
cielo asido
el vil manifiesto de relámpago
surqué, gloria vespertina de héroe,
Cocitus
cantando su aire
de
oscuridad iluminada
clavando
negras riveras, hundiendo
y
desplazando los montes;
lago
Estigio me alimenta el latido,
y mi férrea sangre
directa a
superar lo inabarcable,
tu rama
vestigiosa de plata corté
del cóncavo bosque en tu acre,
creció en su lugar segunda rama,
de titanio,
que conseguí cercenar rotundo
y hoy llevo
clavadas sus hojas,
en dos
talones fundidos,
columna y
cadera,
con todas
sus espinas de titanio
sujetando
cada diente mío.
Bajar al
Averno es sencillo,
subir
arriba los aires en altos cielos,
nadie pudo;
yo allí voy a mitad camino.
El Castellano
Förüq er-lobo bohemio
ESPASMO REBELDE OBRA COMPLETA:
I
Espasmo rebelde
que abría sobre aguas ungidas
de lino y un espasmo de cobre
sonaba sobre un aleteo
efímero que batía
en alas una turquesa
mariposa febril de la col.
Haz tu propia sepultura dijo,
sobre un trabajo
que versaba sus pechos
de dama.
Acuérdate de al infierno,
subrayarlo,
como quintales de luz,
desplazaban los cerros,
y toneladas de nubes
cubrían,
al sopor de una densa
bruma cegada,
que todo colmaba,
era un invierno vestido por el otoño,
y deshojado por el verano cursado,
abedules que bailaban
su luz última,
henchida y ardorosa,
gotea que hereda
el fresno mi futil,
parca mirada,
brillo de espina
entre escaramujo reborde,
e incuestionable flor de difunto,
de cada estación;
hielo en ojos
y estrella fugaz retuerta,
ser visible sin luz ni rayo solar,
se hacía casi tarea incomprensible,
como lanzada de olvido,
y mordaz lodazal herido,
era mi dolor en mis ojos,
como lobos aullando afónicos
que su luna no contesta
ni su temple,
ni su llanto,
más no quería como dolor
cambiar ni sublimar,
sin dejar constatar,
que sin él,
nada en existencia,
valiese,
héroe de caracol sonoro hueco,
luz sin desespero
ni honda, profunda espada,
de piedra alborotada,
cómo murciélagos amigos he
acabado así colgado de una raíz salvaje,
heridora sin cascabeles,
ni viborillas causadas,
prismático azar
de nueve monedas,
nueve haciendas,
nueve madres metáfora,
nueve rosas en cruces,
09049494
Y sus tormentos todos,
cosidos,
quién remienda
su ala si es de bronce,
niña en voz de colmillos
de algún dibujo,
ninfas luminiscentes, brillaban
como tosca mirada deseosa,
Artemisa ya dejaba puridad
entre nieves del campo
y su sangre de musgo
incubada,
perdón sin patrón,
ni voz ni amplio nervio,
miga como un soldado
nadando como pan en agua,
irrevocable , gélido imparable
abría mi marcha un lebrel
tras cerviz asustadiza
como sin fin de perdigones
abatidos y traidos
en galgas fauces
vestía mi niña amapola,
unos breves versos inmutables,
forma relajante en bisagra,
que debía saltar para sonar,
y abrirse el portón verdadero
de una flamígera, llameante
hondanada insumisa
repleta de brea relucida
era sólo mi sangre,
como rebanada en miel férrea
granate de rubí excelso
que porto.
Era mi rubor,
un cuento de otra estepa.
Förüq castellano Er-lobo bohemio Esteban a 7-7-2020
II
Querría yo la palabra noble
cercenar
en porciones tangibles
a mis insensatos ojos,
fiel de escarchas secuaces
y a los élitreos flamantes
abordar mis llantos de escamas,
repletar mi vacío oscuro,
colmarlo en repleto color,
con olor a fresca sangre yerta,
vítreo abor,
mercenario sentido
asesinando viles hechos
en nobles impulsos
sin mayor sentencia,
postrera ni redimida azarosa,
hoy no era día cualquiera
ni tampoco se podría colgar
la luz del astro en uvas tendidas
a la espera.
Era un día hábil que de mi deseo
se podría hacer cátedra,
oblícuamente
dominó el ara mi averno;
notas de cuchillo tintineaban raspando,
una botella seca de anís,
caía una tarde de tormenta,
sobre Paraíso
sin vals ni su sombra sin quicio,
un agujero en letargo que no cubría
ya el cielo incendiado.
Ni el terreno abría inflamando sus campanas
de caléndulas, maravillas,
ni las hojas tempranas
aguzaban atisbo de aplauso o de viento,
sonrisas en flores tenues
en escamas afligía
III
Noche aciaga:
Letal beleño,
de horas sediento,
abre esponjada la oscura tierra,
un canto de hadas se puede escuchar,
entre floridos años que acogen,
y destellean el no ser
por hórridas tinieblas,
que mi alma colmaba su silencio
que cantaba enarenada
su viola de centella,
surco esparcía
pretil gesto de lluvia en lazada,
desterrar mi pena a tierra de nada,
era rizar zozobra,
como se lía peonza
para bailar trompo,
pintada de lúgubre lamento,
mi tristura era,
hondo torno
de pulido estruendo,
y profundo mar de reflejo,
sin delirio retuerto,
avanzo por la acequia olvidada,
rastro sigo
de mi sangre en cultivo,
horadar sepulcro sin piedra
ni alma yacente, tarea no era,
tarea no era,
al compás del rayo que ama por
y para siempre,
siendo más que miel de chispa
más que infortunio
dulce, desaconsejado,
y melosa su tierrica bella
le acogía trayéndole de su ala,
guiño armado,
y nube pariendo,
un designio,
que energía es eterna
como cincelar su huella.
Förüq castellano er-lobo bohemio Esteban
a 10-07-2020
IV
Era renacer en este valle,
satinada dicha en esquema
como augurio bien nacido,
pozo de ilusiones,
aljibe de mentiras,
y falsas alegrías;
bien pintada la cima,
la pirámide y ojo
que no entendía de onírico color,
compás sin extremo
sin arquetipo
sin paradigma escondido,
era volver a empezar
y nacer sabiendo,
todo As de todo juego,
pintar la noche con tu sabor,
dormir la tormenta sin despedir
sin relegar al sol,
abre el signo los tiempos,
sin espada,
sí con un azadón.
Empiezo.
Siega sin aventar espigas sin caricias
ni despedida, flama arde mi llama,
pintará, abanderará
un auge y su tela,
escama sin horizonte
que mi desnacer
quede presente;
hoy y siempre,
vendrá mi parda, honrada
sierpe,
azar de nueve alas
vida sin corazón sin alarde,
era una procesionaria,
una cama,
y una sábana,
un túnel y una caverna
quizá era mi calavera,
crujen esbozos
carmines al beso nunca dado,
o primero igual al último
con lo que unidad, repleta
todos son igual,
acabar para volver a besar,
plata, oh argenta dicha
planteada,
abre mi sangre escarlata,
cruje esta humilde siembra,
plata
ilumina mi senda,
hoy para siempre
que no se teja ni pulimente mi esquela,
que yo nací, viví, amo, amé, vivo
y lo volveré a hacer
para volverme a sembrar,
y tu cariño alumbrar,
plata, tu cobre te habla,
bailo sobre una bala,
mis líneas de historia
dictarán,
pudo, quiso, llegó, y al mundo
exclamó,
huella, envejecer, irse en aplauso,
ni ríase el esqueleto,
sólo queda envejecer e irse,
trascender en campo llano,
vida sin ortiga ni amaranto,
que mi destino,
que ni pesares,
cambio
por se rehinche
mi eterno presente,
como fue arriba,
fue mi suerte,
como izquierda corazón,
a derecha fuerza
pariendo el centro consumado,
espiral de equilibrio.
Flor, flor al mundo una razón,
en ti suerte, obtuve salvación,
y solución para condena predilecta,
nueva como vieja,
volver a condenarme
a plena elección.
Förüq castellano er-lobo bohemio Esteban a 11-07-2020
V
Errante solar,
la postrera
la vana sombra
viene a mi blanco día,
ahuyentar,
esótropo avance,
qué será,
un escarniado esqueleto,
por cuanto mi amor,
en dicha me coronó
me condenó
a la tierra más oscura,
al más límpido destello,
de un porvenir incierto,
polvo en ceniza aparente
enamorado más hallen tus ojos rectos,
más allá de un final,
de un comienzo causado,
cabalgaré el llano
y su cima lisonjera,
por cuando rudo
mi destino me erigió.
De los tiempos,
los campos me han mordido,
sin saber,
cuan los ayes
salud y mis floridos
años míos,
malandrines han vestido,
sin ayer hoy nació cansado,
ay, silencio
del mediano poso,
tumba del fúnebre depósito,
dolor cante,
que la próvida
la razón de vida no engaña,
solícito olvido,
mi aura suena.
Ay nueve presas,
de belleza sin rival,
Cabalgar sin caballo es igual,
fondo de un abismático placer,
sin dibujar,
negrura vente al lado,
al relucir condecoroso,
al gran limbo misterioso,
tinieblas por luces alumbradas.
Se pinte todo indiscernible.
Förüq castellano er-lobo bohemio a 14-07-2020
VI
Entre azucenas tardías,
recordado,
pronunciada tú
de la dura tierra,
valor, hermosura,
nunca en ti sola,
cual amante
mi viola trepa tu bella figura,
desceñido dolor,
de razón perdida,
noche oh beso,
beso tu figura;
clavel y cítara,
y estos dolientes ojos,
son grave,
son del viento,
son de tormenta
son de trueno,
violáceo surgir
claro oscuro de gloria,
sígueme,
hacia el ojo de tierra
hacia la ventura
que nunca llora,
esta noche nada será igual,
hendido bajo rayo,
será una deidad sin nombre,
será flor tu belleza,
hoy por hoy
amo y te beso,
gozo y subrayo,
pulcra tu lira abrazo,
verdor entre fuentes,
campos de color sostenido,
fiel regorjeo
fiel atinar de aurora
entre rizos entre carrizos,
rayos y caballos solares
que relinchan tus cabellos,
venga que marcha
mi honda escuela
del sepulcro,
del honorable
del ávido desvarío
por el que deshago
y vuelta en espiral
vuelvo a desandar.
Förüq castellano er-lobo bohemio a 15-07-2020
VII
Auno sones,
en desierto fractal,
no viene
la amada fúnebre sombra,
ni su mortecina
blanca llaga,
desierto embalse
de recuerdos ahogados,
linde despierto,
de vanidades amarillas,
y rosas de trapo,
rescatarme pueda
esta tristeza lisonjera
que envuelve alma mía,
soledad sin resquicio
a salvo no ocupado,
tristura sin letargo
dulce, vago
tomo amancillado,
arte en vil reflejo
en mi alma donde yago,
espino amarillo
y en espina me demoro,
corriendo fuera de la línea,
hacedor de suspiro
azumbre siempre seremos
nunca en mitad un vaso vino,
noche tus luces breves
de faroles dormidos,
viene que serpea
tu halo de plata,
un ciprés alto como tu luna;
venza como cuchillo verde,
a alzar mi ruego,
un silo que guarda
estrellas como simientes,
siento,
siento mordida mi sábana,
una espectral caricia en manecita helada,
sus ojos
vil sentencia indescriptible,
como turquesa fundida
forjándose de los mares;
de azur profundo,
femeninos ojos
de fantasma recién alumbrada,
dudando de la eterna duda,
de su no existir,
no tener cuerpo,
ni esencia tangible,
sin nada vivo que la piensa,
recuerdo su feroz, tímida
silueta en umbrío cuarto mío,
desceñida sombra,
sin candelabro,
ni luz que no fuera de luna,
recuerdos ahogados,
sueños fueron,
en el café de la mañana,
vine temblando,
azogando regio su corolario,
fugaz quietud escarlata,
púrpura al tacto,
violácea sonrisa estameña
en vítrea, solaz
profunda calma,
ya era eterna.
Förüq castellano er-lobo bohemio a 16-07-2020
VIII
Renuevo esta mi sangre yerta,
para servirte mi dulce dama,
bajo níveo nogal,
allá bajo su fronda suave
y denso selvaje
que auras allá quema,
bajo hórrida, tupida sombra,
servirte a las puertas
de adorado averno
beoda sed en brindis
de nueva, flagrante condena,
dioses del inframundo canten,
allá donde excelsitud
de tu aurea sonrisa entabla,
y a mis miedos sólo arredra,
bullicio entre ramas
saborear dulces trinos cantores,
que la vida entona;
se amurallan las horas,
se quede la frágil vida,
que honroso te siembro,
escuálida y temblorosa,
fuegos y dichas apacienta,
entre este brindis áspero,
de amimosas delicias,
mi sangre fugaz, honrada te sirvo,
pa' ser rama para ser de caudal tu savia,
fausto, aterido soplo,
de horrores no regalaba
ni flauta ni prenda a favonio
arrebataba,
mis estrellas sin temor,
piadoso de nublados ojos,
espíritu de leyes rotas,
caos antiguo
que desvelado, no huye,
ni mi risueña sien
relega en acto
a no seguir queriéndote
ferviente.
Förüq castellano er-lobo bohemio a 17-07-2020
IX
Viva, inviolada,
fugaz de Pléyades insumisa,
viva sobre un lecho de hielo,
fundada en seno de magarzas,
desbullada y centrada,
al pie de Orion,
entre flores y cachorros
de cuchillo calizo,
húmedos trinos
que olían a poesía,
dispersa como bulbo partido
y brindis de memoria perfecta,
privilegio sí,
en cesto sin hartazgo,
su libertad,
sabor de puro verbo,
me incubaran los rifles del cerro,
y mi voz patatas engendrara.
Oh augurio impío,
sonaba la bisagra como chicharra
apoteósica,
mi danza efímera entre
caminillos de hormigas
y tapial del cementerio
de Fuente de la Higuera,
ecos de entre traineras
y hojas de olmos regios,
bajaba confortante el ruido,
cazador de silencio,
de la mañana
ya henchida,
hechos entre helechos,
y amarillas mariposas,
carril húmedo
inpronunciable,
corazón brotado en blando suelo,
mojado, reacio a secarse
y no aventar flores,
pequeña, simple
su ilusión perduraba.
Hasta por momentos
olvidó que era guijarro,
no, mi severo corazón.
Allí plantado.
Förüq castellano er-lobo bohemio a 18-07-2020
Solitario bogo,
aterido soplo de la montaña,
pastor de tus astros,
torres de nidos de tu saliva,
perfilada tu sombra me acompasa,
mi sayal remiendo
entre sedas
de moreras de ensueño,
olvidos me trepan por enredaderas,
tarde en la tarde mi esperanza vive,
si soñase volaría a tu vera.
Sol este de oro
ciñe mi álamo negro
y su esmeralda araña,
cumbre te nombra
en la saeta mi oscura golondrina azabache,
traerte conmigo siempre
eternidad risueña, melosa
sangre de mis dioses.
Señora tú de silencios
y sepulcrales vértigos,
no amansa mi fosa
la dulce azada de metal soporífera,
carne y cuerpo
mi rigidez de pluma,
lírico
trasnochar.
Claro cristal entre paisajes,
ceniza de recuerdo
es ella, recuerda,
aire desnudo fama de estrella
inviolada,
mi musa bella,
un azar flamígero
que no pido ni alumbro,
no espera
ni las aguas de tiempo inmenso,
jamás complacen.
Ay día, rosario
terco,
deja ya la gloria,
grandeza en amor
se llamó belleza,
lastimada mi carne desvelada.
Gusano soy
que hila su capullo,
tejiendo desde sentir interior,
mi vida en serenatas blancas
levantaré,
su fronda,
inabarcable vergel primoroso,
cuenta mi linaje
alas ignoradas de mi pecho.
No podrán tapar en
vida
mi silencio que aflora.
El Castellano
Terca mi sangre,
tiempo del frío río
inmenso, todo dado en espinas
su rivera,
por ciega neblina bajo
con tabaco precoz,
pienso,
todo he soñado
para el letal lecho del olvido.
Mi temor sorprendido
alega que no existe;
vida o belleza,
ala o metal cansado,
gloria de grandeza, ¿Dónde?
Mi tabaco de neblina
ahonda, penetra y surca
la esmaltada silueta de tu figura,
por mi caricia ruda
y el agua afligida,
admirarte yo cual fugaz garuma,
anisado vive el cielo,
nuestra blanca estrella
mineral candente
refulge su luz desnuda,
por vespertino son
de todo lo que tiembla
como abanico de mi pluma.
El Castellano
El Principio estaba en la Colina.
Un hecho,
claridad de brea encendida,
o transparencia de pez de cristal.
Timón enfurecido
que tormenta iracunda tizna,
Cuervo en el alma
mi ser alzo, prendo,
mi idea luce
cual hollín de
azabache tuviera,
gragea mi voz un crascitar
de mi señor Baco,
persona de garabato nombro a sombra latiente,
acaso opacidad de materia cuidase,
sacrificador mi tiento.
Sonetada su parda sepultura.
Falte mi ley, sonará la
albilla.
Diablo aguador mi buen Luciente;
cordobán, recuerdo
de soleta,
no me faltará maceta,
Parnaso que ya cae asaetado,
cisnes negros,
de Apolo,
cuidados como vellón
descendía su grajo.
Musario monte yo he sembrado.
Yo, pensamiento y porfía
guardo,
me los retiemble
el Sol lucido,
ninguno estribe
mi mesura,
Señora,
valerme quiera,
ni peligroso
el tiempo Bárbaro se me
pareciera.
Förüq
Insondable, la luz
de tu impalpable seña,
guiño áureo al latido,
insubordinado, labrado
en madero de este hierro,
ya dejó de ser
infamia tornasola
en ascua de piel borrosa.
Ensueño alado te
alzo
mi musa en estridencia recta,
develada, reveladora senda
dictas que afliges voluptuosa
cuan cerilla arrostra mi alma,
rebulle tu sueño alado
de golondrina azabache,
no perturba mi paso
tu luminoso azar descorajinado,
en sones del capataz del brillo primero.
Arde no se colma mi vaso,
al cantoral
fraguo férreo lazo,
indivisible alianza, comunión
de ambos argentos astros,
como entrelazan alba y ocaso,
pura seda mi correr
de atleta precipitado,
arrostró
mi piedra espectral,
tu brisa ya nunca más
fría.
Alumbró mi sien
el fractal de frágil leño.
Y desveló que todo
es y fue
más que un
sueño.
Enmudecida siembra tu garganta
lamo la tierra boca a boca,
tu raiz´salvaje me
toca,
como verde planta a tu corazón
invoca,
silvestre y musical nuestra rosa azul canta,
henchido de tu voz voy
mi doncella escarlata.
El Castellano
Oración a la misa
del alba,
revuela una golondrina,
esquiva los ramajes
acenizados del fresno,
abre monótona brisa
una caricia de tierra
por el musario cerro,
carrascas afilan allí
sus flores de piedra
para dar sus bellotas,
ya escondida la luna de seda,
aumenta un zorzal su trino,
sube entre rayos de sol
la espuma de un desnudo álamo,
a su raíz un precoz
mamón
sonríe al iris
de nueva luz,
un grillo chirría su nota
en melancolía por nuevo
cierzo,
la encina secular
no pierde atisbo de rigor
en follaje,
como nervudo verde
que no llora,
la retama grita al esparto
que su amarillo impera,
plegaria entre verdades del monte
un nuevo esplendor
canta la paz sepulcral del campo,
como luminaria entre río
reverdecido
en tapiz de terruño
arado,
aria dolida en arrebol
de sollozo verde,
lento abre su retoño
la tierra.
Entre vid de nueva espera.
El Castellano
Quiero mantener
mi suerte segura,
como hondas imágenes
en frío lacustre.
Agua de labriego
sordo.
Eco en árbol de
sigiloso azar.
Hombre al menos
en terrazgo seguro
al pie de bandoneón,
clavando cigarra
a su escarcha afligida,
manos trabajen
la melodía
a tu voz morena.
Primor en viento
de mi sepulcral prestancia,
tierra o ceniza
eternal mármol turbado
de vida atada a tu vida
y perseverante esencia.
Árbol de luz
y acento,
revuelo a tu son
el mundo no trasplante.
dulces sueños
sones flamígeros te
aguarden
en su seno.
Suelo en miel
de nota obscura,
guerra, oh gran momento,
rizar mis ascuas al viento,
hoja que tu filial enmarca,
verdecido mamón yesco,
invadido por substancia
de tu irisada voz en letra fraguada.
Resonancia de altivos lares,
fecundos...
Llevo verdecida mi sangre,
Asaltando el trigo mis ojos,
palabra con sonido
eterna herida
resuena que sigo en ti
como aromo de flor
y curva pitanza corva,
redimido a la abeja
el avispero ya no zigzaguea,
abre cariño tu senda,
nácar
dispuesto y frágil
al candor de mi cóncava
vena.
Para cosechar mi pena, mi cruz
y mi condena.
El Castellano
Rostro beso de vieja herida
Solitario bogo,
aterido soplo de la montaña,
pastor de tus astros,
torres de nidos de tu saliva,
perfilada tu sombra me acompasa,
mi sayal remiendo
entre sedas
de moreras de ensueño,
olvidos me trepan por enredaderas,
tarde en la tarde mi esperanza vive,
si soñase volaría a tu vera.
Sol este de oro
ciñe mi álamo negro
y su esmeralda araña,
cumbre te nombra
en la saeta mi oscura golondrina azabache,
traerte conmigo siempre
eternidad risueña, melosa
sangre de mis dioses.
Señora tú de silencios
y sepulcrales vértigos,
no amansa mi fosa
la dulce azada de metal soporífera,
carne y cuerpo
mi rigidez de pluma,
lírico
trasnochar.
Claro cristal entre paisajes,
ceniza de recuerdo
es ella, recuerda,
aire desnudo fama de estrella
inviolada,
mi musa bella,
un azar flamígero
que no pido ni alumbro,
no espera
ni las aguas de tiempo inmenso,
jamás complacen.
Ay día, rosario
terco,
deja ya la gloria,
grandeza en amor
se llamó belleza,
lastimada mi carne desvelada.
Gusano soy
que hila su capullo,
tejiendo desde sentir interior,
mi vida en serenatas blancas
levantaré,
su fronda,
inabarcable vergel primoroso,
cuenta mi linaje
alas ignoradas de mi pecho.
No podrán tapar en
vida
mi silencio que aflora.
El Castellano
Al grillo:
I
Clareando su lividez
por sotos vastos, reales, relumbrados
De mi río es
avidez.
Soliviando el sembrado.
Dirige, este mi grillo renombrado.
II
Es un tejado, él llora.
La acequia desnuda de molinete;
un cimiento que aflora.
Grieta, tiempo replete.
Sauce abatido, colchón
al jinete.
III
Entre blanda alma sube,
entre un arpa estacional él,
aflige,
lluvia a primera nube.
Nota en cúspide
inflige.
Entre caracoles sonoros rige.
IV
Grillo único
aunado, uno,
le pidió un gran
deseo, renegando,
a manantial de fauno.
No aminorar cantando
tras acople, todo sonó
silbando.
V
Solar afán, entrega,
llegas que dictas tu no pertenencia;
tu arraigo de gallega,
hermana negra ciencia,
traes que cobijas mi sola conciencia.
VI
Mi grillo luce nuevo
su primavera luciente socava,
lira estrella relevo.
El centígrado cava
que tu lustre entre musas ya no era grava.
VII
Era un patio la sombra,
Vena que era acequia reverberando.
El grillo, desescombra
las arañas
dictando.
Oraba como besaba alegando.
VIII
Vengo, avancé mi peral,
con mi grillo en mi bolsillo, cantando.
No divisé umbrío eral,
viva vid, entonando,
mi secuela estaba ya, recta reinando.
IX
Blande regia Oscuridad.
Ahondaba que saltaba, silenciosa
el ímpetu en
soledad,
resplandor de enojosa,
y quizá matrimonio
en lacrimosa.
Bonus rima y métrica libre
o blanca:
En unión con su
oscuro astro,
blandía a la séptima sílaba,
luna que busqué por sombra
y abismo
en esquela.
Era un disparo y azogué
lo que el cosmos me negaba.
Fui dichoso, me enaltecía
mi soledad pulcra arrebolada.
Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.
No brillaba mi sola desquicia,
era lugar y tiempo suficiente;
para ser de la tierra enhiesta espiga.
Ella mi única
amapola
Reina del jardín de Hipsípila.
Un soto y un llano;
desperté del
bolsillo su oro trasnochado.
Blándeme
Oscuridad,
en tu acero y ala de pecho.
Que canten azabaches
tu magia del cinco
labrado este año.
Afortunado avanzo mi pulso
por candelabro este mayo.
Mi cenit por rectitud
del alma mía.
Un último
acorde y me encontré
en la pluma tu arpa,
mi Ninfa que obligas no fenezca
el grillo que me da frenesí.
El Castellano
III
Primero de
la guardia nocturna,
destino
desvencijado
con
honores, sus colmillos sus comensales,
he abierto
la noche
en dos
mitades,
una por
sacrificar
si arde mi
esfera,
resolución del tres habla,
el muerto
vivo baila
su
sepultura,
venimos de
la urna de arcilla,
la tierra
devora lo que es de ella,
bronce a
mis falanges
quién blande mi alma,
soy militar
el abismo mi sangre,
a mí la legión de Luz
en Guardia
Förüq vampiro castellano,
su final
tiene sed
viene a por
usted,
no conozco
el miedo, yo soy el miedo,
aquí mi falcata saboreará su cuello,
la muerte
es mi mujer
oscuridad,
soy yo el
que ha venido a por su sangre,
deme su hálito de humor sanguinoso,
el hambre
de la caza he visto reverber en mi colmillo,
ha llegado
a su final
su hoja se
ha completado, debo apagar la luz.
Förüq el castellano
Oscuro haz,
luz sembrada:
Larga sombra me abarca,
larga sombra me abraza,
larga sombra que me envuelve
yo quisiera meterla en un mundo más
bello,
yo quisiera librarla de hielos que aguardan,
quisiera retornar a un mundo que era negro
sumergirme más profundo
que los mares
y encontrar mis verdades,
yo quisiera fundirme fraguas de hierro
ser justicia izada de ser en luz intensa
pero ya no siento nada,
asolada mi estirpe con nombre agujereado,
yo camino descalzo sin miedo ni quietud,
sin estos clavos que me impusieron
camino lejos, lejos sin mi nombre
por si despierta mi azada
con la que sepultar al Miguel Esteban
que no nació todavía,
por si una dicha me aguarda,
no osarán en buscar
portentos
a esta larga sombra que avanza,
no cambio sus males
solo servirla flores silvestres
así enamorada
torne princesa de profundidades
hada dueña de la
sombra,
hada fiel de embeleso en umbrales
por tragar esta mi tierra
que me avanza la despedida,
cuántos pájaros volaron
para ser único pájaro enfundado en trino,
rajado, ultrajado,
cuantas notas se escucharon
hasta ser estrofa de agua
por todos los que estuvieron,
al acecho yerto de esta sombra mía,
que no posee medida,
solo una senda deshaciendo lo trazado,
al firme astro alzo mi perplejo
por toda oscuridad que fusiló mi
partida,
me apodero de este jardín
de mi sangre sembrado,
para latir en espejo asomado,
y que viva siempre siempre
esta sombra fría, vacía, llena en soledades,
completa sin tapiales, hueca de mi carne,
despeñada en
vivencias soterradas,
que yo alzaré para
sembrar en ella
esta vida que yo le debo a ella,
para que viva siempre mi luz
tejida con ella,
hasta erizarla
y que me responda
cuando nombre a la belleza.
Que sin ella queda sin aliento.
El Castellano
I IX
Verdecida mi sangre
en son de mis latidos
de alto suelo,
oígo la agreste reverberancia,
al pie de solaz viento
mi sentido.
En sones de férrea fragua
afilo mi metal primordial.
Canto a sus manos
de terrazgo quieto,
insubordinado.
Atadas sienes
cruzan tus ríos soberanos;
vegetal extasía
y cumbre en tu nombre
de perenne morada.
Vástaga palabra herida
de sonido disuelto.
Voz etérea
viviendo mi secuencia,
metamorfosea cual bronce
de hoz sin tiempo
resuena suave el hálito
desertor.
Soledad vigorosa
de voz difunta
sin morir mi pena.
Fragor redimido suena el martillo,
agua, tu risa y la suegra y nuera.
He de amarte
aunque tu hipnotismo dictes.
Ni olvido a primer vuelo,
perderte puede,
en la eternidad del corazón
y su cielo de soporífera muerte.
Perfilas camino a encontrar mi aljaba
y diriges su certera flecha
primigenia,
por mi ardiente vena
danzo, danza mi lobo.
La áspera prisión de mi cordura,
cual amor con espejo,
siempre dura.
Cautivo mi soga enroscas,
calor sin ojos
como luz sin verte es niebla
y lejos paz, azul, nervio silente
ardua premura,
noche mi cruz
sonriendo amplia
mi condena.
El Castellano y Leannán-Sídhe a 12-12-2018
FINAL
Miguel
Esteban Martínez
García
Pseudónimo:
El Castellano, Förüq
Comentarios
Publicar un comentario